miércoles, 29 de junio de 2011

La casa azul. La revolución sexual

www. imagenesfotos.com


LA CASA AZUL. LA REVOLUCIÓN SEXUAL
Durante esta semana se celebra el Día Internacional del Orgullo Gay (LGBT), fechado el 28 de junio, en que se conmemoran los disturbios de Stonewall (Nueva York, EE. UU.) de 1969, que marcan el inicio del movimiento de liberación homosexual.  Independientemente de la valoración que cada uno haga de la conveniencia de celebrar este día o no en función de sus creencias morales, sociales políticas o religiosas, sigamos apostando por la hermosa palabra LIBERTAD, en este caso, sexual. Si aprendemos a respetar lo que cada cual quiera hacer con sus sentimientos y sexualidad, descubriremos la piedra filosofal donde se asienta la TOLERANCIA, y entonces, es cuando realmente seremos libres.
La Casa Azul es un grupo español de indie pop fundado en 1997. Tiene una larga trayectoria musical (http://es.wikipedia.org/wiki/La_Casa_Azul) Este tema que les muestro, La revolución sexual, se hizo internacionalmente famoso ya que fue propuesto para representar a España en el Festival de Eurovisión de 2008. Quedó en 2º lugar, no siendo seleccionado para nuestra representación, gustando a todo el mundo menos al país que tenía que representar. El vídeo de la canción tuvo mucho éxito no solo en España, sino en Corea (discográfica coreana Happy Robot), de ahí que se hiciera también en coreano y en inglés. Aunque en ningún caso pretendieron abanderar ningún movimiento de liberación, la letra de la canción dice mucho en relación con esa libertad de la que hablamos. Lo he seleccionado para elaborar esta entrada, por ese motivo y por su entusiasmo, aunque sí debo advertir que el vídeo es…divertido. Que lo disfruten…


"La canción que debió ir a Eurovisión 08. Guille es una coctelera de sabiduría pop". (Julio Ruiz)
"Delicias pop manufacturada con inteligencia". (Tomás Fernando Flores)


Dímelo ya, necesitas descansar.
Ahora dímelo ya, esperar está de más.
 Porque va a suceder, el verano del amor.
Sé que va a suceder, la revolución sexual.

Y hace días que sabes que no,
que a veces no hay tener la razón.

Tú, que decidiste que tu vida no valía,
que te inclinaste por sentirte siempre mal,
que anticipabas un futuro catastrófico,
hoy pronosticas la revolución sexual.
Tú que decidiste que tu amor ya no servía,
que preferiste maquillar tu identidad,
hoy te preparas para el golpe más fantástico,
porque hoy empieza la revolución sexual.

Déjalo ya, no pretendas despistar.
Ahora déjalo ya, ¿a quién quieres engañar?
Porque va a suceder, el verano del amor.
Sé que va a suceder, la revolución sexual.

Y hace días que sabes que no,
que a veces no hay que tener el control.

Tú, que decidiste que tu vida no valía,
que te inclinaste por sentirte siempre mal,
que anticipabas un futuro catastrófico,
hoy pronosticas la revolución sexual.

Tú que decidiste que tu amor ya no servía,
que preferiste maquillar tu identidad,
hoy te preparas para el golpe más fantástico,
porque hoy empieza la revolución sexual.


martes, 21 de junio de 2011

SOLSTICIO DE VERANO Y NOCHE DE SAN JUAN


A dos brujas nacidas en la Noche de San Juan,
(mi madre y yo).



SOLSTICIO DE VERANO Y NOCHE DE SAN JUAN

La noche ronroneaba sobre la piel de los tejados.


Las estrellas la miraban con la misma luz que hacía ocho mil años, cuando aquellos antepasados convivían con seres misteriosos, espíritus liberados de sus prisiones y amparados en su oscuridad, y con duendes ocultos entre milenarios helechos que florecían cuando daban las doce campanadas. Estos entes habían observado, con curiosidad, como la distancia angular del dios Sol al ecuador celeste de la Tierra era máxima aquel día. La noche sería corta. Encenderían hogueras en sus campos para ayudar al Sol a que no perdiera sus fuerzas, a que no les desamparara en días posteriores. El poder de las tinieblas tendría su reinado más corto pero traería a seres malignos mientras los tesoros se removían en las entrañas de la tierra. El fuego destruiría los hechizos de lo dañino.



