Regreso a mi etiqueta de “Amigos cuentistas” para presentarles un relato de Esteban Fernández y su espléndido blog www.matineededepravados.blogspot.com. Mi agradecimiento por participar con sus sugerentes letras en este espacio abierto a todos aquellos que creemos que con las palabras y la imaginación se pueden construir mundos oníricos.
En primera persona el protagonista duda si iniciar un viaje kafkiano o perderse en su propio monólogo interior. O quizás, ninguna de las dos opciones es válida, solo la del propio lector. Apuesten, pues. Desde un magnífico estilo que me recuerda los análisis psicológicos de la vorágine de Cortázar, les propongo este viaje en ascensor…
HAY VERBA EN EL PASILLO
Al principio fue una impresión, luego un contorno. Negrísimo, no tan pequeño, extremidades de araña (no alcancé a contarlas), aguijón por cola, alas plegadas, y varias antenas sobre un diminuto cráneo de alimaña con mandíbulas. Maléfico, pensé horripilado ¡Allí estás, reposando en los márgenes del ascensor, tú, pétrea efigie! recité a sabiendas que la estirpe de juglar sería mi perdición. ¡Podría rociarlo de exterminio! inmortalicé en el grabador de mano que registraba mis pensamientos de valía.
Un pisotón, amparado en esta excelsa velocidad podría destruirlo, estallar sus vísceras. ¡Oh, padezco un súbito mareo de inspiración! pronuncié tomado de la baranda en pose actoral.
Pero las probabilidades me eran esquivas. ¡Hablando verdad! inicié el soliloquio. ¿Tendré éxito haciendo de aniquilador? - tomé el segundo aire -. O van a perjurar que estas pestes voladoras no poseen los mismos centenares de ojos que las moscas. ¿Cómo podré acercarme a un aliento de distancia sin ser escrutado por impúdicos vigías? - interpelé altivo -. ¡Y me retornaré picado, aguijoneado de muerte!
La luz bermellón indicó la llegada del ascensor. Actué dos pisadas de puntillas (bien alejado de mi Némesis) y lento, muy lento, abrí la reja. Tranquilo, perverso escorpión que vuelas - apacigüé su ira -. Si tan solo una fracción esperas; me habré ido como vine. El muy reptante, gorgojo de alcantarilla, ni se mosqueó en apreciar hasta el llanto mi redentora poética.
Yo escuché ovaciones.
Ah, Nefertiti de las letras, como te llama el autor, qué inquietante encuentro con el insecto, qué amenazante presencia, qué frustrado aniquilador, qué ascenso al fin sin remordimientos ni veneno: ante la posibilidad de matar, el juglar siempre optará por escribirlo (o grabarlo) en la luna del espejo. Un beso para ti y mi ovación a este depravado que no lo fue tanto.
ResponderEliminarbellas y profundas letras compartes estimada amiga, muchos besinos de esta amiga admiradora que te desea con cariño feliz fin de semana.
ResponderEliminarAlgo más surreal, y adjetivado pero reconozco esas letras. Recomiendo "Memento" del mismo autor.
ResponderEliminarTe recomiendo llevar en el bolsillo un frasco de Raid mata moscas,mosquitos y cucarachas.
ResponderEliminarSi el bicho en cuestion no pertenece a ninguna de estas categorias,lo mata igual,yo ya lo comprobe.
Y si no un pisoton, o le tiras la zapatilla si te da asco pisar y oir el delicado crugir del invertebrado,el chasquido del liquido excremento gelatinoso supurando luego del pisoton.
Por eso prefiero el liquido...los deja "bien muertos" como dice la publicidad! y sin daños colaterales para nuestro estomago.
Besos....
JUAN HERREZUELO:
ResponderEliminar"Inquietante encuentro" me parece una definición muy apropiada para este relato. El juglar siempre recitará y perpetuará el momento, el acontecimiento; optará incluso por la metamorfosis antes que por la aniquilación.
Me sumo a tu ovación por Esteban.
Besos desde el caluroso Nilo.
OZNA-OZNA:
ResponderEliminarSí, las letras de Esteban son calidad garantizada.
Yo también admiro tu espacio. Buen fin de semana.
Un besín.
EL OTARIO:
ResponderEliminarRecojo esa recomendación que haces de "Memento" de Esteban. La leeré si no lo he hecho ya.
