DE DEMONIOS Y PRINCESAS
A veces los momentos nos eligen, otras veces lo hacemos nosotros.
La noche olía a cirios que habían quemado las horas del día. El momento decidió elegir ese aroma para cruzar dos miradas errantes que huían de sí mismas. Los ojos se hicieron palabras, y las palabras, misterio. Él se columpiaba en aquellos ojos hipnotizadores, Ella en la seducción de palabras que eran enigmas a voces. Irracionalidad irresistible. Entre las pavesas de la noche quedó escrito un número de teléfono cuyos dígitos eran sinuosas interrogaciones retóricas arrastrándose como sierpes en un desierto.
El momento decidió ser elegido. Él decidió acariciar repetidas veces esa combinación de números, álgebra peligrosa cuando el corazón está húmedo aún por las lágrimas. La llamó. La atracción por lo ignoto es una vereda de sombras de lejana luz. Ella percibió el riesgo de los latidos de lo que no se pronuncia, intuía secretos que sabía que él no desvelaría. No hacía falta. Ya los conocía. Amaba su sensibilidad. Era su poeta de cantos druídicos. Decidieron ahogar la tarde en las orillas del río, a los pies de la bella ciudad, frente a una copa de vino cuyo cristal reflejaba las luces del románico que abrían las puertas a la noche de demonios y princesas. La tarde huyó con la fotografía de la ciudad en el espejo de las aguas, la noche volvió empapada del aroma a cirios.
Los momentos elegidos por dos son estallidos pares de impares instantes. Esa noche ambos decidieron bucear en el abismo proceloso de sentimientos sin nombre. Él, demonio de sus tormentas interiores, Ella, princesa de flores pisoteadas. Ambos representando su papel, actores de su propia tragicomedia personal, hambrientos de cariño, sedientos de esos besos y caricias que difuminan los trazos amargos de historias perfiladas por el corazón. Él dibujando el boceto de su falacia, Ella haciendo que se la creía. Ambos mintiéndose para poder amarse, para poder respetarse. Las desconocidas geografías de sus cuerpos se convirtieron en ardiente pangea de abrazos que no quiere conocer la evolución de continentes a la deriva. Ambos exploradores de suspiros, navegantes de pieles ignotas, arquitectos de pasiones tan incomprensibles como inevitables. La entrega más hermosa es aquella que hace feliz cuando se oyen los latidos de la piel cercana. Y ellos se entregaron. Sin preguntas ni respuestas, solo con el alfabeto de sus miradas, solo amando.
Retaron al tiempo pero la hoz de las horas sesgó la noche. La mañana trazó los kilómetros del adiós, lentamente, con pausas que tomaban la forma de cadenas infinitas vencedoras de yunques osados en romperlas. Lo sabían pero fue preferible pensar lo contrario. Jamás demonios y princesas comieron perdices en cuentos al abrigo de la lumbre. Pero hay cuentos que se escapan por las grietas de páginas de caligrafía monótona y se convierten en bellas historias del sendero del arco iris.
Conozco un castillo en las regiones del viento donde aún habita un demonio y su princesa.
Hay momentos que valen una eternidad, y palabras que los atrapan.
ResponderEliminarPreciosa entrada, un beso
Viajé por las regiones del viento y atisbé un castillo donde habitaba una princesa con todos sus demonios. La cera derretida aún perfumaba la noche de abril. Yo estaba en la otra orilla y era otro río.
ResponderEliminarMarisa, esta cera quema los labios. Hay palabras incandescentes, belleza que arde. Pasión y resurrección.
Bellísimo.
Tan sensual como hermoso. Tan arrebatador como intenso. Tan sublime como apasionado. Tan sensible como ahogado. Tan inquietante como triste.
ResponderEliminarLa belleza y sensualidad de un cariño que pretende ser amor se entremezcla con apariencias en las que asirse a pesar de quemar, doler, mentir. Lo sugerido es más potente que lo explícito. El sentido figurado de tus alegorías es impresionante.
Querida amiga Marisa, has escrito tantos sentimientos encontrados que será muy difícil que pueda volver a leer unas palabras tan sentidas y tan magníficamente entrelazadas.
Mi más sincera enhorabuena.
Una fuerte abrazo.
Querida Marisa:
ResponderEliminar¡Bellísimo¡ Un placer inmenso pasear los ojos por tu prosa exquisita.
