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MANZANAS LITERARIAS:
CUARTO MORDISCO
BARROCO Y ROMANTICISMO
SIGLO XVII:
EL BARROCO
Como
herencia del Renacimiento, tanto a las letras
como a las ciencias les va a gustar por igual la jugosidad de las manzanas. El cuarto mordisco tendrá sabor a leyes
sobre la gravedad, a belleza, a amor, a mujer y, no podía faltar, a aroma de
pecado. Estaremos ante las colosales plumas del Barroco cuya caligrafía escribirá leyes físicas y versos líricos con la tinta de
tiernas manzanas.
1 1)
La manzana de Isaac Newton
El
gran físico británico, Isaac Newton, se había refugiado en 1665 en su casa de
campo de Lincolnshire (Inglaterra), debido a la epidemia de peste bubónica que
asolaba a Londres. Una tarde de verano, mientras descansaba bajo un manzano, un fruto del árbol cayó ¿sobre su
cabeza? ¿En el suelo? Independientemente de la versión, Newton se dio cuenta de
que tenía que existir “algo” que
atrajese a la manzana hacia abajo y no hacia otro lado distinto. Estaba en
la antesala de la famosa Ley de la
gravedad, la cual consiguió explicar satisfactoriamente.
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Observen
que, de nuevo, nuestra manzana en manos de un hombre sigue teniendo connotaciones positivas. En este caso, conocimiento, ciencia o sabiduría.
1 2)
Las manzanas de Miguel de Cervantes
Vayamos
al primer coloso de nuestro Siglo de Oro español, Miguel de Cervantes, hombre
que le tocó vivir la estética y mundo del Barroco teniendo una sensibilidad
renacentista tal y como se demuestra al observar que escribe géneros
novelísticos de éxito en el siglo XVI pero obsoletos ya en el siglo XVII. Un
ejemplo de ello es La Galatea, novela pastoril donde pastores idealizados se lamentan
de sus amores. Escuchemos a Erastro en el primer libro de La Galatea:
Erastro
Dos hermosas manzanas
coloradas,
que tales me semejan dos mejillas,
y el arco de dos cejas levantadas,
que el de Iris no llegó a sus maravillas.
Imagen:
Víctor Moya Calvo
Nuestra
manzana aplicada a la mujer sigue
significando belleza corporal, esta
vez identificada con las dos mejillas de Galatea. No introducimos nada
novedoso, esta constante se repite a lo largo de los siglos.
1 3)
Las manzanas de Lope de Vega
El
feroz enemigo de Cervantes fue el “Fénix
de los ingenios”, Lope de Vega. Cruel en sus críticas con el autor de El Quijote, Lope también sucumbió al
encanto de este bello fruto aludiendo al
mito de “La manzana de la discordia” del que ya hablamos en el primer
mordisco. Escúchenle en este soneto titulado
Lo
que hiciera Paris si viera a Juana:
Como
si fuera cándida escultura
en
lustroso marfil de Bonarrota,
a
Paris pide Venus en pelota
la
debida manzana a su hermosura.
(…)
pero
el pastor a Venus la manzana
de
oro le rinde, más galán que honesto,
aunque
saliera su esperanza vana.
Pues
cuarta diosa en el discorde puesto,
no
sólo a ti te diera, hermosa Juana,
una
manzana, pero todo un cesto.
BOUGUEREAU,
William-Adolphe, The Birth of Venus
Para
alabar la suma belleza de Juana, Lope de Vega no solo la compara con una diosa
sino que le entregaría la manzana que coronaba a Venus como la más hermosa de
todas las diosas. Y no le daría una sola sino que le entregaría todo el cesto.
Nuestra manzana relacionada con la mujer vuelve a adquirir la tonalidad amorosa, de belleza y, en este caso, de declaración de amor. Seguimos en la
misma línea trazada hace meses.
Pero
Lope de Vega no fue tan romántico con nuestra manzana como en el segundo ejemplo que les voy a ofrecer.
