Hace unos días, la amabilidad y gentileza de mi amigo bloguero Xibeliuss (lo pueden encontrar en sus dos magníficos blogs, “Días en Sanabria” e “Igual te Interesa”) me dio a conocer un libro mítico que ha hecho historia cuyos ejemplares antiguos son un lujo difícil de conseguir. A él le debo prácticamente la totalidad de los textos del libro que expongo y le reitero mi agradecimiento.
El libro en cuestión es de Ángel Muro, el equivalente hoy en día de Simone Ortega o Carlos Arguiñano.
El Practicón ( no olviden el título para conclusiones posteriores…) es un libro de cocina publicado en 1869, que se subtitulaba Tratado completo de cocina al alcance de todos y aprovechamiento de sobras. Se trata de una de las pocas obras sobre cocina española a finales del siglo XIX, contiene numerosos recetarios de la cocina popular de la España de ese tiempo. El autor, Ángel Muro, publicará con posterioridad (en el año 1892) el Diccionario General de cocina.
No me interesa el libro sólo por sus recetas de cocina sino por otras cuestiones que, si el lector es paciente podrá ir descubriendo por él mismo. Han pasado 141 años desde su publicación y, respetando el tiempo que nos separa con esa mentalidad, el objetivo de esta entrada es sonreír ante cuestiones superadas o deseablemente superadas. Me he tomado la libertad de resaltar en negrita aquellas frases que considero “jugosas y apetitosas” para paladares exquisitos. Les invito a este suculento ágape. Disfrútenlo…
Escuela de cocina, no sería tampoco el verdadero nombre de la institución, que mejor se adaptare a mi proyecto, porque más que la teoría y la práctica culinarias, había de privar en la enseñanza la multitud de faenas que constituyen en el ama de casa la ocupación más digna y que vale a las mujeres el titulo de hacendosas, que lleva aparejado el de la honradez.
(Las mujeres que tengan contratada una mujer para la limpieza y cocina que se vayan olvidando de ser dignas, hacendosas y honradas… Mal empezamos…)
A todas las niñas se las enseña a leer, a escribir y a contar. Algunas aprenden después en los colegios, además de las labores de su sexo, historia, geografía, aritmética, gramática y caligrafía.
(Habrá que proponer al MEC una Diplomatura sobre “Las labores propias de la mujer”)
(Ser extranjera, joven o demasiado guapa es incompatible con ser inteligente…menos mal que no ha especificado si se trata de rubias o morenas…)
La cocina que voy a criticar es la que representa esta primera figura, cuya descripción héla aquí:
Un fogón lleno de platos por fregar, con pucheros a la lumbre y pucheros en lo alto, pucheros y cazuelas por doquier, papeles cortados y pintarrajeados en los vasares, estampas en las paredes, el suelo sin barrer, la escoba a la vista, el cubo de la aguas sucias al paso…
La segunda figura es un apunte de lo que cualquiera entenderá que debe ser una cocina de la clase modesta, con su cocinera y todo. Una muchacha guapa o fea, pero limpia y lista, recogidito su pelo con cofia o pañuelo a la vizcaína o a la rusa, y pisando un pavimento en que puede uno mirarse la cara ...
(Por si no ha quedado clara la cuestión, nos lo ilustra con imágenes. Obsérvese la cirugía estética que ha sufrido en la cintura la “mujer hacendosa” frente a la “mujer desastre”… El marketing ideológico ya existía en el siglo XIX, aunque…no me extraña que esté en forma con todo el ejercicio propio de “las labores de la mujer” que el cocinero pedagogo imponía… Por cierto ¿qué…es el pañuelo a la vizcaína o a la rusa en el pelo??? A mí me suena a bacalao y ensaladilla…)
(¿Y pretende que las mujeres cocinen con su libro después del traje que les ha hecho él mismo, el modisto-macho? No obstante, si tienen ganas de discutir sobre el particular con él, ya saben… Si ya decía yo que desde el principio buscaba pelea el cocinero pedagogo…¡ay!)
Con el pañuelo a la vizcaína le hacía yo lo de san Cucufato.
ResponderEliminarHoy pido comida china.
Besitos
cocinero y pedagogo. Da para mucho el señor y el libro. Me encantaría poder ivitarlo a mi casa y abrirle una lata de fabada, por ejemplo. Es divertido, Marisa. Todo lo que se ha perdido este señor Don Angel Muro, como a bien seguro le hubiera gustado que le llamaran.La mujer en la cocina modosa, limpia(esto me encanta) y preparando verdaderas exqusiteces para su "amo".