Lo mejor de las palabras son los enigmas que encierran. Es el lenguaje de los dioses. Y los demonios son dioses supremos para las bellas princesas que rebosan curiosidad, y sus oídos enamorados, ávidos de palabras,
convierten la ilusión en amor...
Los ojos son palabras.
Las palabras misterios.
Los misterios seducción.
La seducción es locura.
La locura es irracionalidad.
La irracionalidad es amor.
Amor es una conjunción algebraica muy peligrosa; como un rayo que mata...
A mi...¡Su rayo me mata¡
Montón de besos, Marisa.
En el amor no existen categorías, hasta el más demonio puede hacer feliz a su princesa, y compartir la pasión con su amada, aunque los no tan demonios osen creer, que no ha de ser posible un amor entre las fortalezas, donde en su intimidad son tan felices, el demonio y su princesa.
ResponderEliminarMe he refugiado en tu relato, y me has hecho sentir algo más demonio, para buscar a mi princesa.
Un beso.
Mentir para poder amarse, triste y necesario, a veces, ojalá que pudiera convertirse en amor de verdad. Triste, pero la esperanza la encuentro en el final.
ResponderEliminarBesos
En estas lides del amor, demonios y princesas se entienden muy bien. Sólo se trata de encontrar ese castillo de las regiones del viento.
ResponderEliminarAunque el casitllo está en nosotros mismos.
Tu texto sugiere y sugiere y sugiere y....
AG
Siempre me ha gustado el viento, le considero un aliado... te mece, te limpia, te acaricia cuando en el monte le das la cara...
ResponderEliminarMmmmm... la princesa de un demonio...
Ella bebe en la copa de la noche el néctar de un encuentro esperado. Su piel necesitaba recostarse sobre el rio suave de una caricia y dejarse llevar por la corriente. El amanecer la despertó desnuda frente al flujo eterno de preguntarse si su piel tendría de nuevo la oportunidad de un amanecer al costado del rio, en un futuro azul. La piel dice una cosa pero su mente dice otra. ¿Quien niega a quien en el escenario del deseo?
ResponderEliminarmi beso, siempre
Marisa, nos conduces por el texto, entre el vaivén dulzón y tibio de la prosa y la poética, en una calesa que se deja llevar por el arrastre de tu lenguaje de luces y fondos marinos. De piel por explorar, de territorios donde las fronteras se disuelven entre labios.
ResponderEliminarLa brizna de un instante, un momento que se cruza entre dos seres hartos de sed de tiempo, de ahora y al final, porqué no imaginar, crear la ficción de lo eterno.
Marisa, feliz de leerte.
Un abrazo
Se olvida la razón y se impone la emoción, aunque sepamos la verdad, preferimos vivir y sobre todo sentir la sangre correr y el corazón palpitar con fuerza, aunque solo sea un instante, pero un instante inolvidable.
ResponderEliminarMe he sumergido en la lectura y no he parado hasta el final.
Marisa, vuelves con energía, visto como fluyen las palabras y se convierten en prosa poética.
Un abrazo.
La entrega desde adentro, sin mirar atrás, sin especular con un después. Bueno, muy bueno, una foto para el alma.
ResponderEliminarhttp://enfugayremolino.blogspot.com
Que difícil es juzgar si lo que he leído es prosa que parecen versos o versos convertidos en prosa. Que más da. Precioso. Besos.
ResponderEliminarAsí como los tambores africanos, o la cítara y el laúd, las melodias celtas, ejercen una suerte de fscinación.
ResponderEliminarY sin duda éste relato tiene todos los ingredientes, castillos bosques, princesas y demonios, danzando alrededor del fuego de los secretos!
Me encantó Marisa!
Besos.
PILAR:
ResponderEliminarGracias, Pilar. Brindo por esos momentos tatuados en palabras.
Un beso.
MIGUEL COBO:
ResponderEliminarEse castillo está rodeado por miles de ríos que lo protegen y seducen. Es difícil acercarse a él, solo se puede intuir ese olor a cera derretida que perfuma las noches de abril.
"Pasión y resurrección", me ha encantado esta frase de síntesis que has hecho.
Tus palabras sí que son bellas.
Besos desde la otra orilla de ese río.
ANTONIO CAMPILLO:
ResponderEliminarLa descripción que has hecho del relato me parece magnífica, Antonio. No lo digo con orgullosa vanidad por lo que a mí me toca, sino por el acierto y belleza de tu interpretación.