Se trata de un soneto perteneciente
a su Libro III, Rosarda. Escúchenle
porque el significado que le va a otorgar a la manzana ya les recordará
connotaciones que analizamos del Cristianismo
e incluso de San Juan de la Cruz en el tercer mordisco:
La
Esposa enferma, de su amor quejosa,
manzanas pide por remedio y flores,
y
el alma con dulcísimos amores
en
lo que ha de pedir está dudosa.
La
enfermedad, no sólo peligrosa
de
Eva, sino de tantos sucesores,
a
las manzanas mira, y por mejores
juzga
las flores que pidió la Esposa.
Dos
Evas tuvo el mundo: la primera
pidió
manzanas, flores la segunda
de
la Vara que alzó del mundo el luto.
Virgen,
en vuestro Fruto el alma espera:
Cristo
es el fruto, y de esa Flor redunda:
sin
Cristo no hay salud, sin flor no hay fruto.
Tiziano
Vecellio di Gregorio
Aquí
tienen de nuevo una versión de la manzana cristiana: pecado. También
encontramos reminiscencias de San Juan de la Cruz en esa Esposa (el alma).
Habrán comprobado que la manzana de la
mujer, de Eva, se identifica con ese
pecado para toda la humanidad, contrastando
con las flores del hombre (Cristo)
identificadas con la salvación
(salud).
Cerramos
el período del Barroco con estos tres ejemplos significativos. Conviene aclarar que en el siguiente siglo,
el XVIII, las mentes ilustradas estaban más entretenidas con su razón que con su corazón, por tanto, hacemos un paréntesis en este período
donde las manzanas brillaron en los
fruteros pero no en los versos. No obstante, el lector queda invitado a ofrecer, si es su deseo, un mordisco de
alguna manzana literaria de este siglo porque la que escribe, no ha hallado
ninguna en su búsqueda. Pasemos, entonces, al siglo XIX.
SIGLO XIX:
EL ROMANTICISMO
La
razón imperante durante el siglo XVIII cedió su trono a la materia básica de la
literatura, los sentimientos. Todo período deja paso siempre a su contrario. El Romanticismo va a ser ante todo
corazón volcado en la búsqueda de la libertad. Para no alargar este cuarto
mordisco, les dejo solamente un ejemplo conocido por todos ya desde nuestra
edad más temprana.
1 1)
La isla del tesoro del tesoro de
Robert Louis Stevenson
La isla del tesoro es una novela de aventuras escrita por el escocés Robert Louis Stevenson,
publicada en libro en Londres en 1883 (publicada originalmente por entregas en
la revista infantil Young Folks, entre
1881 y 1882 con el título de The Sea
Cook, or Treasure Island). Las
manzanas que aparecen en esta deliciosa novela son fortuitas pero sin su
presencia, el protagonista, Jim Hawkins,
no hubiera podido descubrir la que se avecinaba en el barco en el que navegaba:
Capítulo 10: la travesía
Pero sí vino un bien del barril de manzanas, pues a no ser por
él no hubiéramos tenido ningún barrunto de peligro y pudiéramos haber perecido
todos a manos de la traición.
Así es como ocurrió el suceso. (…)
Y sucedió que a poco de ponerse el
sol, y cuando ya había cesado todo trabajo, y yo me encaminaba hacia mi litera,
me vino de pronto la gana de comerme una
manzana. Subí corriendo a cubierta. La guardia estaba toda adelante,
tratando de descubrir la isla; el timonel observaba el aparejo, silbando una
tonada por lo bajo; y ése era el único sonido que se oía, excepto el chasquear
del agua bajo la proa y a lo largo de los costados del buque.
