viernes, 25 de noviembre de 2011

ALICIA EN EL ESPEJO DE LA LUNA


ALICIA EN EL ESPEJO DE LA LUNA
O el pozo era en verdad profundo, o ella caía muy despacio, porque Alicia, mientras descendía, tuvo tiempo sobrado para mirar a su alrededor y para preguntarse qué iba a suceder después.
Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.

En la noche de los relojes dormidos
tropieza el corazón con la oscuridad,
caen en el pozo infinito
los cuchillos del silencio.
El dolor desea acariciar el fondo,
mientras descienden los sueños
en el viaje frenético a los latidos perdidos.
Es el vértigo de la caída.


Había puertas alrededor de todo el vestíbulo, pero todas estaban cerradas con llave. (…)
« ¡Las cosas están peor que nunca!», pensó la pobre Alicia. « ¡Porque nunca había sido tan pequeña como ahora, nunca! (…)
Se sentó en el suelo y volvió a llorar. (…)
-¡Ojalá no hubiera llorado tanto! -dijo Alicia, mientras nadaba a su alrededor, intentando encontrar la salida-. ¡Supongo que ahora recibiré el castigo y moriré ahogada en mis propias lágrimas!
Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.

Mil puertas y una sola llave
en el laberinto del amor.
No hay manos
que puedan alcanzar cerraduras
oxidadas por el olvido
de besos y caricias.
Lágrimas que se ahogan
en su propio mar de lágrimas.


Ahora medía más de dos metros. (…)
-¡Dios mío! ¡Qué cosas tan extrañas pasan hoy! Y ayer todo pasaba como de costumbre. Me pregunto si habré cambiado durante la noche. Veamos: ¿era yo la misma al levantarme esta mañana? Me parece que puedo recordar que me sentía un poco distinta. Pero, si no soy la misma, la siguiente pregunta es ¿quién demonios soy? ¡Ah, este es el gran enigma!
Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas

Las lágrimas llegaron
al fondo de la madriguera.
Siempre hay reposo
para el río que ama el mar.
Y amaneció la noche
enredada con las sombras de la mañana,
mientras mi nombre se confundía
con el eco de la caligrafía del tuyo.
Enigmas de la Torre de Babel.




-¿Quién eres tú? -dijo la Oruga. (…)
-Apenas sé, señora, lo que soy en este momento... Sí sé quién era al levantarme esta mañana, pero creo que he cambiado varias veces desde entonces.
-¿Qué quieres decir con eso? -preguntó la Oruga con severidad-. ¡A ver si te aclaras contigo misma! (…)
-Bueno, quizás usted no haya sentido hasta ahora nada parecido -dijo Alicia-, pero cuando se convierta en crisálida, cosa que ocurrirá cualquier día, y después en mariposa, me parece que todo le parecerá un poco raro, ¿no cree?
Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.

Sedas de Oriente
de abigarrados colores
visten la crisálida del corazón.
El invierno nunca supo pintar
alas de mariposas.
Pasión dormida en el pecho,
mecida por latidos de nanas
que sueñan primaveras
de ramas reverdecidas
por la brisa de un atardecer de alas.



-Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? 
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar -dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes -dijo el Gato.
-... siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia como explicación.
-¡Oh, siempre llegarás a alguna parte -aseguró el Gato-, si caminas lo suficiente!

Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.

Los caminos son huellas
que se levantan para echar a andar
cuando el hastío
es huérfano de pasos.
En la quietud del sendero
se oye caminar al sueño,
animal felino
de fauces voraces
devoradoras de los linderos pétreos
que limitan la razón y el corazón.






-Creo que ustedes podrían encontrar mejor manera de matar el tiempo -dijo- que ir proponiendo adivinanzas sin solución.
-Si conocieras al Tiempo tan bien como lo conozco yo -dijo el Sombrerero-, no hablarías de matarlo. ¡El Tiempo es todo un personaje!
-No sé lo que usted quiere decir -protestó Alicia.
-¡Claro que no lo sabes! -dijo el Sombrerero, arrugando la nariz en un gesto de desprecio-. ¡Estoy seguro de que ni siquiera has hablado nunca con el Tiempo!

Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.


Debajo de un zapato
el tiempo escondió al dolor,
los días recogen sus cenizas
enterrándolas lejos del corazón.
 “Es el amor que pasa”, dijo el Tiempo.
 El eco, no respondió.




Alicia empezó a sentirse incómoda (…)  « ¿qué será de mí? Aquí todo lo arreglan cortando cabezas. Lo extraño es que quede todavía alguien con vida! »  (…)
-¡Que le corten la cabeza! -chilló la Reina a grito pelado. (…)
Al oír esto la baraja se elevó por los aires y se precipitó en picada contra ella. Alicia dio un pequeño grito, mitad de miedo y mitad de enfado, e intentó sacárselos de encima... Y se encontró tumbada en la ribera, con la cabeza apoyada en la falda de su hermana (…)
-¡Despierta ya, Alicia! -le dijo su hermana-. ¡Cuánto rato has dormido!

Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.


Sueños
que viajáis al País de las Maravillas,
sabed que también allí
vuestra cabeza corre peligro.
De rojo son pintadas la rosas
con pinceles de espinas
navegando en los tinteros
de las lágrimas del corazón.



Fotografías: imagenesfotos.com



jueves, 17 de noviembre de 2011

ORGÍA DE SOMBRAS


ORGÍA DE SOMBRAS
Cuando las sombras recorren el empedrado mojado de la ciudad, una orgía de pieles comienza a vibrar.
Cientos de cuerpos anónimos se cruzan como funambulistas caminando por una cuerda de seda intentando que sus pieles solitarias no se rocen, que sus ojos sin retinas no se hurten miradas, que sus palabras  sin sintaxis no se precipiten por ninguna Torre de Babel. Viajan dentro de una burbuja terrenal que marca el límite áureo entre su espacio y las tierras ignotas de los demás cuerpos sin firma.
Pero sus sombras es lo más humano que tienen.