Sí, este relato participa de un surrealismo abierto a un sinfín de interpretaciones. Es por ello por lo que me asombró desde el primer momento que posé los ojos en él.
Muy buenas letras, sin duda.
Saludos.
FEDORA:
ResponderEliminarJajjaja, eres tremenda... Creo que el protagonista de este relato ha sido más práctico y ha querido rentabilizar literariamente su encuentro furtivo con ese insecto. Formas diferentes de ver y mirar.
Me alegro de leerte, Fedora.
Besos.
Inquietante relato de la vida común a la que todos nos enfrentamos a diario. Un insecto quizás amenazante y repulsivo, que se cruza en nuestro camino rutinario y nos sorprende planteándonos la disyuntiva de matar o dejarle vivir; un test mental de la razón: le mato sin pensar o pienso si matarle o dejarle vivir, porque yo soy mas fuerte y decido su suerte entre la vida y la muerte. Entre la muerte y la vida ¿qué se yo de la muerte; y de la vida de Gregorio Samsa?... Dejarle vivir es lo que decido porque no me siento amenazado por lo diferente, sólo enriquecido.
ResponderEliminarUn abrazo, Marisa, que ya se te echaba de menos.
Hola, Marisa:
ResponderEliminarIré a conocer su blog, y gracias por presentárnoslo.
Besos.
Está muy bien perderse en la escritura. Total, ya lo dijo Martín Fierro, a propósito de otra cosa: "Todo bicho que camina va a parar al asador".
ResponderEliminarUn cuento maravilloso, que vuelve sobre si mismo, sonríe, declama, teme, e indefectiblemente nos atrapa en su tela,
ResponderEliminarexcelente.
Un cuento interesante y muy bueno, voy a verlo para conocerlo, y conocer más sus escritos,
ResponderEliminarmuy bueno
Muy bueno. Es claro que, el que se siente poeta, lo es hasta ante una bestia inmunda como esta. Un relato muy originalMuy bueno. Es claro que, el que se siente poeta, lo es hasta ante una bestia inmunda como esta. Un relato muy original
ResponderEliminarHa sido una narración kafkiana magnífica, alta calidad. La estocada final es muy ingeniosa. Gracias Marisa por compartir a estos compañeros y sobre todo por tu inmensa generosidad.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Realmente inquietante, miro asustada el débil reflejo de la lámpara en el suelo del pasillo...
ResponderEliminarBesos
Felicito a la creadora del blog por abrir el espacio a otros narradores, y especialmente a EFA, sus letras no defraudan
ResponderEliminarUn aplauso
¡¡BICHOS!! no se yo si sería capaz de permanecer en un ascensor con ellos tanto tiempo, o por lo menos con este que describe el autor ufff! escalofríos
ResponderEliminarBueno ya estoy otra vez por aqui a dar la lata
Besos
Entomofobia o como se le quiera llamar, este miedo a esos bichos de patas varias, antenas, pelusas. He sentido ese escalofrío, que bien se traduce en horror, que a veces paraliza, o empuja a correr como si fuera velocista de los cien metros llanos. Encanta, que en él puja el homor, también, pues en medio de las alucinaciones ( a qué horas se nos echa encima tan monstruoso animal, y nos piquetea, com muayor furor que una aguja hipodérmica)asumimos que el insectico, detector de todos nuestros movimientos, es el peor verdugo, más bárbaro que el que le voló la cabazea a Maria Antonieta.
ResponderEliminarUN abrazo cálido. Carlos
"Rociarlo de exterminio" muy buena expresión y seguro mucho mejor que mancharse los zapatos, jaja.
ResponderEliminarLa inspiración nos puede llegar en cualquier lado, hay que apurarse a registrarla. Yo solía confiar en mi memoria y perdía siempre. Ahora me acompaña un anotador, todavía no incorporé tanta tecnología.
Saludos a ambos
Protagonismo de los que parecen indefensos e ignoramos. Me encantó esa forma de darle relevancia a un insecto.
ResponderEliminarMis felicitaciones al autor a través de tu blog.
Besos
JANO:
ResponderEliminar"Dejarle vivir es lo que decido porque no me siento amenazado por lo diferente, sólo enriquecido"
Me ha encantado tu interpretación, Jano, una rica, lúcida, tolerante e inteligente lectura del relato con la que no sé si el autor estará de acuerdo pero a mí me ha parecido sublime.
