LLUVIA SIN MAR
Llover es entregarse al mar,
es abrir surcos en la tierra árida,
es tatuar los poros del volcán en tu piel.
No hay mar sin lluvia
ni lluvia que no inunde los caminos
para llegar a ti,
a esa eternidad de labios
que se funde con la humedad
de tus olas
en procelosos océanos.
Llueve en la noche del mar
y no hay mar,
solo tierra yaciendo en senderos
donde la lluvia se disfraza
con los lodos del mundo,
y el mundo es arcilla en tus manos
que juegan a moldearme en barro.
Hoy llueve y no hay mar.
Lluvia extraviada en tejados insomnes
que brillan plateados
en la noche ausente de mareas.
Lluvia desorientada que no encuentra
la suavidad de los paseos
de tu piel.
En la madrugada del silencio,
felinos ojos de luna preguntaban
a dónde va la lluvia sin mar.
¿Acaso quiso ser tierra
y no mar?
me encantó tu poesía, besos
ResponderEliminarViajar por caminos inundados es difícil: la piel busca saturarse de agua y se desorienta la soledad.
ResponderEliminarIntensos y sentidos versos, Marisa.
Llover es oler a tierra mojada
ResponderEliminarllover es mojar tu piel
Lluvia sin mar tierra fértil
lluvia sin mar es poesia
Es algo como tú: lluvia , poesía mar
tierra mojada, versos
musa que inspira como inspiras tú.
Así en la madrugada del silencio
volverte a encontrar.
Hermoso sentimieto en un poema"brillante"
Besos
Qué decirte que no haya dicho ya. Un poema que me situa en caminos, a veces viejos, a veces nuevos, pero los siento pedregosos y estrechos.
ResponderEliminarCuánta intensidad y cuántos pasos, cuántas dudas y cuánntas preguntas, pero después de caminar y caminar descubro que siempre hay un arroyo, una mirada que nos ayuda en ese andar que puede parecer cansino.
Me ha encantado, Marisa. Precioso.
Un abrazo amiga
La tierra absorbe lo que la lluvia le da..y desborda ríos y arroyos de pasión..Riada de sentimientos cruzan estériles campos cuando la lluvia está..y se vuelve a la mar..
ResponderEliminarBesos desde el sur
MIXHA ZIZEK:
ResponderEliminarMe alegro que haya sido de tu agrado. Bienvenida al blog.
Saludos.
ANTONIO CAMPILLO:
ResponderEliminarViajar por caminos inundados es difícil, sí, Antonio, pero toda lluvia acaba regresando al mar. Ciclo de nuestra naturaleza aún intacto.
Gracias por tus palabras, amigo.
Un abrazo.
ANDRÉ DE ÁRTABRO:
ResponderEliminarHay un elemento que lluvia y mar comparten y que me fascina: su olor. El olor de la tierra mojada por la lluvia, y el olor del mar traído por el viento.
Ambos se funden como cuando dos pieles se aman: no hay lluvia sin mar, no hay mar sin esa lluvia.
Es un placer que te haya gustado, Andrés.
Un beso.
MILU:
ResponderEliminarAunque los caminos sean pedregosos, estrechos, áridos y polvorientos, siempre llega esa lluvia que los acaba convirtiendo en arroyos frescos de lluvia ávida de mar.
Yo sé que tu arroyo del día 16 es nuevo, vital y fresco. Me gustaría que no lo olvidaras, mi querida amiga.
Un abrazo lleno de eternidad.
Creo que si, porque nació del océano y quiso ser mar pero encontró esos caminos que sólo tu, amiga mía has sabido descifrar
ResponderEliminarUn besote
PRUDENCIO HERNÁNDEZ JR.:
ResponderEliminarBonita lectura de mi poema. Ríos y arroyos desbordados de pasión solo pueden terminar en dulces mares procelosos.
Gracias por tus bellas palabras, Prudencio.
Besos hacia ese sur.