El solsticio de verano era la Puerta helénica que convertía a los Hombres en Dioses. Esa noche, los griegos abrían la puerta que les conducía al conocimiento del futuro, a las dimensiones mágicas de la realidad. Acostumbrados a vivir y convivir entre dioses y semidioses, anhelaban ser como ellos. En esta noche se engalanarían con el manto de la divinidad, y serían dueños de esa inmortalidad que la misma noche poseía.


El Diablo andaba suelto en la noche más corta del año, la del 23 al 24 de junio, así que el Cristianismo quiso que El Bautista bendijera los campos. La fiesta pagana del fuego purificador fue cristianizada por la salvación del agua del bautismo. Fuego y agua para fecundar la tierra, demonios y dioses vagando por una atmósfera cargada de aliento sobrenatural .



Noche propicia para viajar al otro lado del espejo accediendo por grutas y palacios encantados. Los embrujos estremecen incluso a las llamas. Las maldiciones braman de las bocas de dragones. Brujas, hadas y deidades de la naturaleza salen a dar un vespertino paseo a la luz de la Luna en torno a sus infranqueables moradas. Las plantas nocivas escupen esa noche su veneno y las salutíferas centuplican sus virtudes. El rocío y el agua de las fuentes que han dormido arropadas por la luz de la luna del solsticio de verano, adquieren propiedades mágicas y sanadoras para el cuerpo que se baña en ellas: las muchachas al llegar el alba acuden a las fuentes para entonar sus cánticos a la flor del agua mientras bañan su piel en esa esperanza que la noche ha dejado en sus aguas. Noche de fecundidad para princesas enamoradas que sueñan y adivinan el galán que las despose.



Escalofríos y alucinaciones rodean a quien ose reflejarse en los espejos la Noche de San Juan: los cuentos de las ancianas alrededor del fuego auguran que la muerte, guadaña de poder igualatorio, se reflejará en su azogue. Poder y magia para la noche de las brujas.


Arrojad al fuego aquello que el alma anhele hacer desaparecer de vuestros días. Quemad los numerosos males que os azotan escritos en un papel que el fuego purificará. Las llamas convertirán en sombras las penas, lamentos y lágrimas, consumirán con su aliento aquellas sendas tenebrosas que debéis abandonar. Entregad al fuego los enigmas del tormento para hacer sitio a lo nuevo por llegar.



Dicen que las brujas existen en la Noche de San Juan. Yo las conozco.

sábado, 18 de junio de 2011

Entre mi madre y yo



Vuelvo a mi etiqueta de "Amigos cuentistas" para tener la suerte de presentarles, esta vez, un magnífico relato que Aníbal Jaisért ha hecho llegar a mis manos y que me fascinó desde el primer momento en que lo leí. La alta creatividad literaria de este escritor la pueden disfrutar en su blog www.anibaljaisert.blogspot.com , espacio altamente recomendable para los amantes de la buena literatura.


Aníbal nos trae los lamentos de un niño difuminados en la lánguida mirada de su madre tras la ventana. El eco de dos voces que se buscan y huyen mientras algo late detrás de la memoria... Espero que lo disfruten.


ENTRE MI MADRE Y YO


Aníbal Jaisért

Mi madre ya no me quiere. Quizá nunca me ha querido. En cambio, antes era tan amable conmigo. Le molesta que me haya puesto enfermo, lo sé. Aunque ya me he recuperado, procura no mirarme a la cara. No me presta atención, no hay mimos, cariño, abrazos. Esta mañana cuando me desperté bajé corriendo a la cocina y no me había preparado el desayuno como antes solía hacer.

La persigo por casa, tiro de su camisa, acaricio su mano. Ninguna señal. Está disgustada porque no la he podido ayudar los días que he estado en cama, pero debe de ocurrirle algo más. Desde que me he recuperado hago casi todas las tareas de la casa, intento cocinar aunque apenas alcance a ver sobre la encimera. Ella se sorprende y se le nota en la cara de sorpresa que pone, pero no me felicita. Mi madre ya no me quiere, es un hecho.