ResponderEliminarMarisa, con tu permiso brindo por él, es seguro que se acabó su especie, y esto es pàra celebrarlo.Soy buena hija, buena madre de familia pero si nos hubiéramos conocido este elemento y yo no me habría tenido en alta estima. Por cierto, en honor a este cocinero machista dejo todo el fin de semana la escoba en medio del pasillo. Qué venga él y la recoja.
Me ha encantado, Marisa
Un beso muy muy grande. Milu
Hay una canción que cantábamos las niñas en Argentina...
ResponderEliminarQue sepa coser...que sepa bordar....que sepa abrir las puertas para ir a jugar....
jajajaja, pobre Muro, si levantara la cabeza, se volvería a morir!
Abrazos
AIRAMA: jajaja, que le hiciera San cucufato el bacalao a la vizcaína. Tanto monta, monta tanto.
ResponderEliminarMe he reído con tu comentario, Airama.
Besitos.
SABELA: lo de la escoba, en su honor, en el pasillo todo el fin de semana es una gran idea...jeje
ResponderEliminarAfortunadamente, quiero pensar que esta mentalidad está superada...al menos en cabezas pensantes...
Un beso muy fuerte también para ti, Milu.
ADRIANA ALBA: genial la canción, sobre todo "que sepa abrir las puertas para".
ResponderEliminarSi levantara la cabeza el señor Muro, su esposa lo pondría a planchar (¿o ya lo hacía entonces y de ahí el berrinche?,jaja).
Un fuerte abrazo, Adriana!
Pues yo me conformo con un par de huevos fritos si la institutriz extranjera se inclina para servirme y puedo robarle un beso :)
ResponderEliminarMuy pedagógico y sensual, especialmente por esas ropas que hacen perder la cabeza.
Me encanta tu sarcasmo, Marisa!
Besos del REL
ROBERTO ESMORIS LARA: sí, REL, "esas ropas que hacen perder la cabeza"...sobre todo la cofia a la vizcaína o la rusa, eso me parece a mí que le enloquecía al cocinero pedagogo ese :-)
ResponderEliminarGracias por tu visita, poeta.
Muchos besos.
Sigues regalándonos auténticas joyas Marisa, aunque me extraña que después de haber leído todo lo que has expuesto, el libro tuviera tan buenas críticas y fuera tan bien considerado hasta hace relativamente poco.
ResponderEliminarPienso que esos ilustres cocinólogos que tan bien hablaban de El Practicón, lo tendrían en la cocina de sus casas, para que sus esposas, cocineras, criadas o sirvientas les hicieran las recetas que en el libro aparecían, pero dudo que lo leyeran... o sí, que igual les hacía gracia y todo...
Me encanta la diferencia en las dos imágenes... mientras la hacendosa tiene una cintura de chica 10, la mujer desastre todavía no ha empezado la operación bikini jajaja
Un beso Marisa... y marchando un chocolate... que mi abuela hace tiempo que duerme y no se enterará si me lo tomo yo jajaja
Osea que gorda y con bigote si no eres hacendosa???, ¿tonta y wuapas?, entonces como iban a leer sus libros y entenderlo si es que...
ResponderEliminarAunque lo mejr de todo es el detalle de los satres mariquitas eso es para mandárselo a Zerolo...
Besos de un desatre de mujer
jajaja Reírse es la mejor solución, qué se le va a hacer. Decime si, con toda lógica, ya que sabe tanto de cocina, como mujer no lo mandás a cocinar ¡¡y que se deje de hacerte el honor de enseñarte!!
ResponderEliminarPOr eso no hay que ver televisión, en las publicidades (al menos de aquí, de Argentina) cuando de jabones para lavar ropa se trata, o detergentes para la vajilla, o productos alimenticios, siempre aparecen mujeres, jamás hombres, y eso, mucho que nos pese, trae a colación que en realidad la cosa ha disminuído, pero que no se ha extinguido. Además que en la mayoría de casas siguen siendo las mujeres las que cocinan, cuando debería ser una tarea compartida.
Pero bueno, también es cuetión de nosotras poner esos límites, que todavía quedan muchas que creen que ese rol les corresponde o, quéjandose de él, lo desempeñan como si fuera una cosa fatídica de la cual no pueden escapar ni pueden opornerse.