40AÑERA:
ResponderEliminarTú sí que sabes descifrar esos caminos, amiga ;-). Siempre me admira tu perspicacia y habilidad lectora.
Un beso y todo mi cariño.
El agua, la sal, el mar, las lágrimas, la belleza fluye entre tus versos.
ResponderEliminarUn saludo
Hermoso poema lleno de ondulantes emociones, donde los elementos juegan en cada verso y las fragancias océanicas se transmutan en fragancias humanas.
ResponderEliminarBello Marisa.
Un abrazo oceánico!
William Shakespeare dijo que el amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia.
ResponderEliminarSolo imaginarlo reconforta.
Esa lluvia, Marisa, encontrará como llegar hasta él si es que lo desea.
Abrazos, compi.
Marisa, mientras singlo por el poema, unas veces sobre canoa de agua dulce y otras en el turbulento vaivén de una barca de mar, escucho el chapoteo de unos sentimientos que nadan hacia la dermis de océanos aún no encontrados. Se oye su murmullo, se percibe el salitre. Agua deshilachada que padece sed de mar, mar en el que fundir, entre sus espumas, el deseo.
ResponderEliminarMarisa, me parece genial como muestras a esa lluvia solitaria, en un poema sin mar, pero que lo busca abriendo la tierra en canal, en canales.
Me gusta la intesidad de tu escritura y el poema navega dejando una estela que apetece seguir y volver a leer.
Un abrazo
Oso contradecirte pero hay un mar, y lo has puesto tú en el poema; con su maridaje de olas, viento y gaviotas. Hay ausencias, hay soledades, pero de que hay ahí un mar ¡lo hay!
ResponderEliminarExquisita cadencia.
Felicidades.
Corren las emociones mientras se lee este poema, Marisa, me encantó!!
ResponderEliminarJ&R
Me llego de continuo a tu blog y vuelvo a inisitir que lo que vuelcas (en todos tus trabajos no hay desperdicios) es excelente. Te felicito y continuaré visitándote, ten la plena seguridad.
ResponderEliminarGracias por compartir lo tuyo.
Un abrazo muy fuerte.
Es precioso Marisa. Parece como unavieja canción que todos quisiéramos haber cantado alguna vez. Acaso sea llanto,la lluvia,llanto por no ser mar. Besos.
ResponderEliminarMe encanta ver llover por la ventana, abrirla después de la lluvia y oler la tierra mojada...me he sentido un poco así leyéndote. Muchas gracias :)
ResponderEliminarUn beso
De haberte leído cuando estaba lloviendo, te aseguro que habría salido a empaparme.
ResponderEliminarEl agua generalmente me encanta aunque la lluvia no es la que más me seduce, porque no puedo moverme dentro de ella, es la lluvia la que se mueve alrededor mía.
Un beso y que me ha encantado.
PILAR:
ResponderEliminarGracias por ese campo semántico tan bello que has visto en mis versos.
Un abrazo.
ADRIANA ALBA:
ResponderEliminarLas fragancias oceánicas son el canto de la lluvia al besar la piel del mar.
Me alegra que lo hayas disfrutado.
Un abrazo transoceánico, Adri.
AIRAMA:
ResponderEliminarBellas palabras las de Shakespeare, no podía ser de otra manera viniendo de su voz.
Cuando la lluvia encuentra al mar, reposa el amor en sus ondulantes aguas. La firma de ello es ese sol shakesperiano del que hablas.
Un fuerte abrazo, compi.
FELICIDAD BATISTA:
ResponderEliminarMientras navegaba plácidamente con mi barca por la lírica de tu comentario, yo también he percibido y disfrutado de una pleamar de palabras que solo pueden ser fruto de exquisitos sentimientos y de un don para sentirlos.
Tanto en la escritura como en la lectura, se requiere de una sensibilidad que haga posible el milagro de la Literatura. Y tú siempre lo consigues, Felicidad. Y no devuelvo en un "quid pro quod" halagos, sino que realmente soy afortunada por contar con una comentarista de tu talla, que sabe de lo que escribe, cuando escribe, y sabe leer lo que lee.