Durante todo el día parece distraída, puede ser que depresiva. Su cara es la misma que la máscara teatral de la tragedia. Ojos sin vida y boca cuya comisura se pierde en la oscuridad del cuello.

Tengo que dar todo por hecho, pues parece que no desea hablarme. Mis amigos ya no son mis amigos. Durante estos días he perdido contacto con ellos y a mi edad todo se olvida pronto, también la amistad, que aún tiene poco significado. Ya sólo tengo un amigo que antes nunca lo había sido. Es aburrido y no conoce ningún juego de los que yo sé. Pero al menos me hace compañía. Algunas veces me siento el niño más desafortunado del pequeño mundo que conozco. Estoy, sin embargo, convencido de que no es cierto, pero los niños cuando nos enfrentamos a problemas es siempre por vez primera. No tenemos tablas, como dicen los adultos. Ni carácter. Sólo inocencia poseemos que, por suerte, es la vía de escape de nuestros actos equivocados. Mis padres no hablan hace tiempo, ellos tampoco se quieren. En cambio a mí sí me cuida mi padre y me da lo que mi madre es incapaz de darme. También lo hacen mis abuelos.





Pienso que a lo mejor mi madre tiene un problema para amar. Ha sido siempre servicial con quien sabe que tiene lazos de afecto, familiares. Supongo que sabe a quien tiene que querer y se esfuerza. Sin embargo, ha desistido. Ha decidido que se entrega al horizonte. Le gusta mirar a lo lejos. Los ojos descansan y también el pensamiento. Huye de nosotros y se hace un poco más grande, se vuelve tan del tamaño de lo que ve que no cabe en casa. Lo ocupa todo pero no está en ningún sitio. O sí, está sentada junto a la ventana de la cocina, en su mesa camilla con brasero eléctrico. Es suya la mesa. Nunca nos hemos sentado los demás. Tiene un santuario en la cocina. Y desde ahí ha comenzado a dirigir el imperio de silencio que se ha impuesto.

Antes le gustaba que la peinara, que jugara con su pelo antes de acostarme. Ya no, ya no está interesada por nada. Mientras lo intento hacer pasa sus manos por el cabello en un gesto sutil para apartarme. Me recuerda a mi abuela que no nos reconoce. Aunque lo de mi madre sea distinto porque es sólo con nosotros, con su familia. Porque con el carnicero, el cartero,... es amable. Con todos. Hace uso de una cordialidad fría que no da lugar al tema personal en las conversaciones. Sin embargo, al menos habla. Habla con todos ellos, los desconocidos, y no conmigo, su hijo. ¿Qué me echa en cara? Nadie ha muerto por mi culpa. La quiero. No he hecho jamás nada peor que los demás chicos de mi edad. No lo entiendo.

Si me marchara de casa ella no se daría cuenta. Quizá me marche esta tarde. Aunque no diga nada parece que le entorpece mi presencia. Me iré a vivir con mi padre o con mis abuelos. La veré poco porque viven lejos de este, mi pueblo. Ellos se apartaron de mi madre. Creo que fue porque ella no los quería tampoco. Juegan con ventaja, se dan cuenta antes de todo. Mi madre debe de mentir muy bien, al menos por lo que recuerdo. Me trataba genial. Me daba para merendar queso de untar, era mi merienda preferida, con zumo de melocotón. Soy un niño normal, ya lo veis. No hay motivos para que no me haga caso, para que no me trate como a su hijo. Pero querer no es obligatorio, claro. De más pequeño pensaba que era Dios el que se encargaba de obligar a la gente a querer. Ahora sé que Dios no existe en mi casa. Para mi padre, él sólo existe en los cementerios, aunque no entiendo por qué. Para mí, sólo existe en la mente de los que creen en él. Todo esto da igual, no tiene nada que ver con lo que me preocupa.