Me colé dentro del barril y vi que
apenas habían dejado manzanas; pero
sentado allí en la obscuridad, y entre el rumor del agua y el balanceo de la
nave, o me había quedado dormido o estaba a punto de hacerlo, cuando una
persona de gran peso se sentó con cierto estrépito allí cerca. Hizo oscilar el
barril cuando apoyó sobre él las espaldas, y ya me disponía a saltar fuera, a
tiempo que el hombre comenzó a hablar. Era la voz de Silver, y aún no había
oído una docena de palabras cuando no me habría dado a ver por todo lo del
mundo, y me quedé allí, estremecido; y escuchando en un paroxismo de temor y de
curiosidad aquellas pocas palabras me habían hecho comprender que las vidas de
todos los hombres honrados que había a bordo dependían nada más que de mí.
Un motín, el de Silver y sus hombres.
Ya
saben lo que voy a añadir cuando las manzanas están relacionadas con hombres,
en este caso con el pequeño Jim. No es una valoración propia sino que los
textos no hacen más que demostrarlo. Gracias a que se introduce en un barril de
manzanas, oye la conversación de Silver y sus hombres, los cuales preparan un
motín en el barco y sus consecuencias: matar a sus contrincantes. Las manzanas
fortuitas y Jim estarán relacionados, como en la antigüedad clásica, con la valentía, y al hombre
(en este caso, hombrecillo), lo situarán a la altura de héroe.
Vuelven
a cumplirse las premisas de las que partíamos hace meses. Muchos. Por ello,
pido disculpas por la tardanza en regresar y ofrecerles este humilde bodegón
literario de manzanas. El quinto y
último mordisco, será en el siglo XX y XXI. ¿Seguirán las manzanas
actualmente por el camino que hemos trazado o ya serán transgénicas? Les espero
si es su gusto.
Pues esperaremos espectantes ese quinto modisco, seguramente tan sabroso como los anteriores. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarFELIPE TAJAFUERTE:
EliminarEspero que lo degustes con placer; Felipe.
Saludos.
La manzana siempre estaría ahí, por eso el barroco al romanticismo, la manzana que le paró el genio a Newton, no sólo se hacen presencia en la pintura, sino en la literatura, yendo de Lope de Vega hasta Stevenson. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarCARLOS AUGUSTO PEREYRA MARTÍNEZ:
EliminarHola Carlos. Sí, la manzana es la catedrática de la literatura.
Un fuerte abrazo.
Qué bueno, Marisa. Me ha encantado repasar a Lope de Vega y a Cervantes de la mano de tu personal repaso a la cultura a través de las manzanas. Un tema excelente. Saludos..
ResponderEliminarMARCOS CALLAU:
EliminarGracias, Marcos. Los colosos del Siglo de oro español también saborearon este fruto.
Un abrazo.
Una maravilla, Marisa, sobre todo por verte aquí de nuevo. Gracias.
ResponderEliminarAhora estaba yo pensando en las artes plásticas con sus manzanas y creo que se lleva la palma René Magritte, que ese sí que sí. He buscado sus imágenes en Google y...¡madre mía! qué obsesión por las manzanas. Claro que él diría que eso no son manzanas; "son imágenes de manzanas" jaja.
Me ha gustado mucho esta entrada. Aprender contigo es una delicia. La imagen que has puesto en la portada es preciosa.
Y nada más, que estoy muy contenta por volver a leerte.
Besos grandes, Marisa.
MARIÁN:
EliminarMuchas gracias, querida Marián. Desde el primer mordisco has ido vaticinando lo que iba a aparecer en los siguientes. Y, esta vez, no te has vuelto a equivocar. Reservaba la imagen de Magritte, "Hombre con manzana", para el 5º mordisco ya que estará dedicado al siglo XX y XXI, y por la actualidad del cuadro creí conveniente incluir en ese periodo.
Además, regreso ahora mismo de la casa de nuestro amigo en común, Antonio Campillo, y me he deleitado con toda una galería de René Magritte en la que ciertamente... qué obsesión por las manzanas!...:-)
Yo también me alegro de volver a saludarte.
Besote y besote.
Dominando conocimientos, has sabido mezclar, en una atrayente entrada, ciencia y literatura, mi enhorabuena, te ha quedado perfecto.