Un fuerte abrazo, querido amigo.
CARLA:
ResponderEliminarMe alegro de que te animes a visitar el blog de EFA; estoy segura de que no te defraudará, Carla.
Un besito.
JOSE MARÍA MARCOS:
ResponderEliminarPerderse en la escritura, como dices, es la mejor forma de encontrarse.
Gracias por la cita.
Saludos y bienvenido al blog.
Excelente recomendación, gracias por abrir este vinculo
ResponderEliminarUn fuerte saludo
Brenda Ladurie
JUAN OJEDA:
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con cada una de tus palabras, Juan. relato que nos atrapa en su tela por su excelencia.
Un saludo y bienvenido al blog.
MIXHA ZIZÉCK:
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado el relato y estoy segura de que al autor también le agradará.
Buena decisión el querer visitar y leer el blog de EFA: imaginación y buenas letras garantizadas.
Un abrazo.
MARCOS CALLAU:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo: todo el que escribe lleva algo de poeta dentro, incluso ante insectos tan desagradables como estos.
Me alegro de que te haya gustado, EFA siempre sorprende.
Un abrazo, Marcos.
GABRIELA AMORÓS:
ResponderEliminarEs un placer que te haya gustado, Gabriela, la alta calidad de tu literatura dice mucho con respecto a esa valoración que haces del relato de EFA.
Gracias a ti por tu tiempo y, al igual que todo el que quiera participar, estás más que invitada a este humilde apartado de "Amigos cuentistas" del blog cuando gustes y desees. Será un verdadero honor si te animas.
Un beso, Gabriela.
PILAR:
ResponderEliminarNo me extraña que mires asustada el débil reflejo de la lámpara en el suelo del pasillo, jejje, los relatos de EFA disparan la imaginación hasta límites insospechados.
Besos Pilar.
RAPHAEL:
ResponderEliminarTodas las felicitaciones y mérito son para EFA. Estoy contigo en que es un extraordinario narrador.
Saludos y bienvenido al blog.
40AÑERA:
ResponderEliminarJejjeje, me sumo a tu liga "antibichos". Sé que tiene mucho componente psicológico pero yo, como tú, no soporto su presencia, llámense como se llamen.
Me alegro de tenerte por aquí otra vez, amiga, y aprovecho para disculparme de estas vacaciones bloggeras que me he tomado, causantes de mi desaparición de vuestros blogs. Me pongo al día lentamente.
Besazos.
CARLOS AUGUSTO PEREYRA MARTÍNEZ:
ResponderEliminarDesconocía el término exacto que denomina esa fobia por los bichos. Gracias por traerlo.
Genial reflexión sobre ese "insectico", detector de todos nuestros movimientos. verdugo y bárbaro.
Un fuerte abrazo, Carlos.
ESLABON Y PEDERNAL:
ResponderEliminarEstoy contigo en que es realmente un gran trabajo el poder y saber hacer literatura de una situación tan cotidiana como el encuentro con un insecto en el ascensor. Eso solo lo sabe hacer EFA...
Saludos y bienvenida al blog.
SALTAR DEL TREN:
ResponderEliminarHay elementos indefensos y que ignoramos que pueden adquirir un protagonismo sólido si la base creadora es de gran calidad, como la de EFA.
Transmito tus felicitaciones al autor y me sumo a ellas.
Besos MªEugenia.
BRENDA LADURIE CASTILLO:
ResponderEliminarMe alegro de que te guste la recomendación, Brenda, espero que la disfrutes.
Gracias a ti por tu tiempo.
Un abrazo.
Diferente de sus narraciones usuales, pero igual de genial.
ResponderEliminarSiempre un gusto leerte, Efa.
Abrazo!
Sacar de un hecho tan vulgar y cotidiano tal narración es un verdadero arte.
ResponderEliminar¡Me admira, como escribe tu amigo!
Un abrazo, "maestra"
PD- ¿Sabes? Yo también aprendo de mis alumnos.