Y tu lectura de mi poema no puede ser más acertada, en contenido, entiéndeme, no la valoración generosa que haces de mi acto creador. Así da gusto escribir.
Es un placer que lo hayas disfrutado.
Un fuerte abrazo.
JULIO DÍAZ-ESCAMILLA:
ResponderEliminar¡Ay qué mar hay ahí, Julio!
Contradíceme todo lo que desees si es para pintarme un mar de olas y presencias.
Muchas gracias por tu valoración de la cadencia del poema; en realidad, es lo único a lo que he prestado atención y cuidado, porque ya habrás comprobado que con otros condicionamientos métricos he sido completamente anárquica (como a mí me gusta...).
Un fuerte abrazo, poeta.
PALABRAS COMO NUBES:
ResponderEliminarGracias por tu comentario que valoro mucho teniendo en cuenta tu excelente prosa en la creación de tus textos.
Saludos.
JORGE:
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge. No puedo evitar que tus palabras me llenen de orgullo viniendo de alguien con esa impresionante trayectoria literaria, ensayística, periodística, "guionística", pianística y radiofónica.
Quien realmente te tiene que felicitar soy yo.
Es un placer que te agrade lo que encuentras en mi blog, y deseo que lo disfrutes.
Un fuerte abrazo.
MARCOS CALLAU:
ResponderEliminarEl llanto de la lluvia siempre es por querer ser mar, efectivamente, Marcos. Quiere ser mar al mezclarse con la tierra y arroyos que buscan ese mar; quiere ser mar al mezclarse con el viento mientras viaja en esas nubes hambrientas de mar. Definitivamente, la lluvia quiere ser mar. Hasta ella tiene sus propios sueños...
Me gusta que te guste.
Besos, Marcos.
ALMA:
ResponderEliminarEl olor a tierra mojada después de llover es el aroma que más sensaciones me trae a mi memoria y a mi presente. Soy como los caracoles, en cuanto llueve no puedo resistirme a salir al encuentro de esa fragancia. ;-)
Gracias a ti por tu visita, Alma.
Un besito.
ÁNGEL IVÁN:
ResponderEliminarQué curioso sería verte cantar bajo la lluvia, Ángel...:-)...Observo que la lluvia se subleva a tu posesión... Quizás sea la lluvia la que cante alrededor de ti...
Me alegro que te haya en-cantado.
Besitos.
La lluvia, el mar, el agua toda, es vida, incluso nosotros somos parte de la lluvia y del mar. Un beso, Marisa.
ResponderEliminarLlover es el verbo del mar cuando besa el cielo. Tu lluvia es el un mar cuando cae y se desarrama, en verbos, en sensaciones cruzadas. ¿nunca te dije de tu inmensidad?
ResponderEliminarmi beso.
Mi querida Marisa:
ResponderEliminarEl agua es la fuente de la vida, y tanto mar como tierra la necesitan y desean. No creo que la tierra quiera ser mar, ni el mar tierra, simplemente se nutren con el agua que a todos no alimenta, por eso la venero. Buenísimo poema y bello.
Mil estrellas de alegría, cielo
Sherezade
Marisa: que bella poesía. Cuando leo un poema que me llega, que me emociona, no tengo palabras, te dejo un abrazo y un beso.
ResponderEliminarmariarosa
DESDELATERRAZA-VIAJARALAHISTORIA:
ResponderEliminarEn el mar se generó la vida, ese fue el verdadero Paraíso Marítimo, aunque otras historias nos quieran confundir. Es inevitable que todos seamos parte, como dices, de esa lluvia y de ese mar (y en este poema, mucho más).
Un beso, Dlt.
EL CALIGRAFISTA:
ResponderEliminar"Llover es el verbo del mar cuando besa el cielo".