He querido crear una pasión ajena a lo convencional, donde la falsedad se convierte en generosidad, donde el desconocimiento se transforma en respeto, donde el objetivo último no es gozar individualmente sino sintiendo el placer del otro, donde la meta es dar cariño porque se conoce muy bien la ausencia del mismo. Sé que es complicado entenderlo y que viola todos los esquemas convencionales de lo que llamamos "amor", pero quizás sea más generoso, sincero y honesto que lo que tradicionalmente llamamos "amor".
Muchas gracias por tu valoración, Antonio, viniendo de ti lo considero un verdadero premio inmerecido y agradecido.
Un abrazo muy fuerte, querido amigo.
MARIÁN:
ResponderEliminarPrecioso recorrido el que has hecho por mi texto, desde los ojos al amor que conduce a la muerte, pasando por el misterio, la seducción la locura y la irracionalidad.
Es un placer que te haya gustado.
Un montón de besos también para ti.
TONY:
ResponderEliminarLo has expresado muy bien: en el amor no existen categorías. Los "no tan demonios" catalogan y enjuician los sentimientos que no encajan en rígidas y tradicionales estructuras. Pero los sentimientos son caminos laberínticos donde una entrada se puede transformar en salida y una salida en una puerta entreabierta.
Las formas de amar son libres y diversas, los encorsetamientos del sentimiento son pasos hacia atrás. Evolución retrógrada.
Me alegro de haberte hecho sentir un poco más demonio. Espero que esa princesa esté cerca.
Un besote.
AIRAMA:
ResponderEliminarMentir quizás no sea el término más preciso ni el más afortunado. Tal vez tendría que haber empleado "no contar toda la verdad", que, para mí, no es lo mismo. No contar toda la verdad no significa que mientas, simplemente que ocultas (no transformas) aquello que no quieres desvelar.
A veces es necesario callar realidades para hacer hueco a otras que nacen, por muy efímeras que puedan ser. Esta opcoión la encuentro válida siempre y cuando esté alejada del egoísmo, cuando el objetivo último es hacer sentir bien a la otra persona.
En fin, tortuosos caminos del corazón...
Gracias por la visita.
Besitos, amiga.
ALBERTO GRANADOS:
ResponderEliminarEstoy contigo, en esas lides, demonios y princesas se entienden muy bien. Los demonios, vanidosos por naturaleza, aman y admiran la belleza de las princesas que ellos no podrán tener; y las princesas admiran la astucia e inteligencia de los demonios que su inocencia les impide poseer.
Complementariedad de contrarios vagando por los castillos.
Un beso sugerido, querido Alberto.
ODISEO DE SATURNALIA:
ResponderEliminarEn las regiones del viento que tanto te gustan, habitan decenas de demonios y princesas. Si caminas con sigilio podrás advertir su presencia casi intuida. Procura ir cuando caiga la noche. Correrás el riesgo de convertirte en un demonio. Pero tendrás a tu princesa ;-)
Me alegro de verte por aquí.
Mi beso principesco.
EL CALIGRAFISTA:
ResponderEliminarElla bebe la copa de la noche. Sabe que cuando el vino carmesí se agote, amanecerá. Su piel le habla de recuerdos, su mente de atractivos castillos aún por explorar. En el escenario del deseo la pasión niega a la negación. Demonios y princesas acarician el presente, el futuro no existe para ellos, prefieren la calidez y cercanía del ahora, que la frialdad y lejanía del mañana. El verdadero cariño se escribe con tinta aún reciente, el mañana puede difuminar la caligrafía.
Siempre es hermosa tu caligrafía.
Siempre, mi beso.
FELICIDAD BATISTA:
ResponderEliminarEs un placer leer tu viaje por mi texto. El paisaje que se ve durante el recorrido en esa calesa toma tonos diferentes según los caprichos de la retina. Y tu mirada hacia el exterior desde el interior me ha parecido muy bella.
Celebro que te haya gustado. Para mí es un verdadero lujo leerte.
Un fuerte y sincero abrazo.
VALVERDE DE LUCERNA:
ResponderEliminarLo has captado extraordinariamente bien , amigo. Quizás lo que no conozcamos es que somos más emocionales que racionales. Partiendo de esto, los instantes dejan de ser meros instantes insólitos y se multiplican en una cotidianidad que tal vez desconozcamos.