ResponderEliminarComo remate, al leer ese trocito de la novela de aventuras LA ISLA DEL TESORO, me has llevado a los tiempos de mi juventud y me has traído bellos recuerdos ¡cuánto he disfrutado con esas novelas!
Después de mis largas vacaciones, he vuelto con vosotros, ya os echaba en falta y tenía ganas de regresar.
Siento que mis entradas no se actualicen, pero aún tengo suerte de poder dejaros un comentario, antes, cuando lo intentaba, desaparecían.
Ha sido un placer leerte otra vez.
Cariños y un fuerte abrazo.
Kasioles
KASIOLES:
EliminarGracias, Kasioles. Creo que "La isla del tesoro" es una novela entrañable que todos guardamos como recuerdo de nuestra infancia.
Siento que tu blog no se actualice. No quisiera que, ahora que he vuelto, se me escapase ni una sola entrada repleta del cariño que le pones.
Un beso.
Si tenéis tiempo dedicarle un poco a leer algo de la vida de Sir Isaac Newton, un tipo raro de narices y que contrasta con lo que aportó la ciencia.
ResponderEliminarYo siempre he sido muy barroquiano, confieso que me tiran más Calderón y Lope que el ilustre Cervantes, pero es que me gusta esa vi´sión tan trágica de los dos primeros.
No he sido capaz de convecer a mi sobrino que se lea "La isla del tesoro", incluso me he hecho con un cómic impresionante de la Iliada para que se acerque a la lectura y ni por esas.
Más que un mordisco literiario yo ofercería una buena caricia a los mármoles de Bernini, seguro que alimentan tanto o más que una manzana aunque el incansable Zatopek no le pareciese bien -decía que había que comerse una manzana al día para estar sano-.
Besotes muy fuertes, que casi estoy de vacaciones, jeje.
ÁNGEL IVÁN:
EliminarTomo nota de la vida de Isaac Newton
Tengo que reconocer que a Lope le tengo un poco de manía: por sus crueles e injustas críticas a Cervantes y porque su producción teatral, magistral en cantidad, no me lo parece tanto en calidad (me llevarán a la hoguera por lo que acabo de decir...)
Estoy contigo en que deberíamos incitar a los más pequeños a leer obras clásicas que son una verdadera joya como La Isla del tesoro (o tantas otras, Las aventuras de Huckleberry Finn, Los viajes de Gulliver, Tom Sawyer...) antes que obras actuales de literatura infantil y juvenil que, en una proporción elevada, son de dudosa calidad pero que están triunfando.
Gracias por tu tiempo y a disfrutar de las vacaciones.
Un besote.
Creo que te entiendo, pero ese toque canalla de Lope, Calderón o incluso Quevedo no lo tenía el ilustre manco, ¿no te parece?.
EliminarUn placer, besotes.
Las manzanas, sin lugar a dudas, tienen un simbolismo especial que no se limitan al fruto vinculado a Eva. ¿Por qué no pasará lo mismo con las cerezas o las naranjas? Bueno, a lo mejor si nos fijáramos en ellas es posible que extrajéramos jugosas conclusiones.
ResponderEliminarUn beso
CARMEN CASCÓN:
EliminarTe sorprenderías, Carmen, de la enorme presencia y los variados significados que han tenido las frutas en la literatura de todos los tiempos. En cuentos, en poesía, en mitos... y no solo la manzana y su simbolismo, sino muchas más. Pero, siendo sincera, si con la manzana estoy haciendo un esfuerzo de síntesis, imagínate si me meto por esos vericuetos. De momento, no lo haré.
Un besote, Carmen.