Sí, ya lo tengo claro, esta tarde me marcharé de casa, iré a la plaza y esperaré a mi padre. Mi madre, como en una novela romántica, asomará su cabeza por la ventana. O puede ser que ni siquiera se la vea por el reflejo del sol contra el cristal. Y, aunque no alcance a ver sus ojos, sé que no me mirará. Ella no es capaz de ver las cosas que están cerca. Tiene, a lo mejor, un problema en la vista como mi abuelo, por eso ha dejado de verme.

Acabo de salir de casa y he dado un portazo detrás de mí. Pensé que mi madre estaría en la cocina pero está en mi habitación. Cuando he cerrado la puerta su despedida ha sido un grito como si después de mucho tiempo sin mirarse, haya descubierto que tiene el cuerpo plagado de gusanos devorándola. Un grito hiriente que me ha horrorizado. ¿Habrá muerto? Corro asustado sin mirar atrás.


__________________________________



Cuando murió mi marido... Corrijo. Cuando acepté la muerte de mi marido, en el momento en que asimilé que el hecho mental era una realidad física, respiré hondo
Supe que no eran probables más pérdidas. No era probable que mi hijo, al que amarraba con todas las fuerzas que tenía, se quisiera marchar también. Pero se me escapó. Huyó de mí mientras lo abrazaba con ahínco para que no se difuminara entre mis manos. La muerte no puede ser retenida entre los brazos. Sé que las personas con mi trayectoria acaban atrapadas en la locura o en la indiferencia. Da igual, yo ya no tengo responsabilidad para con nadie.

El oncólogo dijo que si lo deseaba podía llevar a mi hijo a morir a casa. Y desde luego que quería. No podía admitir perderlo en un hospital y después regresar a mi casa vacía. Un niño merece morir con intimidad. Los médicos no deben corromper su pueril vocabulario. No deseaba oírlo hablar con tecnicismos como ya había escuchado a otros jóvenes terminales de su planta.

Deliró como un niño.

Estos últimos días, dormía a todas horas y yo intentaba despertarlo para despedirme pero no he sido capaz. El sueño es muchas veces amigo y preludio de la muerte. Oí perfectamente como ella cerraba la puerta cuando lo raptó.



Al levantarme de la cama esta mañana, sin dormir en toda la noche, estaba tan alterada que mi hermana me ha llevado al médico. Estoy totalmente sana. Vaya capricho. Cuando he llegado de nuevo a casa me he sentado en mi mesa camilla de la cocina y me he servido un café mientras miraba a lo lejos. De repente, he sentido una necesidad, fruto seguro de la locura que me espera, de abrir la ventana, mirar hacia el banco donde se solían sentar mi marido y mi hijo y gritar “¡os quiero!”. Me he callado. Los muertos no escuchan. En ese instante recordé cuatro versos de Lorca:

“Las cosas que se van no vuelven nunca,
todo el mundo lo sabe,
y entre el claro gentío de los vientos
es inútil quejarse.”










jueves, 16 de junio de 2011

PERORATA SOBRE PREMIOS



Durante esta semana, la amabilidad de cuatro queridos blogs, ha hecho que me otorguen el Premio Sunshine Award. Estos blogs son:


http://www.valverdedelucerna.blogspot.com/ /
http://www.desdelaterraza-viajaralahistoria.blogspot.com/ /
http://www.lacalarealidadyficcion.blogspot.com/
http://www.buenosaires1929cafeliterario.com/

Estoy sumamente agradecida por el cariño y reconocimiento de estos amigos, y esta circunstancia ha dado lugar a que os dé una explicación sobre el tema de los Premios que tantas veces he pensado en ella, pero que nunca lo he expresado y, cuando lo he hecho, ha sido en privado a la persona que le atañía.


Cuando recibo algún Premio, me gusta y halaga, pero no puedo evitar que me embargue cierta inquietud. A lo largo de más de un año que este blog funciona, he recibido varios Premios que, vuestra amabilidad me ha concedido, y como muestra de agradecimiento siempre los he ido colgando en este blog en el margen izquierdo. Pero lo que nunca he hecho ha sido devolverlos como establece el protocolo bloggero. Y es aquí donde creo que debo una explicación a todos aquellos que se han acordado de este espacio para otorgar su Premio.