Vuelvo, sí, no sé si con esa energía que dices, pero sí disculpándome por esa desaparición. Nadie mejor que tú para comprender ese hechizo de la Semana Santa zamorana que me ha tenido algo alejada de los lares cibernéticos.
Gracias por la amabilidad de tus palabras, Valverde.
Un fuerte abrazo.
SOYLAURAO:
ResponderEliminarBienvenida al blog, Laura.
No solo me agrada que te haya gustado el relato sino que la lectura que has hecho de él es muy acertada.
Los sentimientos en el eje temporal...El pasado se convierte en caminos tortuosos, el futuro en senderos pantanosos; la tierra se hace firme bajo nuestros pies cuando pisamos el presente...
Saludos.
DESDELATERRAZA-VIAJARALAHISTORIA:
ResponderEliminarAdmiro la prosa poética, y eso es lo que he intentado hacer. Prosa y poesía hermanadas con el sentimiento.
Es un placer que te haya gustado, Dlt.
Besos también para ti.
ADRIANA ALBA:
ResponderEliminarCelebro que esa danza mágica en torno a la hoguera de los secretos te haya gustado, Adri.
Muchos besos.
Exquisita narración, una inercia fabular que me ha confundido un poco. Ciertamente no sé si el relato sirvió a la poeta para dejarnos algunos maravillosos versos (La tarde huyó con la fotografía de la ciudad en el espejo de las aguas, la noche volvió empapada del aroma a cirios./Jamás demonios y princesas comieron perdices en cuentos al abrigo de la lumbre. Por ejemplo) O fue la poesía el pretexto para contar una historia.
ResponderEliminarComo sea ¡lo he disfrutado!
Abrazosaplausos y más aplausosabrazos.
Qué belleza de texto, de ese encuentro que no podría ser, aunque te confieso que no me parece imposible que un demonio y una princesa (según el perfil que les has trazado) puedan amarse, siempre y cuando dejen de amar el abandono, claro está. Me encantó la frase "álgebra peligrosa"; conozco un poco de ella...Besos.
ResponderEliminarJULIO DÍAZ-ESCAMILLA:
ResponderEliminarProsa y poesía, tan diferentes y tan complementarias, como esos demonios y princesas. La paz y la armonía entre la prosa y el verso llegó con la prosa poética, Julio. Amo este estilo, no hay pulso entre ellas sino complementariedad. Conjunción exquisita de formas diferentes para llegar al mismo concepto. Pura magia.
Es un placer que lo hayas disfrutado.
Un fuerte abrazo.
JAVIER F. NOYA:
ResponderEliminarNada es imposible con las características de este demonio y esta princesa, lo has dicho muy bien.
Cuidado con el "álgebra peligrosa"...ya conoces los efectos secundarios de sus combinaciones...
Gracias por tus palabras tan amables, Javier.
Besos sin matemáticas.
Marisa: que buena historia. Esa princesa y ese demonio merecen un poco de paz y felicidad, en un castillo o en la más lejana casita.
ResponderEliminarCuanto romance y sensualidad en tus palabras.
¡Me encantó!
mariarosa
Si yo pudiera escribir el momento que tu describes, con el mismo impacto, con la misma exactitud, con igual proyección del pensamiento lector…. En fin, que si pudiera hacerlo te podría explicar cómo me ha gustado tu texto.
ResponderEliminarGracias y beso
Marisa: Muy apropiado tema en este día de esponsales en la realeza…me pregunto si existe diferencia entre demonios y princesas, Apolos y Dionisos, faustos, Mefistófeles y margaritas…Abrazos dantescos de divina poe (Edgar)-sía
ResponderEliminarEs un placer dejarse llevar por tu prosa, siempre tan viva, tan llena de metáforas... Me encanta la historia que has trazado: demonios y princesas, cómplices de ese loco juego que llaman amor (o pasión). Una gozada, Marisa.
ResponderEliminarBesos. Y de regalo, otra canción de Sabina ;-) Buen fin de semana.
LOS CIRIOS QUEMADOS TIENEN UN OLOR EN PARTICULAR, QUE LOS HACE ESPECIALES.
ResponderEliminarMARIAROSA:
ResponderEliminarA lo mejor es que no buscan esa paz y tranquilidad, Mariarosa, :-) Los demonios siempre han sido muy bulliciosos...
Gracias por tus amables palabras, amiga, es un placer que hayas disfrutado el texto.