Hablando de manzanas y mordiscos, y ya que el quinto mordisco hará memoria de lo que de las manzanas se haya dicho en los siglos XX y XXI, citaré, algo sobre ellas del XIX, mucho más prosaico, y relacionado con los mordiscos y con el yantar: Rossini, el famoso compositor, escribió la última de sus óperas, Guillermo Tell, con manzana por medio, y tras ello, se retiró. ¿Qué hizo?, se dedicó a cocinar, y aparte de a los canelones, dedicó muy especialmente su tiempo a las manzanas recopilando un recetario con sus platos basados en tan redondo fruto: manzanas a la lorenesa, flan con manzanas, charlota de manzana, muselina de manzana, buñuelos de manzana son tan sólo algunos de los muchos platos que preparó y que fueron muy reconocidos. Adivinará por lo escrito que soy de natural goloso. En fin, aquí estaré para dar ese quinto bocado que nos anuncia.
ResponderEliminarUn saludo.
DLT:
EliminarTan interesante como sabroso lo que aportas de Rossini, Dlt. Me ha encantado. Quizás porque yo también de laminera...tengo un rato.
Gracias por el apunte, Dlt.
Un abrazo.
Hermosa entrega!
ResponderEliminarEs cierto hemos coincidido con manzanas, mordiscos y paraísos perdidos y encontrados...
Gracias por tu visita querida Marisa.
Un fuerte abrazo y un regalo:
Manzanas
Iba yo caminando por la calle
un día de este invierno,
y en una frutería cochambrosa y oscura,
sin detenerme, al paso,
vi un cesto de manzanas de arrebolada luz
y encendido perfume (hebras de esa fragancia
me siguieron un poco por la acera).
Estaban allí juntas, apretadas, conformes,
y todas sonreían.
Eloy Sánchez Rosillo
ADRIANA ALBA:
EliminarMuchas gracias por el poema tan simpático que dejas de Eloy Sánchez Rosillo. No lo conocía. Como siempre digo, siempre enriquecéis las entradas con vuestras aportaciones.
Gracias por el regalo y un besote, Adri.
La manzana como tentación, desde Eva hasta Blancanieves, un fruto de la discordia y la perdición... y probablemente inocente.
ResponderEliminarPEPE CAHIERS:
EliminarYo diría que no solo hasta Blancanieves sino hasta hoy día 10 de septiembre de 2014.
Bienvenido al blog, Pepe, siéntete como en tu casa. Saludos.
Amiga Marisa: tanto ha tardado en caer la manzana de Newton que casi refuta la ley de la gravedad... Pero la espera ha merecido la pena, ya lo creo. Qué gran repaso a la cuestión, y qué bien argumentada la diferencia de significado de la manzana según el sexo de quien hace referencia a ellas: valor, conocimiento en el hombre: belleza, pecado en la mujer, incluso la maldad homicida, como en la bruja de Blancanieves... Me quedo con ese barril de manzanas de La Hispaniola por razones puramente sentimentales: yo estuve dentro de ese barril y escuché las voces de los piratas. Un abrazo.
ResponderEliminarJUAN HERREZUELO:
EliminarCasi, casi la refuta, Juan...jjjejje.
Un placer que te haya gustado. Leyendo tu magnífico blog, me creo que estuvieras en ese barril de manzanas. No podía ser de otra manera.
Un fuerte abrazo.
Queridísima Marisa: Qué placer volver a tu lectura, siempre agradable e instructiva. Los "MORDISCOS" son una genialidad original, como el pecado del mismo calificativo, pero en esta ocasión, en mi corto entendimiento, has derrapado en la curva; te has dejado llevar por un rancio feminismo, que en nada representa la LUCHA DE LAS MUJERES POR LA IGUALDAD, y sí mezcla logros científicos y otras cosas que comentaré, si me dejas, más adelante.
ResponderEliminar¡Pobre Jim Hawkins, por meterse en un barril de manzanas! ¡Pobre Cervantes, cuya orientación sexual se ha cuestionado tanto, y tanto ha denostado a las mujeres de mi tierra (Maritornes, puta; Dña Rodríguez, tonta de baba y alcahueta)... Las manzanas no tienen la culpa de nada y son un fruto exquisito... Las Religiones, ya sabemos, son un machismo más en esta vida y las mujeres un sabroso manjar tan pecaminoso (sin connotación religiosa) como los hombres: ambos una realización distinta de las especies de animales superiores, que no deberían estar en lid.