Me ha resultado imposible dejar de pensar en Kafka y su Metamorfosis. Ha hecho bien el protagonista de esta historia en pensárselo dos veces antes de exprimir entre el suelo y la suela de su zapato al negro artrópodo, no fuera a ser reencarnación del pobre Gregor Samsa después de su transformación en negro escarabajo. Hubiera sido una terrible pérdida. Bravo por el autor y su prudencia.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marisa, por tus visitas y tus comentarios. Me alegra verte por mi blog de visita. Muchos besos.
Marisa:
ResponderEliminartodos los acontecimientos y hechos cobran vida propia cuando un escritor sabe plasmarla, bien lo a demostrado el relato de Esteban.
besos amiga
Inquietante relato. Esa duda , esa transformación...la fuerza, la diferencia y la decisión final.
ResponderEliminarme ha gustado mucho.
Parece que vamos regresando.
Un beso muy beso
solo quería dejarte un mensaje de agradecimiento y por tus magníficas entradas, ha sido un placer muy grato encontrarte, un abrazo enorme y seguiremos nuestras sombras para descubrir nuestra luz.
ResponderEliminarJua! Brillante. Kafkiano y quijotesco, me ha hecho reir mucho. Un placer, felicitaciones al autor y gracias por acercarnos estas bellezas del leer. Besos.
ResponderEliminarMe encanta la manera en que en ese pequeño detalle que a veces ni reparamos ( menos yo, que las veo por todas partes y mis pies quedan mas atrás que mi cuerpo en estampida)
ResponderEliminarpues sonrió con esas personas que son capaces de crear un intenso cuento entre ,,el y esas patitas voladoras.
Gracias por este momento,
EMILIA:
ResponderEliminarMe sumo a tu valoración sobre los relatos de EFA.
Saludos Emilia.
MERCEDES RIDOCCI:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo: convertir en literaturizable la cotidianidad no es una tarea fácil.
Es inevitable que aprendas de tus alumnos, yo también lo hago; es más, creo que la mejor forma de aprender es de los demás.
Un beso, Mercedes.
DESDELATERRAZA-VIAJARALAHISTORIA:
ResponderEliminarYo también celebro la prudencia del personaje ante un hipotético Gregorio Samsa, con el cual ha practicado un monólogo-diálogo realmente sustancioso.
Gracias a ti por tu tiempo.
Un beso, DLT.
NORMA RUIZ:
ResponderEliminarMe sumo a tus palabras. Esteban es un magnífico narrador. Me alegro de que hayas disfrutado de su relato.
Un beso enorme, Norma.
MILU:
ResponderEliminarEl desarrollo del relato está muy cuidado, estoy de acuerdo contigo.
Me alegro de tu regreso. Yo también lo estoy haciendo, lentamente y con pereza, viendo un fin de vacaciones en el horizonte que ya casi está llamando a la puerta del otoño ¡oh!
Mil besos, amiga.
CARRACHINA:
ResponderEliminarEl placer ha sido mío. Me alegro de que te guste este espacio, yo también he disfrutado y seguiré haciéndolo del tuyo.
Un abrazo.
JAVIER F. NOYA:
ResponderEliminarYo también me sumo a esas felicitaciones que dejas al autor.
Gracias a ti por tu tiempo y es un placer que te haya gustado.
Un beso, Javier.
LAUVIAH:
ResponderEliminarEn los pequeños detalles es donde se encuentra la grandeza de las cosas. Cada vez estoy más convencida de ello.
Un fuerte abrazo.
Muy bueno el relato de un pensamiento que tarda el tiempo detenido de vaije en ascensor. El mero hecho de pensar en liquidar un insecto que no puede defenderse a pesar de su fealdad, hace de un hombre un héroe piadoso a los ojos de él mismo.
ResponderEliminarSaludos
Me ha encantado Marisa!
ResponderEliminarImaginaciòn, creatividad y estètica, totalmente atrapante.
Mi felicitacòn al autor y a ti por compartir con nosotros!
un fuerte abrazo
Yo aún estoy aplaudiendo al autor.
ResponderEliminar¡Acaso no escucháis el palmoteo de mis manos que se estrellan febrilmente como si pudiera alejar los nervios que el peligroso bicho me ha infringido. Acaso no ven la palidez -ahora que sigo de pie- que el ascensor produce! ¡Ay, de los mortales comentaristas que sólo son solidarios con el autor y la generosa escritora que lo presenta y no con este... actorzuelo de jardín!