Demos gracias a Dios (si existe), de que por los menos esos manuales no se sigan editando con tan flagrante subestimación y evidente machismo (sin importar que la época lo excuse, creo, mira, que tardarse más de dosmil años en revertir ese pensamiento misógino es mucho tiempo, y persistir todavía, aunque solapadamente, es bastante decepcionante)
En fin, esas perlitas que te encontrás vos, Marisa, jaja
Y buena observación la de la imagen, de la cintura de avispa que se le hizo a la dama por ser meticulosa en sus tareas
FANDESTÉPHANE: a mí también me ha llamado la atención muchísimo que fuera reeditado en la década de los 80 a pesar de los pesares. La explicación que yo le encuentro es que en el siglo XIX libros de este género (de cocina)no los hay; supongo que ahí radica su valor. Si hubiera habido decenas de ellos, éste sería uno más de ellos.
ResponderEliminarLos dibujos no tienen desperdicio, sí,jajaja. Podían haber dibujado la diferencia con más sutilidad, por eso de la publicidad subliminal, pero ni para eso tuvieron maña.
Veo que eres un hombre digno, hacendoso y honrado, al "saber prepararte el chocolate" :-)
Me alegro de verte por aquí, Fan.
Un fuerte beso.
40 AÑERA: éste hombre estaba enfadado con los "sastres-maricas"(nomenglatura muriana), porque le tiraban abajo toda su teoría kafkiana de la mujer convertida en escoba.
ResponderEliminarEStoy de acuerdo contigo, Zerolo debería echar un vistazo al librito en cuestión,jejeje.
Muchos besos.
NOELIA: pues llevas toda la razón, si sabía tanto de cocina ¿por qué no se ponía a cocinar él y dejaba de ser arquitecto de mujeres?
ResponderEliminarAquí en España, los anuncios publicitarios de detergentes y demás también los protagonizan fundamentalmente las mujeres. Es lo que vende y lo que siempre ha funcionado desde hace años.
Y en los hogares, si se hiciera una estadística seria, la que cocina mayoritariamente es la mujer, no porque el hombre no sepa (que la mujer tampoco nace aprendida), sino porque no se quiere aprender (aunque siempre hay frutas raras,jeje). Y llevas razón cuando dices que hay muchas mujeres que asumen este papel como un rol que asimilan que es propio de ellas o, que no les queda más remedio que asimilar.
Respeto el gusto por la cocina, PERO elegido, no impuesto por cocineros o pinches pedagogos.
Un abrazo.
Marisa:
ResponderEliminarinteresante lo que proponía el libro.
claro qué eran otras épocas¡
dentro de otro contexto.
el practicón es el delirery.
tampoco conocía a la hamburgesa autómatica.
me gusta cocinar, por elección.
jamás por imposición, a la vuelta de la esquina, siempre hay una rotisería a mano¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
besos amiga
¡Marisa, ha quedado de fábula!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo: la historia tenía que ser contada.
¿Pero de donde sacas tú todos estos incunables? ¡Madre mía, vaya perlas lingüísticas, qué comentarios!
ResponderEliminarSi encuentro algo en la misma línea te lo haré llegar.
Un beso
Bueno va... ya preparo yo el chocolate... pero tú pones los bizcochos jajaja
ResponderEliminarBesos
NORMA RUIZ: claro que era otro contexto, que no excusa las barbaridades que dice este caballero, pero sí que era otra época en la que a la abnegada mujer no se lo debieron poner muy fácil.
ResponderEliminarA la vuelta de la esquina hay una rotisería, y una pizzería, un vegetariano y un chino :-) jajaja...
Gracias por tu visita!
Un fuerte abrazo.
XIBELIUSS: gracias paisano, la fábula es compartida por ambos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
JOSEP CAPSIR: jajaja, no lo he encontrado, me lo han descubierto a raíz de la entrada sobre "Notas de pedagogía para una maestra de 1914", y como tocaron mi talón de Aquiles, pues me entretuve un rato en buscar el arca perdida...
ResponderEliminarBienvenidos y agradecidos estarán los hallazgos que encuentres en esta línea, aunque cuando me pongo a hojear la modesta biblioteca familiar en mis visitas anunciadas, tiemblo cada vez que abro un libro con maquetación antigua...vamos, que me la van a tapiar como hicieron con la de Don Quijote,jajaja....
Un besazo, "Joset".
FANDESTEPHANE: pues mira, con estos calores, casi mejor que chocolate, prefiero que me prepares un tinto de verano fresquito o una buena sangría. Yo pongo la "fruta rara", que según el cocinero pedagogo, de eso tenemos las mujeres,jajaja
ResponderEliminarMuchos besos ;-)
QUERIDOS AMIGOS:
ResponderEliminarME AUSENTO DURANTE UNA SEMANA DEL BLOG. HAY UN MAR AL QUE ESTOY DESEANDO ACARICIAR. CELOSAS YA ESTÁN LAS OLAS DE MÍ...