Un abrazo.
JUNO:
ResponderEliminarMuchas gracias, Juno.
Teniendo en cuenta la dialéctica de tus comentarios, estoy completamente segura de que describirías el momento con alta precisión y calidad poética. No tengo la menor duda de ello.
Gracias a ti por tu visita y un beso.
KIMBERTRANCANUT:
ResponderEliminarTu comentario me ha hecho reír, Kim, es genial. Que conste que lo de demonios y princesas es ajeno al real y nupcial evento inglés :-)
Las diferencias entre demonios y princesas solo tiene que ver con la estética, ambos participan ocultamente de travesuras y bellezas. El ying y el yang.
Besos desde esta Divina Comedia.
KINEZOE:
ResponderEliminarDemonios y princesas como cómplices. Me encanta. Pero cómplices, sobre todo, de un cariño transgresor hasta de sus propias convicciones ¿se puede pedir más?
Gracias por el regalito. Ese tema de Sabina me encanta. Me transporta a lares lejanos y muy placenteros, y mucho más inocentes que estos últimos.
Me alegra que hayas disfrutado el texto, Kine.
Muchos besos desde el castillo.
OJT:
ResponderEliminar¿Purificación? ¿Exorcización? ¿Misterio? ¿Espiritualización? ¿Noche que se consume? El olor de los cirios quemados quizás participe un poco de todo ello. El contexto marca el camino.
Bienvenido al blog.
Saludos.
Me encanta su velado y sutil erotismo. Un relato que apela a la ruptura amorosa, e ir más allà de la tradiciòn, sin dejarla, pues le das el aire de un saga n¡contemporànea, cuando aludes al demonio y la princesa. Un abrazo y besos grandes. Carlos
ResponderEliminar"A veces los momentos nos eligen, otras veces lo hacemos nosotros"
ResponderEliminarUn título magnífico y un texto de gran intensidad.No digo que el fin justifica los medios pero la diferencia está en la intención.
Creo en ese amor mas allá de la singularidad del mismo.
Un abrazo
CARLOS AUGUSTO PEREYRA MARTÍNEZ:
ResponderEliminarMe gusta que hayas captado ese velado erotismo. Demonios y princesas, más que acontemporáneos, yo diría que son eternos. Siempre han existido y siempre existirán, a pesar de la maldad de cuentos que los hacen ser felices y comer perdices. Cuestión de puntos de vista..
Celebro que te haya gustado.
Besos, Carlos.
SALTAR DEL TREN:
ResponderEliminarLa frase que has elegido del relato tendría otra historia cuentística detrás. No es mía (de ahí la cursiva), pero es magnífica, propia de un demonio sutil e inteligente.
Estoy contigo, la intención (las buenas intenciones) siempre es lo que cuenta.
Un abrazo.
"Conozco un castillo en las regiones del viento donde aún habita un demonio y su princesa."
ResponderEliminarQué hermosos final para una pasión exenta de egoísmos, sólo queriendo el placer y la felicidad del otro.
Me gustan estas historias, duras, pero llenas de encanto, de sutilezas, de cordura.
Saludos.
Sí; quizás mentira, quizás representación... si es sabida por los dos, es bello mientras dura... y es suficiente.
ResponderEliminarAh, te encuentro en plena forma, Marisa.
Un abrazo
Una buena entrada, Marisa, con una sensualidad abrasadora y una prosa poética que nos permite explorar suspiros mientras navegamos por pieles ignotas, ahogando la tarde en el río, arquitectos de pasiones tan incomprensibles como inevitables. Un décimo de lotería que jugamos marcando los dígitos de un teléfono de la esperanza en busca del premio gordo, encendiedo un cirio a San Valentín.
ResponderEliminar¿Saldrá bien?
Un abrazo, Marisa.
Me ha gustado mucho esa referencia al románico, le añade un contexto histórico al encuentro sensual, y por tanto incopora la idea de la transitoriedad de todas las cosas, nuestra pequeñez en el curso del tiempo: hay ese instante detenido de la pasión, hay ese tempus fugit de la piedra secular en nuestro pasar ante ella: espledor en la hierba, al fin y al cabo, carpe diem. Me ha gustado mucho esa idea, que es una lectura muy particular, claro. Pero para eso se escribe, ¿no, Marisa? Para despertar en cada lector sensaciones distintas. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarImpresionante prosa. He leído varias veces tu entrada. Tus palabras, en cada lectura, me cuentan la misma historia desde ángulos diferentes. Siempre quema. Cuánto encanto, cuánta sutileza...entre demonios y princesas, me quedo atrapada.