Mil abrazos y felicitaciones al autor.
Un gran relato de infinita calidad , a la que nos tiene acostumbrados el autor. ¡Excelente! Un abrazo.
ResponderEliminarMe resultó simpático el relato. Surrealista, pero simpático por la manera cómica en que se relata el encuentro con el engendro. Qué será el bicho ése... se me ocurrió la representación de un autoboicot mental. Interpretación volada, la mía...
ResponderEliminarUn beso, Marisa, y gracias por presentar siempre buenos cuenteros.
Que vuelo le ha dado a una historia que puede ser de todos los días.
ResponderEliminarBuen fin de semana Marisa.
mariarosa
Sino te pica el bicho no es malo..hay que probar..y después matar.
ResponderEliminarUn relato demasiado corto...el suspense se va rápido..como el bicho asustado del humano..o de lo que escribe..si estos bichos aprendieron a leer
Por aqui hay algunas Kaylas que había que echarles DDT..son peores que esos bichos ponzoñosos o que se parecen...
Saludos desde el sur
Marisa, es un excelente relato no sólo por resultar sobrecogedor, por atrapar al lector desde la primera línea y por estar escrito con una prosa y un lenguaje precisos sino, además, por transformar en literatura la historia de un instante.
ResponderEliminarMarisa, felicitaciones a Esteban Fernández y también a ti porque tus recomendaciones son acertadas y nos permites acceder a autores que realizan buenos trabajos.
Un gran abrazo
CARMEN BÉJAR:
ResponderEliminarEs un placer que te haya gustado, Carmen, Esteban es muy buen narrador.
Gracias por tu participación.
Un abrazo.
ADRIANA ALBA:
ResponderEliminarEstoy contigo en que el relato es comnpletamente atrapante por el desconcierto que provoca en el lector.
Transmito tus felicitaciones al autor y también me sumo a ellas.
Un beso.
JULIO DÍAZ-ESCAMILLA:
ResponderEliminarMe encanta la denominación que otorgas al protagonista insecto del relato: "actorzuelo de jardín". Me sumo al aplauso que le das a este pequeño actor y al autor del relato.
Es un placer que te haya gustado, Julio.
Un fuerte abrazo.
ALMA MATEOS TABORDA:
ResponderEliminarBienvenida al blog, Alma.
Si ya conocías la prosa de EFA, no tengo mucho más que añadir sobre ello; solo seguir leyendo sus deconcertantes relatos, siempre llenos de imaginación y que nunca dejan indiferente al lector.
Un abrazo.
NOELIA:
ResponderEliminarDe interpretación "volada" la tuya, nada de nada. Coincido plenamente en lo que dices. Surrealismo a doquier, y eso que denominas "autoboicot mental" me ha parecido una lectura acertadísima, propia siempre de tu atenta mirada.
Gracias a ti por tu tiempo y por tus acertados comentarios.
Un fuerte abrazo.
MARIAROSA:
ResponderEliminarCoincido contigo. De un acto más que cotidiano, EFA ha creado toda una verdadera historia de decenas de puertas abiertas a la interpretación. Buen trabajo.
Un beso y buena semana, Mariarosa.
PRUDENCIO HARNÁNDEZ JR:
ResponderEliminarNo dudo de que haya bichos nocivos, pero creo que el que aparece en el relato ´no lo es tanto, intuyo que está muerto de miedo ante la amenaza de unas suelas. Lo imagino con ojos vidriosos mirando con compasión hacia arriba, hacia un protagonista filosófico cuyos postulados vitales pueden caer sobre él. O no.
Gracias por tu tiempo, Prudencio.
Saludos hacia ese sur.
FELICIDAD BATISTA:
ResponderEliminarEres muy amable en tu comentario, Felicidad, pero todo el mérito es de EFA y su amabilidad por participar en este espacio.
Coincido contigo en que convertir un minuto cotidiano de la vida en literatura no es tarea fácil, requiere de gran ingenio, el que le sobra a EFA.
Un beso, amiga, y gracias por tu tiempo.
¡Qué bueno este encuentro en el ascensor! Mis felicitaciones al autor.
ResponderEliminarY un beso para ti ;-)
KINEZOE:
ResponderEliminarFelicitaciones que transmitiré, Kine.
Un besote.