Con esta asombrosa definición que me dejas, has superado con creces la lluvia de verbos de mi poema intentando alcanzar el mar.
Y yo ¿te he dicho ya que eres increíble?
Besos hacia tu mar.
SHEREZADE:
ResponderEliminarYo tampoco creo que ese mar quiera ser tierra, y esa tierra, mar. Es la lluvia la que a veces sí que elige metamorfosearse en tierra para llegar al mar que es su final y su principio. El círculo de la vida, del amor y de nuestro universo.
Es un placer que hayas disfrutado del poema, Sherezade.
Un besito.
MARIAROSA:
ResponderEliminarConseguir en alguien que me lee todo eso que has descrito, para mí es todo un halago.
Gracias y un beso.
Tal vez ,, no sera , que son por igual , lluvia y tierra , y mar, y la luna lo sabe .
ResponderEliminarPrecioso ,,es ms que eso .
Un abrazo Marisa
( por fin solucion de mi pc)
Le di una segunda lectura, y me gusta más y más. Al leerte siento al lluvia caer en mi, besos
ResponderEliminarBuena pregunta. A lo mejor quiso ser río, o rocío, dicen que nade se pierde, todo se transforma. Quién sabe.
ResponderEliminarGusto pasarme por aquí y recibir un poco de lluvia y frescura.
Un abrazo grande
Marisa,la lluvia que llora por que anhela ser mar...me ha parecido precioso que en un poema sin mar le contemple la lluvia sedienta de mar..."llueve en la noche del mar y no hay mar"...y llueve caminos de tierra...en cada estrofa la lluvia pasea por tu piel, Marisa; tan bello el poema y tanta profundidad en su fondo...como el mar...
ResponderEliminarBesos.
Alguna lluvia inclemente se habrá llevado mi comentario al fondo del océano. Era una oda a la belleza de un alma que es mar y a una piel que es tierra. Su oleaje es pasión. Su pleamar cubre las playas de lo sueños.
ResponderEliminarEspero que esta ola de admiración llegue a tu playa con suave brisa.
Besos pluviales.
Querida Marisa:
ResponderEliminarUn beso sin lluvia ni mar pero lleno de cariño y respeto
Veo en tu poema dos hallazgos bastante recomendables: la imagen de la lluvia desorientada o extraviada sin el mar. Tiene auténtica fuerza, casi telúrica, algo como cósmico y a la vez de pequeño desvalimiento por parte de esa pobre lluvia.
ResponderEliminarEl otro hallazgo de sobresaliente es esa lluvia dubitativa, que no sabe cuál es su destino, si ir al mar o ir a tierra.
Me gusta, sí señora.
AG
Bella atmófesra poética: lluvia y mar, que me hizo acordar de aquel poema:
ResponderEliminarLlueve en el mar
y en tus ojos,
ríos de agua dulce.
Muy bello, te has hecho lluvia, arcilla a modelar y en la nada de caer en los tejados, todo se ha hecho pregunta, duda de existencia postrer. Me ha gustado mucho. Un placer húmedo para un día a punto de estallar en tormenta, aquí en esta ciudad al margen de un mar de agua dulce. Besos.
ResponderEliminarLos marineros y su soledad de mares, escuchan hechizados los cantos de sirena que les recuerdan a sus seres queridos...Y esos mismos sones hacen estrellarse sus embarcaciones contra los arrecifes y zozobrar en las profundidades de las aguas… mueren en los brazos de ese ser mitológico... Necesitamos la lluvia y los días de nubes negras para sentirnos achispados de memorias...la Naturaleza nos llama y nos aclara que constituimos una ración de ella y debemos aprender a respetar y preservar su entorno para no terminar en una estación yerma...Abrazos cálidos y nativos bajo el agua redentora… confortable desde tierra.