ResponderEliminarUn abrazo muy muy grande
JAVIER:
ResponderEliminarY a mí me gusta la lectura que has hecho, precisa y acertada. Buscar la felicidad del otro alejándose de egoísmos para mí es amor, y a veces mucho más intenso aunque no tenga las características tradicionales que siempre ha tenido.
Un abrazo, Javier.
XIBELIUSS:
ResponderEliminarBueno, quizás no sea tan frío como lo sugieres, amigo Xibeliuss. Los sentimientos, tanto de duración eterna como efímera, son los elementos más difíciles de describir y entender. No creo que la intensidad y la pasión se mida en tiempo, sino en honestidad y cariño.
En cuanto a la buena forma... las vacaciones han hecho milagros...
Un fuerte abrazo, querido Xibeliuss.
JANO:
ResponderEliminarMe gusta la poética lectura que has hecho del relato.
No puedo contestar a tu pregunta, el relato es de capítulo único. Aunque si era retórica, me sumo a ella.
En cualquier caso, todo lo que bien empieza, bien continúa...
Un fuerte abrazo, Jano.
JUAN HERREZUELO:
ResponderEliminarTu lectura e interpretación me ha parecido un tributo poético al románico metaforizado en la misma pasión.
El "tempus fugit" se detiene en la piel de esos sillares de piedra románica, como el tiempo es detenido en la piel de los que se aman.
Espléndida tu mirada hacia el texto.
Un fuerte abrazo, Juan.
MILU:
ResponderEliminarEl olor a cirios quemados anuncia un fuego que quema, y que has sabido captar perfectamente en tu lectura. Tanto demonios como princesas viven rodeados de teas colgadas en los muros de su castillo, y de fuegos de chimeneas que caldean tardes y noches frías y sedientas de luz.
Sabes que siempre es un placer leerte, querida Milu.
Un besote.
No se querían, solo evitaban la soledad, tan dura y aterradora.
ResponderEliminarEscribes muy bien. Me ha gustado encontrarte.
un saludo
Hola cielo, he ardido pero por fin me dejan estas fibras llegar hasta tu casa.
ResponderEliminar"...Los momentos elegidos por dos son estallidos pares de impares instantes", tus bellísimas palabras reflejan que cuando es el momento perfecto se pueden llegar amar hasta los demonios y princesas.
Un besazo artista de las letras
Yo debo frecuentar castillos de princesas desterradas o es que tienen mi foto en la puerta y sólo me echan a los dragones hambrientos.
ResponderEliminarReconozco esa idea de que a las chicas buenas les gustan los chicos malos, acaso los chicos buenos no tienen futuro?
Un fuerte besote.
ESILLEVIANA:
ResponderEliminarBienvenida al blog.
Bueno, no sé si se querían o no... Es cierto que los encuentros efímeros o con características similares pueden responder a lo que apuntas: soledad. También a otras causas, muchas y variadas.
Mi texto no ha querido reflejar ese sentimiento de soledad. No ha querido ir por ahí. Su ficción, simplemente ha pretendido reflejar como el cariño desinteresado también es posible. La sociedad está acostumbrada a admitir la "pureza" de las relaciones después de varios trámites tradicionales, y yo, lo que he pretendido reflejar es que lo que realmente es importante es la capacidad de amar y la generosidad de dar cariño, exentas de intereses y condicionamientos sociales. También es posible un sentimiento honesto y profundo a través de un deseo de dar y recibir cariño por encima de todo, que no tiene que corresponderse necesariamente como consecuencia de la soledad, sino de esa sensibilidad altruista y atracción difícil de definir. No es soledad, tampoco sexo, en ese magnetismo mágico que surge muy pocas veces y que tiene las bases en un respeto que muchos no podrían admitir.
Lo mejor de la Literatura son sus variadas interpretaciones, y la tuya, es otra forma de mirar y ver, que agradezco y valoro. Gracias por tu visita.
Un saludo.
40AÑERA:
ResponderEliminarMe alegro de tu regreso, amiga.
Sí, hay momentos perfectos que concilian hasta a demonios y princesas, llámense química o coordenadas espacio-temporales perfectas.