Mientras ellos se afanan en sembrar espacios siderales en los escasos centímetros que los separan, ellas se dan el gran banquete de abrazos informes. Se enredan en un festival caníbal de brazos y piernas. Se enmarañan en las plazas de las ciudades mientras alguna paloma picotea las migas de pan sembradas en su traje negro. Se cobijan bajo el paraguas ajeno para aprovechar el contacto íntimo de la sombra afortunada de tenerlo. Se enredan por la cintura en la cola del autobús. Se poseen en el bosque de la noche, en los pub,  formando intersecciones que danzan el baile de la seducción, mientras los cuerpos anónimos bailan rituales solitarios en minúsculos espacios que miden rigurosamente para que ninguna piel roce la piel extranjera. Las sombras conocen la calidez del cuerpo desnudo en la playa, recorren sus cimas y sus valles, besan caricias y acarician deseos cuando el sol del atardecer las recuesta en la arena  para que se amen lo que jamás podrán amarse los cuerpos sin nombre.



Nuestras sombras son políglotas del amor. Conocen cada rincón de la piel ajena. Están doctoradas en la filología de la caricia. Mientras los humanos funambulistas se hunden con la Atlántida, ellas navegan con la ley de la fuerza del viento. Los héroes bípedos de piel y cartón jamás sabrán que tienen un espejo delatador en cada paso que dan cuando la sombra se hizo carne huyendo de la caverna platónica.

domingo, 13 de noviembre de 2011

"Las lágrimas de la lluvia" recitado por Jorge del Nozal


El pasado 4 de noviembre, publiqué en mi blog un texto propio de prosa poética titulado "Las lágrimas de la lluvia".
Jorge del Nozal en su blog http://www.duendepoeta.blogspot.com/ se ofreció gentilmente a quitarle su vestido de prosa y vestirlo de versos en su propia y espléndida voz. Si tienen curiosidad por conocer el resultado, pueden conocerlo en el siguiente enlace:

http://duendepoeta.blogspot.com/2011/11/las-lagrimas-de-la-lluvia-marisa-el.html

Gracias, Jorge.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Mi amigo Satán. Joaquín Sabina.


¿Y si resulta que los Malos nunca han sido tan malos ni los Buenos tan buenos? Quien osa combatir el poder absolutista ¿está condenado a la humillación, odio, calumnia y exilio perpetuos? ¿Qué hubiera ocurrido si en esa batalla celestial hubieran ganado los indignados “revolucionarios”? Joaquín Sabina, al que no le gusta ese “club privado” vencedor,  nos lo cuenta en un tema que, para la que escribe, es uno de los mejores de su producción musical; poco conocido, punzante en el año en que se publicó, 1980, y muy actual... Espero que lo disfruten, pongan las agujas de su reloj a las doce en punto si gustan…

MI AMIGO SATÁN
Joaquín Sabina

Las doce marcaba
el reloj de la sala,
rendido de sueño la luz apagué,
cuando oí una fuerte voz que me llamaba
y aparecióseme Lucifer:

- “No tiembles de miedo”,
me advirtió, “que es falso
lo que te han contado los curas de mí
”.

- “Conozco tus trucos”, le dije al Diablo,
búscate otro Fausto y déjame dormir”.

- “El Cielo que sueñas”, contestó enfadado,
es un club privado de gente formal,
yo vengo a llevarte de viaje conmigo
al país del que nadie ha vuelto jamás
”.

Hizo un gesto con su mano
y en el espacio me encontré,
volando con alas de espuma
mirando la Tierra a mis pies.
Enjambres de estrellas cruzamos veloces
mientras en mi oído sonaba su voz:

- “Hace muchos siglos”,  me dijo,
en el Cielo hubo una sangrienta revolución,
un grupo de ángeles nos levantamos
contra el poder absoluto de Dios,
como todo vencido conocí el exilio,
la calumnia, el odio y la humillación,
pero te aseguro que de haber ganado
ni muerte ni Infierno
ni cinco ni dos,
ni tuyo ni mío
ni odio ni trabajo
habrían existido,
ni Diablo ni Dios
”.

- “Déjame vivir contigo,
demonio amigo
”, supliqué,
no me hagas volver a la vida
perdida ya mi antigua fe
”.

Escuchóse entonces un bárbaro trueno
y en mi cama sudando debí despertar,
mi amigo el Diablo se esfumó gritando:

- “Cuenta lo que sabes a la humanidad”.

Desde entonces robo, bebo, mato, arrastro
una miserable vida criminal,
pues sé que a la muerte me estará esperando
en el dulce Infierno mi amigo Satán.
Sí, esto que les cuento es una historia cierta,
ustedes si quieren me creen o no,
pero no le cierre la puerta al Diablo
si llama una noche a su habitación.
Título: Mi Amigo Satán
Año: 1980
Letra: Joaquín Sabina
Música: Joaquín Sabina
Disco: Malas Compañías (1980)

viernes, 4 de noviembre de 2011

LAS LÁGRIMAS DE LA LLUVIA


LAS LÁGRIMAS DE LA LLUVIA

Nada puede sembrarse en una lágrima.
La lluvia es el lánguido espejo que refleja el  gemido del corazón escondido bajo la piel. Besa el cristal con labios húmedos de recuerdos que difuminan horizontes.
Las lágrimas de la lluvia caen lentamente dibujando caminos que nunca serán surcos profundos, solo huellas descarnadas del azar. El cielo fue lacerado por la tormenta.
Nada puede sembrarse en una herida.


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