ResponderEliminarLa tercera estrofa, sobre todo, me ha parecido extraordinariamente sugerente. Para empezar, la imagen de una lluvia disfrazándose con los lodos del mundo es magnífica, y los siguientes versos, un mundo arcilloso y moldeable en "tus manos", me han hecho pensar en las manos de la lluvia, y en aquellos versos de Cummings que citaban en "Hanna y sus hermanas", ¿te acuerdas?: "nadie, ni siquiera la lluvia, tiene unas manos tan pequeñas".
ResponderEliminarPara leer despacio, una, dos, tres veces, retroceder por los versos humedecidos, chapotear en las metáforas como un niño con botas amarillas... Un beso.
Mis felicitaciones Marisa, es un precioso poema.
ResponderEliminarun placer pasar por tu casa.
que tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.
LAUVIAH:
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te haya gustado el poema y también de tu visita, celebro que los problemas con el PC se hayan solucionado.
Un beso.
MHIXA ZIREK:
ResponderEliminarLos textos adquieren matices y tonalidades distintas tras varias lecturas y en función del estado anímico en que nos encontremos. Yo lo veo así.
Me alegro de que esa segunda lectura que has hecho te haya gustado más y hasta hayas sentido caer la lluvia sobre ti.
Un beso.
NOELIA:
ResponderEliminarEl gusto es mío si has disfrutado de esa lluvia y frescor.
Un fuerte abrazo, Noelia.
MARIÁN:
ResponderEliminarEl fin de la lluvia, es llegar al mar. El mar es lluvia. Sin embargo, cuando esa lluvia desconoce los caminos para llegar a ese mar, a ese fin, a esa meta, se desorienta y, darwiniana ella se mezcla por esos caminos y arroyos que acabarán inexorablemente, llegando a ese mar.
Escribiéndote esto, pienso ¿no es la misma vida eso, una trayecto de la lluvia en su búsqueda de mar?
Gracias por los mimos de tus palabras, Marián.
Un besito.
MIGUEL COBO:
ResponderEliminarSiento que alguna lluvia inclemente se haya llevado tu comentario y tu oda al fondo del océano; últimamente soplan vientos tormentosos por Blogger.
No obstante, este comentario que has dejado es una verdadera oda y ola que ha llegado a mi playa con suave brisa.
Qué bonitas palabras me dejas, Miguel...
Besos a mares.
RAFAEL MULERO VALENZUELA:
ResponderEliminarA este puerto llega el beso que me mandas, querido Rafael, y ya la brisa está en camino para llevarte el mío con todo mi cariño.
ALBERTO GRANADOS:
ResponderEliminarYo creo que esa lluvia tiene muy claro dónde quiere ir: al mar. Sin embargo, no lo halla. Es entonces cuando se desorienta y busca todas sus armas para llegar, por otros caminos, a él, aunque sea enlodándose en la tierra que acabará llegando a ríos que morirán en ese mar que anhela.
Querer es hacer posible lo imposible, querido Alberto, todo es proponérselo.
Muchas gracias por tu valoración y tus palabras.
Un abrazo.
CARLOS AUGUSTO PEREYRA MARTÍNEZ:
ResponderEliminarPreciosos los versos que me dejas, Carlos. Todos los ríos anhelan ese mar, deseo reflejado en esa mirada lírica de esos ojos del poema.
Un abrazo.
JAVIER F. NOYA:
ResponderEliminarCelebro que te haya gustado, Javier, y que esa tormenta te haya traído lluvia placentera, con mar o sin él.
Muchos besos.
KIMBERTRANCANUT:
ResponderEliminarHay que tener mucho cuidado con los embelesos de cantos de sirena que llevan, incluso a los lobos de mar, a las profundidades de los océanos. Pero este mar de mi poema no es "odiseico", al menos en apariencia.
Por eso, la lluvia le necesita, como nosotros necesitamos de ella y de nubes negras para ese achispamiento de la memoria del que hablas.
Abrazos de lluvia en alta mar.
"Ignoro tu destreza para cerrarte y abrirte
ResponderEliminarpero, cierto es que algo me dice
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas...
nadie, ni siquiera la lluvia tiene manos tan pequeñas".