Espero que tus diferencias con Internet sean reconciliables ;-)
Un besazo.
Que hermoso y que ganas de mudarse a ese rincón en las regiones del viento. Un beso, Marisa
ResponderEliminarEs hermoso! Se lee tanta pasion, amor en una intensa entrega...mintiendose para poder amarse, respetarse...precioso.
ResponderEliminarFeliz semana!
besos,
ÁNGEL IVÁN:
ResponderEliminar¿¿¿Pero qué castillos de princesas frecuentas tú???,jjaja.
Las princesas que arrojan a sus benévolos pretendientes a las fauces de dragones hambrientos no son princesas ¡son brujas!
Los chicos buenos sois los que tenéis futuro, Angelito, los chicos malos acaban merodeando solos por esos fosos eternos que rodean al castillo. Los buenos, acaban escalando muros y llegando a la ventana ojival de la princesa que, conmovida por su esfuerzo y valentía lo convierte... en su demonio del alma ;-)
Céntrate en las princesas, no en las brujas...
Besitos medievales para ese corazón de chico bueno.
ALMA:
ResponderEliminarGracias, Alma. Esas regiones del viento son muy atractivas, sí, y... peligrosas.
Un besote.
PATRICIA:
ResponderEliminarEs un placer que te haya gustado y, sobre todo, que hayas comprendido-tolerado ese mentirse para poder amarse y tolerarse. No es sencillo de entender... a veces, ni tan siquiera por las propias princesas y demonios.
Feliz semana también para ti.
Besitos.
RICARDO MIÑANA:
ResponderEliminarEstoy al corriente de esas pruebas de Google y también de otras de Blogger que están causando ciertos contratiempos en los blogs. Hace poco a mí me "desaparecieron" los Seguidores durante unos días, pero luego todo volvió a la normalidad por sí solo.
Lamento lo que te ha ocurrido y espero que esos problemas se vayan subsanando. Gracias por tomarte la molestia de volverme a enlazar. Te sigo.
Feliz semana y un abrazo, Ricardo.
En el amor, el respeto la tolerancia es lo primordial.
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog.
Saludos.-
Me gusta esta frasecita, poética e ingeniosa: "Los momentos elegidos por dos son estallidos pares de impares instantes."
ResponderEliminarDemonios y princesas no suelen estar juntos, pero siempre hay excepciones.
Buen relato, Marisa, lleno de poesía.
Un abrazo
Es cierto, eh, tardo tanto en regresar sobre mis pasos escritos, o mis dedos "escribidores" y comentar en casa de letras amigas, como en escribir y provocar que vengas hasta la mía, y comentes tal como lo haces. Me llenas los ojos, me llenas el cuerpo, me dejas sin palabras. Y eso es lo malo; sin palabras no soy nadie. Ellas, sin mí, lo son todo en todos los demás.
ResponderEliminarEn fin, tardo en escribir, lo sé. Tardo en leerte, no tengo perdón. Pero llegar hasta aquí, a agradecerte tu visita, comentario mediante, y encontrarme con un texto apuntalando sentimientos, nostalgias, romanticismo y estados carenciales varios, hace que valga la pena y, sobretodo, la alegría.
Gracias por ésto, por aquello, por venir y por permitir que te visite.
Un abrazo agradecido.
Mario
ENRIQUE G.A.:
ResponderEliminarEl respeto y la tolerancia son la base no solo para el amor sino para la vida.
No hay nada que agradecer, tus espléndidas fotografías son un placer para los sentidos.
Saludos.
NOELIA:
ResponderEliminarEsa frase que has elegido evidencia que incluso cuando dos creen que son los que eligen los momentos, son sus instantes impares, sus circunstancias personales, sus galerías individuales quienes les eligen a ellos.
Tienes razón, demonios y princesas no suelen estar juntos, pero quizás este demonio tenga su corazoncito principesco, y esa princesa su tridente diablesco. Dulce baile de máscaras que hace posible lo imposible.
Me alegro de que hayas disfrutado el texto.
Un abrazo, Noelia.
MARIO:
ResponderEliminarCuánto me alegra verte por aquí. Con tus amables y bellas palabras vas a conseguir que me convierta en una consentida y vanidosa.
Leerte es siempre un encuentro con una buena Literatura. Tus textos son excelentes, amigo Mario, se agradece leer letras tan magistralmente trabadas, pensadas, sentidas, soñadas y expresadas. Hay que esperar un poco para ver nacer tus textos, pero la espera nunca defrauda.