He leído y releído "LA ISLA DEL TESORO" y la he ofrecido a mi hijo, que la leyó, como una joya de la literatura universal, sin ningún atisbo de machismo, que yo no permitiría.
En fin, que me ha gustado tu vuelta al blog y también tu 4º MORDISCO, y espero más MORDISCOS.
Un abrazo, querida MARISA.
JANO:
EliminarQuerido Jano:
Creo que esta vez el que has tomado la curva demasiado deprisa has sido tú.
Ni me gusta la velocidad ni el riesgo o atrevimiento, por tanto, mis amortiguadores funcionan a la perfección.
Sabes que tenéis total libertad para expresar vuestras opiniones sobre lo que escribo. No podría ser de otra manera. Y aunque tengo activada la moderación de comentarios, solo elimino los spam. Faltaba plus...
Con todo esto quiero decir que siempre agradezco vuestras aportaciones y opiniones, afines o no a las mías. Y no solo las agradezco sino que las valoro mucho y en ocasiones aprendo de ellas.
Pero esta vez, no puedo ni tan siquiera intentar estar de acuerdo contigo porque has cometido un gran error al leerme y al expresarte. No porque no estés de acuerdo conmigo (la controversia bien tolerada enriquece) sino que haces afirmaciones sobre mi quehacer y mis intenciones que,además de osadas, son COMPLETAMENTE ERRÓNEAS. Ni hago uso de un rancio feminismo ni estoy luchando por la igualdad de las mujeres ni en esta ni en ninguna de las entradas relacionadas con las manzanas. Solo pretendo acercarme con el lector al significado simbólico de este fruto en los textos literarios desde un enfoque que no estuviera manido, en este caso, la posesión de esta manzana en manos de hombres o mujeres. Nada más. El rancio feminismo del que hablas o la lucha por la igualdad de la mujer están lejos de estos textos. Desgraciadamente, se manifiestan diariamente en otros aspectos más trágicos con los que no me atrevería nunca a frivolizar ni a bromear, como lo hago en esta serie de textos de manzanas literarias.
Me ha sorprendido que, conociéndome desde hace tiempo como me conoces, hayas hecho esa valoración tan alejada de la realidad.
No obstante, gracias por el resto de tu aportación.
Otro abrazo para ti, querido Jano.
Te respondo, Queridísma Marisa (Marisina, que ya sé que no te gusta el diminutivo cariñoso y honorable que se usa en Asturias para distinguir a las personas amadas): UN TRABAJO ORIGINAL Y EDIFICANTE, DEL CUAL HE APRENDIDO MUCHO, MUCHO, Y HE DISFRUTADO DE LA BUENA LITERATURA QUE OFRECE LA BLOGOSFERA, DEL BUEN HACER EN ESAS HORAS PERDIDAS, CON INQUIETUD DE SABER MÁS Y APORTAR ALGO.
EliminarPerdóname si te he ofendido con mi comentario, hecho con la mejor intención y sin la menor actitud de menospreciar a las mujeres: en mi humilde trabajo soy el único varón, el resto del personal son mujeres, y todas nos llevamos de "puta madre/cabrón padre" menos (JUA JUA JUA JUAAA) en la comunicación en la que media el teléfono interior: siempre ocupado y con el tono de comunicando.
Pero, el tono comunicante del feminismo rancio, llorón y excluyente nunca me gustó, ni me sigue gustando, como no me gusta nada el machismo que he mamado a lo largo de una parte de mi vida, pasado ya el ecuador de la misma.
No sé si he aclarado tus dudas acerca de mí, pero sigo siendo el mismo de siempre, el caótico y perezoso muy ecléctico.
Un abrazo "Marisina".
Con el tema de las manzanas nos estás dando un repaso a la literatura leyendo autores de renombre universal. Me llama la atención el símbolismo que tienen en este caso las manzanas, que si no se hace hincapié en ello nos pasaría desapercibido.