Esta actitud no me gustaría que se entendiera como egoísmo, aunque no pueda evitar sentirme así en alguna ocasión en los que los he recibido Tampoco se debe a que considere que este tema de los premios sea una necedad, ya que el cariño y el reconocimiento que te ofrece alguien es muy valioso para mí. Tampoco no devuelvo los premios por desdén o pereza de incluir los enlaces. No, no se debe a ninguna de estas razones. La única razón por lo que no lo hago es que, el protocolo de estos premios EXIGE ELEGIR un número determinado de blogs merecedores del premio, o dicho de otra manera, excluye a otros. Y veréis, todos absolutamente todos vuestros blogs, los considero merecedores de Premios de variada índole: calidad literaria, musical, artística, histórica, fotográfica, de naturaleza, sentimientos…y sobre todo, amistad, mucha amistad, y mucho tiempo dedicado a elaborar vuestras creaciones que, sean cuales sean, me gustan, aprecio, disfruto y valoro en igual medida.


Esto que acabo de decir entiendo que pueda tener la lectura de querer ser “correctamente política” con todo el mundo. Y lo respeto. Pero en mi fuero interno es lo que pienso y creo con la más absoluta sinceridad. Por todo esto, no puedo hacer esa elección tan de 5, 10 o 23 blogs que exige ese protocolo bloggero porque considero que todos os lo merecéis por vuestro trabajo y generosidad al compartir vuestras creaciones. Esta es la razón por la que a lo largo de todo este tiempo no he devuelto esos Premios, aunque siempre los he agradecido porque así lo sentía y así lo debía hacer.

Dicho esto, quiero dedicar este y todos los Premios recibidos a TODOS y cada uno de vuestros blogs, con todo mi cariño y respeto, y pedir indulgencia para aquellos que no vean este tema como lo veo yo, pero me gusta ser fiel a lo que pienso y, sobre todo, a todo vuestro esfuerzo compartido en vuestros blogs con tanta ilusión y merecimiento.

Gracias a todos. El mejor Premio sois vosotros.

viernes, 10 de junio de 2011

LENGUAJE NO VERBAL

Fotografía: www.avertigo.com



LENGUAJE NO VERBAL



He venido a que me hables de mí.



Cuéntame cómo soy
y lo que soy contigo,

en la distancia que ahoga,

en la cercanía que me consume.


Cuéntamelo.




Dime si la lluvia te habla de mí,

si golpea tus cristales

para avisarte de mi presencia

al derramarse en tu ventana.


Dímelo.




Revélame mis sueños,

esos que buscan tu noche

agazapados y fieros bajo tu almohada,

nómadas errantes hacia Oniria.


Revélamelo.




Declárame mis intenciones,

inestables como mareas del corazón,

infieles a futuros vacíos,

variables de caprichosas lunas.


Decláramelo.




Confiésame mis dudas,

silenciosas sombras sin nombre

que anidan en mis desvelos,

vuelos de alas a ras del miedo.


Confiésamelo.




Recítame mis besos,

el fuego de mi piel bajo tu piel,

las dunas y valles de mi deseo,

los espejismos del placer.


Recítamelo.




Háblame de mí.

De ti ya me hablan mis versos.



viernes, 3 de junio de 2011

FILOSOFÍA DEL BESO

El beso. Gustav Klimt (1862-1918)



FILOSOFÍA DEL BESO


I


Mi beso no es beso
porque yo te lo dé,
es beso porque nos lo damos.



II


La mañana te besa
y yo te beso
celosa de su luz,
y tus besos me besan
sellando los labios del alba.



III


El nombre de tu beso
se lee
con los ojos cerrados,
vorágine de babélicos abecedarios
de lenguas entrelazadas.



IV


Y cuando no te beso,
te beso,
porque besarte es esperar
a que el viento mezca la rama
a que la tormenta me descifre la lluvia
a que mis labios comprendan a la tierra mojada.



V


Te beso,
en la distancia,
en la noche,
en la proximidad de tu piel.
Te beso sin preguntas
cegada de respuestas.
Y aún así,
te beso,
desnuda de razones,
disfrazada de pronombres,
vestida de latidos.



VI


No.
Mi beso no es beso
porque yo te lo dé,
es beso porque nos lo damos.

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