DESACTIVO LA MODERACIÓN DE COMENTARIOS PARA QUE PUEDAN SEGUIR ENTRANDO VUESTRAS OPINIONES Y VUESTRAS SIEMPRE GRATAS PALABRAS PERO NO PODRÉ CONTESTARLAS HASTA MI REGRESO, COSA QUE ME ENCANTA HACER COMO MUESTRA DE GRATITUD AL EMPLEO DE VUESTRO VALIOSO TIEMPO EN LA LECTURA DE MIS LETRAS.
LO DICHO. OS TRAERÉ UN TROCITO DE MAR Y UN BUEN PUÑADO DE PUESTAS DE SOL.
MUCHOS BESOS.
jaja, grandioso , amiga! jaja viva el delibery!
ResponderEliminarOtro libro que no tiene el más mínimo desperdicio, al igual que tus acertados y graciosos comentarios. Muy buena la entrada.
ResponderEliminarPásalo muy bien en tu semana de vacaciones, Marisa. Un mar de besos ;)
Hola ;
ResponderEliminarHace tiempo que leo tus entradas , la de hoy me ha llamado poderosamente la atencion , por eso me decido a intervenir .
Puede que hayamos mejorado algo , pero ¿Os habeis fijado en las letras de algunas de nuestras canciones ?
Se que es muy mal educado eso de citarse a una misma , pero es que he estado recopilando algunas letras , muchas en realidad , que hablan directamente de DELITOS contra la mujer , y suenan tan tranquilamente en todas partes ... da que pensar . Hoy , no hace 100 años . Hablan de la sociedad de hoy .
Podeis ver el post , si os interesa , en mi blog .
Saludos .
Querida amiga genial tu escrito, siempre es un placer enorme leerte hasta me robas sonrisas es lindo venir a visitarte eres como una chispita de alegria y sabiduria.
ResponderEliminarAcaricia esas olas, que el sol ilumine todo tu ser, que pases unas felices vacaciones.
besitos para ti querida amiga
Marisa, me he reido con ganas.
ResponderEliminarTe cuento que si quieres un buen libro de cocina te recomiendo el doña Petrona C de Gandulfo. Te enseña desde como lavar las copas a como servilas, igualmente con los manteles, cacerolas y lo que cuadre en la cocina.
Debe tener más de cincuenta años, pero se sigue editando. Veo que en cada país tenemos nuestras joyas cocineras. Excelente entrada.
Marisa, también yo llego a tí a través de mi amigo y poeta Fernando J-Ontiveros, agradeciéndote tu visita y tu comentario. Aquí tienes el mío. En principio, pensé: qué lastima que sea un incunable con lo que me gusta a mi cocinar. Pero claro después de leer lo leído me has planteado serias dudas existenciales. ¿Seré acaso como hombre que gusta de cocinar y de dar buen comer a los amigos, una hacendosa y honrada mujer?
ResponderEliminarImpresionante documento. Nunca te separes de ese libro. Un beso Rafael
Querida Marisa entre a dejarte todo mi cariño y a desearte un lindo fin de semana.
ResponderEliminarbesitos para ti querida amiga.
Me encanto ese documento, no lo sabía, nunca lo leí pero pienso que antes las personas, en todo sentido fueron diferentes, ahora como dice una canción todo cambia, gracias por tu visita.
ResponderEliminarBesos
Já, Já, Já, infinitos Já me arranca este Practicón, ideología pura, religión pura, censor y màs que educador, predicador de los mandamientos institucionales del poder... risa trágica por cierto.
ResponderEliminarMarisa, has hecho un acertadísimo desglose en tanto nos muestras como LA PALABRA puede ser el mecanismo más efectivo para el lavado de conciencias y la propagaciòn de las creencias culturales que mantienen a un sistema. Todo ello, y esto es lo más espeluznante, sin que la mayoría de percate.
Yo cocinaría en su caldo a Don Angel Muro (nótese el apellido), pero tendré clemencia considerando que sólo es un ciego instrumento más del pensamiento de su época.
Pd: la admiración es recíproca y desde allí nace un cariño que crece en esta virtualidad real de la blogósfera.
Muchos besos!
Querida Marisa espero que estes disfrutando de esas olas del mar y recibas muchas caricias.
ResponderEliminarbesitos para ti querida amiga.
HORACIO FIORIELLO: gracias...¡delivery, delivery,sí! jaja
ResponderEliminarUn abrazo.
KINEZOE: sí, la verdad que estos fragmentos del libro no tienen desperdicio, Kine.