ResponderEliminarSeguiré pendiente del siguiente mordisco, ya que le estoy cogiendo el gusto a las manzanas.
Me alegro con tu regreso.
Un abrazo muy fuerte.
VALVERDE DE LUCERNA:
EliminarA ver si es posible pegarles el último mordisco, Valverde.
Gracias y feliz año.
Un fuerte abrazo.
¡Hola, Marisa! ¡Llego tardísimo! Por lo menos, así disfruto tanto de tu texto como de los comentarios...
ResponderEliminar¡Uy, sí! Mucho que hablar sobre Newton y sus peculiaridades, algo sobre la sexualidad de Cervantes, más sobre su rivalidad con Lope... pero permíteme que haga un "JimHawkins" y me quede escondido en el barril mientras los demás hablan, jejeje La Isla del Tesoro fue mi primera "novela favorita" y eso siempre marca.
Un fuerte abrazo, Marisa
XIBELIUSS:
EliminarMe asomo al barril y te deseo un feliz año, Xibeliuss.
Un abrazo.
Querida Marisa, la coincidencia de tu publicación con un viaje ha impedido que te pueda leer con la atención que merecen tus “Mordiscos”. Siempre he pensado que estas importantes relaciones que planteas en tu enorme repaso, por medio similitudes que siempre hemos aceptado sin pensar mucho en ellas, sin realizar un leve análisis, poseen la importancia de un extenso conocimiento de la evolución del pensamiento en occidente. A la vez, también creo que la influencia, que personalmente considero negativa, de ensalzar los hechos que se producen, generalmente relacionados con la mujer o las relaciones humanas, se han aceptado desde que al traductor de supuestos acontecimientos divinos, producidos siglos antes de su “interpretación/traducción”, escogió la fruta que, posiblemente, estuviese a su alcance. Y Occidente ha girado alrededor de ella, sin percatarnos de ello, hasta que, tan acertadamente nos has planteado esta enorme relación alegórica en diferentes autores y etapas de la Historia. La continua alusión a la concepción del mal, de la sexualidad, del pecado, han producido, como en el caso de Cervantes y Lope, enfrentamientos inútiles aunque de ellos han surgido grandes escritos o pensamientos. El anecdotario se extendió a la Ciencia desde Newton, acaparando todo el prestigio de una teoría demostradamente incompleta por carecer de un elemento imprescindible: el espacio en el que se produce la atracción. Einstein lo demuestra con gran detalle. Pero lo importante y sutilmente ladino es la introducción de la fruta prohibida en los relatos de aventuras que, pretendidamente, son lecturas para niños. ¿Es posible que en un barco, en la época narrada, existiese un barril de manzanas? Sí. ¿Pues entonces por qué no admitir el relato como normal y punto? Pues mira, por su peculiar relación con lo que significa la maldad escuchada, precisamente, entre este fruto. Querida Marisa, pequeños combates con aspectos que suelen ser innecesarios no merecen la pena por una interpretación tan personal como banal. El error siempre se encuentra tras la esquina cuando se interpreta demasiado a la ligera un interesante, y muy necesaria relación, entre aspectos jamás contemplados. Ni te enfades ni gastes ordenador en contemplar posibilidades un tanto socarronas y un poco absurdas, por no decir innecesariamente “sanias”. Espero tu quinto bocado de los siglos XX y XXI.
ResponderEliminarUn inmensa y cariñoso abrazo, querida Marisa.
ANTONIO CAMPILLO:
EliminarMuchas gracias; Antonio, por tus siempre ricos y atinados comentarios, y, esta vez, gracias también por tus consejos finales.
Un inmenso abrazo y feliz año, querido amigo.
Chin Chin...por un venturoso 2015!
ResponderEliminarAbrazos querida Marisa.
ADRIANA ALBA:
EliminarFeliz año, mi querida Adriana.
Gracias por acordarte.
Mil besos