jueves, 8 de enero de 2015

MANZANAS LITERARIAS: 5º (y último) MORDISCO



MANZANAS  LITERARIAS: 

QUINTO (y último) MORDISCO


SIGLO XX Y XXI

Desde la poesía a la novela, pasando por conocidos cuentos impertérritos al paso del tiempo, la manzana ha seguido floreciendo con su exquisito aroma en la tierra fértil de plumas, versos y alfabetos. Fruta del  pecado, estandarte del erotismo y el sexo. Significados que no va a perder en nuestros dos últimos siglos pero significados que también se van a enriquecer con múltiples matices. Quedan invitados, si gustan, al ágape final de manzanas literarias.



1) Las manzanas de La Metamorfosis de Kafka.

Comencemos por esta novela tan extraordinaria como peculiar. Las manzanas también tienen cabida en ella y son convertidas en arma arrojadiza que lanza el Sr. Samsa sobre su hijo Gregorio al verlo convertido en un gran insecto. Gregorio sustentaba a la familia con su trabajo pero esta metamorfosis inexplicable no le permitirá seguir haciéndolo, lo que hace que el padre, no precisamente muy trabajador, tenga que volver a trabajar y, rabioso, le bombardea con manzanas:

Era una manzana; inmediatamente siguió otra: Gregorio se quedó inmóvil del susto; seguir corriendo era inútil, porque el padre había decidido bombardearle.



Esta escena, aunque no lo parezca, tiene similitudes con la manzana del Paraíso. Para la familia de Gregorio, que este los mantuviera y ellos no pegaran golpe, era como un Paraíso. Ahora bien, cuando esta situación se rompe y va a ser el padre quien tenga que trabajar, para el Sr. Samsa esto es como un exilio o destierro del Paraíso, comienza su sufrimiento y su necesario trabajo para poder sobrevivir como Adán y Eva.  Y estas manzanas que le arroja a su hijo así lo simbolizan. Incluso una de ellas se le incrusta en el caparazón.
Por tanto, manzanas en manos de hombre en esta ocasión vienen a significar el “pecado” cometido no por una mujer, esta vez, sino por un hombre: el haberse convertido en insecto. Castigo: expulsión de la vida que llevaban.



2) La manzana de Blancanieves de los Hermanos Grimm.

Pasemos al archiconocido cuento de la bella Blancanieves. La manzana es el eje motor de toda la narración. Recuerden que la madrastra de la joven, movida por la envidia y tras varios intentos fallidos de cargársela, se disfraza de granjera y le ofrece una manzana a la chica, cuya mitad colorada está envenenada. Cuando la joven la ingiere, cae en un profundo sopor del que no saldrá hasta que llegue el beso del hermoso principito.


Ilustración de Carl Offterdinger


-¿Temes que esté envenenada? -dijo la vieja-; mira, corto la manzana en dos partes; tú comerás la parte roja y yo la blanca.
La manzana estaba tan ingeniosamente hecha que solamente la parte roja contenía veneno. La bella manzana tentaba a Blancanieves  y cuando vio a la campesina comer no pudo resistir más, estiró la mano y tomó la mitad envenenada. Apenas tuvo un trozo en la boca, cayó muerta.

La manzana en manos de una mujer significa veneno y por extensión simbólica, envidia y maldad.



3) Las manzanas de Andrés Trapiello.

Entremos en el edénico vergel de la poesía. El leonés, Andrés Trapiello, en su poema titulado Las manzanas, hace un tratamiento de esta fruta hasta ahora totalmente original si tenemos en cuenta el recorrido que llevamos hecho en anteriores entradas;  el significado generalizado de ellas, desde la antigüedad clásica hasta el siglo XIX (veremos que en el XX también), era de erotismo, sexualidad o cuerpo femenino. Observen el enfoque de Trapiello:


René Magritte, El Hijo del Hombre


LAS MANZANAS
(…)
Manzanas de Septiembre, aromadas manzanas.
recuerdo aquellas tardes otoñales y mías
como una salve antigua, tristes, gregorianas.
Aquel sentir lejano que llegarían días
en que yo recordase, desvanecido el mundo.
(…)
Cómo seré yo entonces, recuerdo que pensaba
en las doradas tardes, sin suponer siquiera
que en aquellas manzanas tan ásperas estaba
escondido el entonces, el será, el es y el era.

Utiliza la manzana con un simbolismo existencial: el paso del tiempo. El fue, el es y el será estuvieron y están escritos en el néctar de esas manzanas de su infancia.



4) Las manzanas de Pablo Neruda.

Hablar de poesía es hablar de Pablo Neruda. Lo esperable es que les dejara su conocida Oda a la manzana pero todos ustedes ya la conocen. He preferido elegir algunos versos de dos de sus composiciones de Cien sonetos de amor(1959).