ResponderEliminarLo he pasado muy bien en mi semana junto al mar. Gracias ;-)
Besos.
PRUNUS AVIUM: llevas toda la razón. No hace falta transladarse a cien años atrás para encontrar vejaciones y violencia contra la mujer.
ResponderEliminarHe leído tu entrada, y las canciones musicales que citas argumentan a favor lo que dices. Y sólo es una pequeña muestra de ello. Muy buen trabajo.
Lo más triste de todo es que toleramos o nos hacen tolerar subliminalmente ese tipo de información.
Gracias por tu visita y por los datos aportados; sé bienvenida cuando gustes pasarte por aquí.
Un abrazo
EL SENTIR DEL POETA: gracias por tus palabras, me alegra haberte hecho sonreír.
ResponderEliminarHoy he vuelto, y sí, he acariciado esas olas con mucho, mucho placer.
Un beso muy fuerte.
MARIAROSA: te agradezco la referencia que dejas de ese libro que, aunque no lo conocía, tengo la impresión de que es primo-hermano de este que comento en mi entrada. Si tengo oportunidad, buscaré información sobre él, aunque me temo que algún disgusto me dará :-)
ResponderEliminarLlevas razón, esta peculiar "pedagogía cocinera" no conoce distinción por razón geográfica...ay!
Un abrazo.
RAFAEL MULERO VALENZUELA: bienvenido Rafael.
ResponderEliminarNo me extraña que este libro te haya abierto dudas existenciales o existencias dudosas. En cuanto a la simpática pregunta que planteas, no me quiero ni imaginar lo que te hubiera podido contestar el cocinero pedagogo... a mí, me encantan los amigos que cocinan, aunque el arte gastronómico pienso que no entiende de diferenciación de sexo sino simplemente de buen seso. Asique... dudas disipadas.
Gracias por tu agradable comentario.
Un beso, poeta honrado y hacendoso :-)
MEDIANOCHE:´es deseable que cambie, sí, aunque me temo que aún queda mucho camino que recorrer...
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Besos.
EVA MAGALLANES: tu crítica sí que me ha despertado risas y sonrisas, Eva. Siempre aguda, acertada y perspicaz. Es una verdadera suerte tenerte por aquí. Y...por cierto, esa receta del "Caldo de Ángel Muro" suena muy pero que muy bien.
ResponderEliminarEn realidad, como bien dices, no es más que un instrumento de una época que intentaba tapar los ojos para no dejar ver, era suficiente con oír y obedecer.
Me ha encantado tu comentario.
Muchos besos.
Hola Marisa.
ResponderEliminarBuscando información del libro El practicón, he llegado a tu blog y vaya si la he encontrado.
Me ha gustado la forma en que citas varios de los contenidos del libro.
Desde luego que en esa época a las mujeres se nos valoraba por todas esas "virtudes", pues debìamos ser limpias, hacendosas, honradas, saber cocinar, coser, planchar y llevar la casa, al marido y a los niños con alegria y sana resignación.
Yo de eso sé un montón.(menos mal que también aprendí otras cosas)
Pero esto viene de lejos...
Cuando era pequeña uno de mis cuentos era de un príncipe que iba por las casas de las doncellas casaderas, preguntándolas que si tenían de esas pelusilas que se criaban debajo de las camas, que era lo único que comía su caballo y todas salían coriendo a ofrecerle un buen porte del preciado "alimento"... y todo eso con la sana y muy loable intenciòn de casarse con la mas limpia del reino. Cuando ya desesperaba, llegó a una modesta casa donde su dueña le abriò y a la pregunta del apuesto príncipe la chica se quedó turbada.. no sabía que era eso.
Entonces el príncipe fué a "inspeccionar" si era verdad que debajo de las camas estaba el suelo como una patena, y cuando viò que si, se casó con ella
Moraleja.. cada vez que barro debajo de las camas pienso... el príncipe nunca se casará conmigo.
Y sigo guisando, cosiendo, etc. pero por que me gusta...entre muchas mas cosas. y para muestra, mi conjunto de blogs.
CHARY SERRANO:
ResponderEliminarBienvenida al blog, Chary. Esta entrada la publiqué en verano ante la sorpresa de descubrir los contenidos de este libro , que, por otra parte, no conocía.
Me ha gustado mucho tu comentario, y el cuento que dejas me ha hecho sonreír un rato, especialmente tu moraleja.
No hay nada malo en que la mujer desempeñe esas labores, el problema está cuando se las imponen o la encasillan en "sus labores propias de su sexo".
Visitaré tus blogs. Mis mejores deseos para estas fechas.
Un fuerte abrazo, Chary.