empapado de rocío cuando amanece
y de escarcha afilada en la madrugada de cristal.
Vida y frío.
Detrás del agua está la lluvia
buscando en la tierra la vena salvaje
que haga latir de esmeralda la arcilla de tu cuerpo.
Vida y color.
Detrás del agua está el recuerdo,
cascada furiosa que vierte lo presente
fecundando las entrañas estigias de la honda ilusión.
Vida y tiempo.
Marisa, gracias por pasar por mi humilde espacio, debo reconocer que veo en tus palabras mucha sabiduria, mis felicitaciones. Con cariño y un abrazo
ResponderEliminarGracias Francisco, en tus poemas no hay menos.Los seguiré.
ResponderEliminarUn abrazo.
...mmmmm, !el agua! ese elemento de bautismo, generadora de lo nuevo, lo puro, lo inmaculado...purificadora. Con ella nos despojamos de las huellas dolientes del día anterior, naturaleza tangible que logramos sentir, provocadora de emociones que nos resucitan. Indispensable regalo de los dioses, tan divina, germinadora de vida.
ResponderEliminarTemperamento de suave doncella, calmada, a veces, otras furiosa indómita de guerrera valiente. Verdugo en los desiertos, enamorada de los polos cual artista juguetona esculpiendo caprichosas siluetas, protectora de las selvas...con ella es posible el paraiso.
Marisa, sentimientos expresados claramente en este pequeño bocado para el paladar de la imaginación, quiero más, se me antoja saciar el apetito de tu cautiva tonada.Esperaré su inconclusa trayectoria. un abrazo.
Bea, al acabar el poema he cerrado la puerta, eso sí, no he echado la llave, por tanto, se puede abrir en cualquier momento, y tú estás invitada a pasar cuando quieras, que poesía no te falta porque...poesía eres tú, como decía el romántico con ricitos,jjj.
ResponderEliminarSinceramente, gracias por tus bellísimas palabras. Un besazo.