Cummings.
Muy bien traído esa cita del poema de Cummings, preciosa y verdadera declaración de amor que Woody Allen eligió para "Hanna y sus hermanas".
Las manos de la lluvia son mágicas, pequeñas pero capaces de moldear el mundo.
Es un placer que te haya gustado la composición y gracias por tus generosas palabras.
Un beso, Juan.
RICARDO MIÑANA:
ResponderEliminarGracias, Ricardo, me alegra que te haya gustado el poema.
Un beso y buen fin de semana también para ti.
A pesar del poco tiempo que hace que descubri tu blog, es un lujo venir aqui y encontrarme con textos tan completos, pero sobretodo, ideas de lo mas interesante, como para dejar pensando.
ResponderEliminarPorque a tu escrito me brinca una idea... y que tal si la lluvia es la forma de recordarle a la tierra que alguna vez fue mar?
En fin, ves? dejas pensando, besote Marisa!
Mi cultura en versos es más bien rudimentaria pero al leerte me han recorrido reminiscencias de Gabriel Celaya, ese ingeniero del verso que acabó sus días arruinado y enfermo y que siempre recordaré por el arma cargada de futuro y ese poema cuyo estribillo decía "y me llamaba Rafael", evocando un sueño utópico.
ResponderEliminarDesde luego eres un manantial de literatura, encomiable y envidiable.
Un abrazo sincero y emocionado.
SYD:
ResponderEliminarGracias por todo lo que dices de mi blog, es un placer que te guste lo que va apareciendo por este rincón.
En cuanto a tu reflexión, me parece formidable. Es más que posible que la lluvia le recuerde a la tierra que alguna vez fue mar.
La lluvia posa sus pies en la tierra, quizás de donde nunca los debió levantar...
Un beso, Syd.
EL JARDINERO DE LAS NUBES:
ResponderEliminarNo acabo de creerme que tu cultura en versos sea rudimentaria, querido amigo, tu modestia es la que es enorme.
Gabriel Celaya y su "me llamaba Rafael". Creo que recuerdo el poema al que te refieres. En realidad, se llamaba Rafael Gabriel, pero "le cambiaron de arcángel"...
Gracias por tu visita, Jardinero, siempre me alegra el verte por aquí.
Otro sincero abrazo para ti.
Me has alegrado una mañana de emociones grises bajo un sol radiante. Eres tan precisa..."La lluvia desorientada que no encuentra la suavidad de los paseos en tu piel" Así me siento esta mañana.
ResponderEliminarYo también adoro el olor de la tierra mojada por la lluvia y el que trae el viento del mar.
Quizás es eso lo que me hace falta, en esta mañana de emociones grises y sol que ciega mi bienestar.
Besos
Lluvia, agua, mar. He estado ausente y al volver he visto tu entrada. El domingo paseando por Sanabria había agua, sin mar, recorriendo la tierra y tapando agujeros y poros, buscando siempre un camino y empapándolo todo.
ResponderEliminarMuy bueno tu poema, lleno de agua.
Un saludo.
En la insomne alba leo tus versos. Abro el balcón para despertar a los ruiseñores ¡Deseo que me escuchen recitarlos!
ResponderEliminarJO GRASS:
ResponderEliminarEspero que esas emociones grises ya se hayan volatizado,Jo, y me alegro de que mi poema haya ayudado a espantarlas. La lluvia siempre acaba encontrando al mar, y si no lo encuentra, al menos nos quedará ese aroma a tierra mojada...
Mil besos.
VALVERDE DE SANABRIA:
ResponderEliminarA Sanabria no le hace falta mar, tiene un precioso y mágico Lago cuyas aguas acabarán contándole sus secretos al mar.
Cómo envidio ese paseo que has dado entre esos mil aromas de lluvia y tierra por esa bella Sanabria...
Un abrazo.