MAÑANA

Plena mujer, manzana carnal, luna caliente,
espeso aroma de algas, lodo y luz machacados (…)



William Glackens, Desnuda con una manzana


DESNUDA

Desnuda eres tan simple como una de tus manos,
lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente,
tienes líneas de luna, caminos de manzana,
desnuda eres delgada como el trigo desnudo. (…)

Sobran las interpretaciones ante la intensidad y lujo de estos versos.  Nuestra manzana en boca de un hombre vuelve a identificarse deliciosamente con el cuerpo de una mujer, con esas curvas que son caminos, con esos caminos que son desnudez. El erotismo vuelve a ser el traje de gala de nuestra manzana.



5) Las manzanas de Rubén Darío.

Y seguimos por ese camino hermano, el de la poesía hispanoamericana. Le llega el turno al nicaragüense Rubén Darío, padre del Modernismo que también sucumbió al encanto del dulce fruto:


PALABRAS DE LA SATIRESA

Un día oí una risa bajo la fronda espesa,
 vi brotar de lo verde dos manzanas lozanas;
 erectos senos eran las lozanas manzanas
 del busto que bruñía de sol la Satiresa.



Del preciosismo que supuso el Modernismo brotan dos manzanas que en la retina del poeta se asemejan a dos erectos senos. Rubén Darío sigue la fiel tradición grecolatina de esta identificación: busto femenino con las manzanas.



6) La manzana de Gioconda Belli.

Y seguimos un ratito más en Nicaragua, esta vez acompañando los maravillosos versos de una mujer tan singular como sus versos: Gioconda Belli.  En esta increíble composición (que recomiendo, si me lo permiten, que la busquen y lean completa porque es una joya),  la Eva que conocemos del Paraíso se revela contra Adán y advierte sobre el sabor amargo de la manzana una vez comida. La recreación actual que Gioconda Belli hace del mito es francamente magistral:


EVA ADVIERTE SOBRE LAS MANZANAS

Con poderes de Dios
 -centauro omnipotente-
 me sacaste de la costilla curva de mi mundo
 lanzándome a buscar tu prometida tierra,
 la primera estación del paraíso.

Todo dejé atrás.
 No oí lamentos, ni recomendaciones
 porque en todo el Universo de mi ceguera
 solo vos brillabas
 recortado sol en la oscuridad.


Y así,
 Eva de nuevo,
 comí la manzana;
 quise construir casa y que la habitáramos,
 tener hijos para multiplicar nuestro estrenado territorio.
 Pero, después,
 sólo estuvieron en vos
 las cacerías, los leones,
 el elogio a la soledad
 y el hosco despertar.
(…)
Para nunca jamás
 esta Eva verá espejismos de paraíso
 o morderá manzanas dulces y peligrosas,
 orgullosas,
 soberbias,
 inadecuadas
 para el amor.

El significado que se otorga a la manzana, al igual que ocurría en el caso de Andrés Trapiello, también es original: simboliza, esta vez en boca de mujer, el desengaño, la traición, la amargura de un desamor.



7) Las manzanas de Octavio Paz.

Y nos vamos a Méjico, entre los surcos de los versos de Octavio Paz entre los que se encuentran también las semillas de las manzanas, no amargas como en el caso anterior, sino dulces:


Aurora Jareño Bonilla, Como manzano entre árboles silvestres
www.aurorajarenobonilla.blogspot.com


ELOGIO

(…)
Y a veces, bajo su sombra, he comido sin miedo los frutos de una amistad
parecida a las manzanas
Y he conversado con ella y con su marido y su cuñado como hablan entre
sí el agua y las hojas y las raíces.

La manzana se identifica con la amistad femenina, más concretamente con la dulzura de una amistad. Lejos estamos del enfoque carnal de tiempos atrás. Visión también original desde el punto de vista literario.



8) Las manzanas de Federico García Lorca.

El ágape del pomar termina en Granada, ciudad de vida y muerte para nuestro querido Lorca. En las dos composiciones que he elegido brillan manzanas, pero con un significado radicalmente distinto. En la primera,  el significado de erotismo y sexualidad aplicado a la manzana, es más que evidente:




MADRIGAL DE VERANO

Junta tu roja boca con la mía,
¡Oh Estrella la gitana!
Bajo el oro solar del mediodía
Morderá la manzana. (..)
Junta tu roja boca con la mía,
¡Oh Estrella la gitana!
Déjame bajo el claro mediodía
consumir la Manzana.

En la segunda composición, la amargura de la muerte que acecha, que se intuye, que se huele, que se palpa entre los cipreses granadinos, se mezcla con la dulzura del sueño de las manzanas, con el deseo de morir en tranquilidad. Muerte tan dulce como el néctar de la manzana.


GACELA DE LA MUERTE OSCURA

Quiero dormir el sueño de las manzanas,
alejarme del tumulto de los cementerios.(…)
Quiero dormir un rato,
un rato, un minuto, un siglo;
pero que todos sepan que no he muerto;(…)
Porque quiero dormir el sueño de las manzanas
para aprender un llanto que me limpie de tierra;(…)


APROVECHO PARA DESEARLES A TODOS UN MUY FELIZ, JUSTO Y CUERDO AÑO 2015 DESPUÉS DE ESTA LARGA AUSENCIA. QUE EL AÑO LES SEA PRÓSPERO EN CREATIVIDAD Y SUEÑOS.





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