jueves, 6 de junio de 2013

BRÚJULAS


(Voces silenciosas X)

BRÚJULA DEL SUR


El norte no existe cuando la luz mira al sur. Detrás del espejo del mar, las direcciones son caminos nebulosos de cristal azul. Peces errantes de norte vuelan en nubes húmedas de sueños. Aves sedientas de sal bucean en olas extraviadas de brújulas. Y en el horizonte que desafía al eje terrestre sigues estando tú. Allí, donde el norte no existe.






VUELO PELIGROSO

La piel de las rocas escribe rutas no recomendadas a las lágrimas, surcos ahogados de trampas para aquellos que osan escalar a sus rincones más íntimos. Pero el peligro solo es la voz que susurra el silencio de lo que tiembla. El miedo es el muro más poderoso que impide avanzar. Al llegar a la cima el eco del mar desnuda lentamente tus alas. Y desearías echar a volar.






EL GRITO DEL MAR

El mar sabe gritar a sal. Escupe olas que escriben en las rocas tatuajes de bramidos, tormentas de caracolas mudas. Y excava con sus puños de mareas una gruta profunda, talla y cincela el corazón del acantilado. Venas de sal y agua recorren sus arterias. Allí se escucha el grito del mar, allí se escuchan mis latidos.






REFUGIO

Abrigo mi alma con las sombras de la luz. Los refugios de la noche mienten, las estrellas han naufragado en el azul del mar. Aún brilla su estela encendida en los surcos del Mare Nostrum como ondina portadora de fatal destino. La mirada al horizonte es protegida por los muros cincelados por el viento. Y respiro frío gélido bajo la sombra mientras se ahoga la última estrella.






EL CAMINO DEL MAR

En la alfombra de la playa se escriben las huellas del mar. Alfabetos de caracolas y conchas serpean la caligrafía de su voz. En la orilla del azul dibujo el camino del mar pero las olas implacables en su deambular, borran los trazos firmes de iniciales de nombres, de sueños, de narrativas deseantes y deseadas que llegan a su final.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…






EL PUENTE DEL MAR

Albañil de puentes es el mar después de la noche de siglos en las que arrojó su ira de olas plateadas. Tras la tormenta no solo brota la  desolación sino esculturas de lenguajes que derrotaron a la Torre de Babel. Los puentes unen el alfa y el omega, la tierra y la sal. Amantes eternos el continente y la mar.






DEL CIELO AL SUELO

Entre el cielo y el suelo habita el mar. Sobre la playa sueña sus sueños, sobre el cielo desea soñar. La tarde despliega sus pinceles de soledad y las acuarelas comienzan a navegar en el bajel de los recuerdos. El horizonte, hambriento de nostalgias, muestra sus fauces carnívoras de deseos. Y todo en un instante desaparece. Solos tú, yo y el mar.



Fotografías:

Marisa Vegas
Denia (Alicante)- Mayo 2013



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