MANUEL MARÍA TORRES ROJAS:
ResponderEliminarTu voz y mis versos rompiendo los sueños de los ruiseñores... ¡No dejes de contarme lo que soñaban!
Mis besos "ruisoñadores" , mon petit Guillaume!
Marisa muchas gracias por tu visita
ResponderEliminary desde luego es un marco único
para que nuestros hijos aprendan
un poco mas de nuestra historia
en el mismo punto donde se empezó
a construir.
De tu poema me ha gustado mucho
será porque me gusta pasear cuando
llueve el olor de la tierra mojada .
Un abrazo
Amiga Marisa, encantadora tu sensibilidad, tu forma de expresar lo marítimo, la lluvia, la arcilla que es moldeada, como nuestros sentimientos. Y nuestras preguntas en la soledad, de a donde se llega, a donde arriban esas manifestaciones de la naturaleza, que tanto nos influyen.
ResponderEliminarUn beso desde este otro mar, que el sol ya lleva unos días, ofreciéndole su calor.
Bellísimo. Con o sin mar, el repiqueteo de la lluvia siempre tiene algo que embelesa, es su forma de enamorarnos. Felicidades por el poema.
ResponderEliminarUn beso.
El mar, tremendo mar oceánico que nos separa, sin embargo, siento, llovemos juntas.Mi abrazo!
ResponderEliminarPRECIOSO, CREO QUE LA LLUVIA VOLVERÁ INEVITABLEMENTE AL MAR,DE LA MISMA MANERA EN QUE UNO NO SE ENCUENTRA Y SE DESENCUENTRA CON SU SER INTERNO! ME GUSTARÍA QUE NUESTRO CICLO FUERA TAN PROLONGADO COMO EL DE LA MISMA LLUVIA! ME ENCANTÓ,
ResponderEliminarLÍQUIDAS MUESTRAS DE AFECTO Y GRATITUD!
AVISO:
ResponderEliminarQueridos seguidores:
Ante los numerosos y variados problemas que en estas dos últimas semanas tiene la plataforma Blogger, algunos (bastantes) usuarios estamos padeciendo la imposibilidad de publicar nuestros comentarios en el propio blog con nuestra propia cuenta Google. Esto quiere decir que, hasta que Blogger no solucione estos problemas de mantenimiento, MIS COMENTARIOS, los que os hago como respuesta a vuestra amabilidad después de leerme, aparecerán bajo la denominación de ANÓNIMO o MARISA() (depende de lo que el "duende" de Blogger decida...).
Aclarado esto, no pienso renunciar al enorme placer de contestaros; pero ya sabéis bajo que denominación.
Un beso.
Para MARICRUZPE:
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Segóbriga es un marco único para que las nuevas generaciones aprendan de esa legado histórico y cultural.
Es un placer que hayas disfrutado del poema y de aroma a tierra mojada.
Un beso.
TONY:
ResponderEliminarTú sí que puedes disfrutar de esa lluvia y de ese mar,de esa naturaleza que nos habla de tantas cosas que a veces no queremos oír.
Tus palabras son muy amables. Es un placer que te haya gustado, querido Tony.
Un beso para ti y para tu mar.
KINEZOE:
ResponderEliminarMe gusta como lo has dicho, Kine: ese repiqueteo de la lluvia es su lenguaje para enamorarnos. Nadie sale ileso de su seducción.
Celebro que te haya gustado, amigo.
Besitos
EVA MAGALLANES:
ResponderEliminarUn tremendo océano separa nuestras letras pero sí, amiga Eva, llovemos juntas (preciosa frase la que me dejas).
Un fuerte abrazo.
EL SEÑOR DÁLTANOS:
ResponderEliminarCómo me ha gustado la similitud que has hecho, Señor Dáltanos. Sí, la lluvía encuentra el mar de la misma forma que nosotros nos encontramos y desencontramos con nuestro ser interno.
Es un ciclo, natural o vital, pero siempre búsqueda y encuentro.
Un fuerte abrazo.