Si has disfrutado con el texto, "quid pro quod".
Gracias por tu visita y tu amabilidad.
Un fuerte abrazo.
He recorrido el blog y, en realidad, no tiene desperdicios. Todo excelente. Felicitaciones. Un abrazo desde Argentina. Jorge.
ResponderEliminar¡Oiga escritora amiga! En mi blog he dejado un listado de los diez blogs que habrían de recibir el premio Primavera, y, por supuesto, está tu nombre. Acéptalo por favor. 3 verdades, 3 mentirillas y pásalo a diez blogs amigos tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo.
JORGE:
ResponderEliminarBienvenido al blog, Jorge.
Celebro que te haya gustado lo que has encontrado por mi espacio. Muchas gracias por tus amables palabras.
Será un placer descubrir en tu espacio esa música hecha tango, y ese tango hecho poesía, de la mano de un profesional en el tema como lo eres tú.
Un abrazo.
JULIO DÍAZ-ESCAMILLA:
ResponderEliminarMuchas gracias por el Premio que me otorgas, Julio, inmerecido, pero que lo acepto humildemente y, como prueba de mi sincero agradecimiento lo cuelgo en mi blog. Yo se lo concedo a todos y cada uno de mis seguidores que, con sus buenas letras y con su amabilidad para emplear el tiempo en leerme, hacen que esto sea un recorrido muy grato.
Muchas felicidades para ti también por el Premio recibido. Tu poesía es el mayor premio.
Un fuerte abrazo.
Creo que los que ya llevamos una buena mochila de experiencias a nuestras espaldas, incluímos encuentros efímeros como el que describes con absoluta sensualidad y maestría. Algunos gozosos y dignos de permanecer en nuestro recuerdo; otros que desaríamos borrar de nuestra leyenda personal. Quien no haya sucumbido a un poeta-demonio en una noche embrujada es que jamás ha ejercido de princesa en su vida.
ResponderEliminarBesos
JO GRASS:
ResponderEliminar"Quien no haya sucumbido a un poeta-demonio en una noche embrujada es que jamás ha ejercido de princesa en su vida".
Es tan real, preciso y precioso lo que dices, Jo, que me cuesta añadir algo más. Creo que has entendido a la perfección cada trazo de cada letra del texto. Has transpasado los muros de ese castillo y has logrado ver la cotidianidad de esos poetas-demonios y de esas procelosas princesas.
Y esto para alguien que escribe, es un halago.
Muchos besos.
Este atractivo relato me ha atrapado desde la primera frase, narración plagada de talento e inteligencia que no dejo de admirar.
ResponderEliminarQuizás las tormentas interiores y las flores pisoteadas puedan convertirse en tormentas de flores arrojadas por el propio arco iris de su recorrido, raras mezclas de sabores dulces y amargos.Quizás existan dimensiones emocionales y sentimentales que desconocemos y que se alojan en algún lugar, quizás haya en algún recodo de nuestro desconocido cerebro algún espacio donde puedan coexistir demonios y princesas. Se que existe un pequeño universo construido de crucigramas de sentimientos y laberintos de extrañas seducciones, en algún lugar remoto.
La fotografía me parece francamente genial.
Un placer leerte, siempre.
Un beso reina.
BEATRIZ:
ResponderEliminarMi querida Beíta, ¡qué alegría verte por aquí! Como dulce princesita que eres, has entendido perfectamente el sentido de mi texto, e incluso, tengo la sensación de que has podido visionar sin problemas las imágenes que describo ;-)
Me encanta que el relato te haya atrapado y , sobre todo, que hayas captado el "guiño" de la fotografía (has sido la única que ha percibido eso,jeje).
Tu comentario es pura poesía, mi niña, llena de belleza y certeza. Me encanta cuando dices que "Quizás existan dimensiones emocionales y sentimentales que desconocemos y que se alojan en algún lugar"...Efectivamente, yo también así lo creo. Pretendemos controlar todas nuestras emociones, y cuando creemos que las tenemos todas archivadas, de repente algo se "transpapela" en nuestro corazón, un capítulo importante de Demonios y Princesas que, su desaparición altera la trama...
Ya queda menos para visitarnos en nuestros ambos castillos. Vete preparando la alfombra mágica para ese viaje misterioso y divertido al Averno...
Besazos, corazón. Nos vemos.