La luz de enero apaga las velas de la noche con la lentitud del amante enredado en las sábanas del placer, enciende el día penetrando con las candelas en la cueva de la noche. Amaneció la claridad pisoteando la nicotina de las tinieblas.
Bárbara se despierta con dos piernas y un solo corazón, sabe que puede echarse a andar y mojar el tic-tac en el café de los sueños de la mañana. Mientras los primeros rayos de sol juguetean con su cuerpo desnudo, ese que siempre se entrega a la noche con el único abrigo de su piel, piensa que hoy prescindirá de la sacarina de sus amaneceres y de sus tardes. Dos terrones de azúcar serán suficientes para absorber las pesadillas de quien osa aventurarse en los dominios de la noche. Y mientras los diluye con movimientos circulares de su cucharilla, ve sus ojos reflejados en el café, amarrados al tiovivo del amanecer que gira frenéticamente para solo intentar llegar al punto de partida. Energía concéntrica del ser humano.
Rebelándose a la ley de la gravedad, se levanta de su sofá y sus pasos la llevan al alfeizar de la ventana. Sus pies se enredan con alguna serpentina de colores de la noche pasada que aún quiere anclarla en el tango añejo y sin acordes del año pretérito, pero improvisa un vals que se convierte en concierto de año nuevo. Y la melodía de un piano huérfano de manos comienza a sonar. Sube la persiana del salón entregándose como amante sumisa a esa luz de enero que comienza a rozar las extremidades inferiores de su cuerpo y sigue izando la persiana a su antojo, lentamente, notando como esa luz va subiendo por su cuerpo a medida que ella lo va decidiendo al tirar de la cinta elevadora de la persiana. Y cuando la luz llega a sus ojos, sabe que el sol de enero se ha enamorado de las esquinas del mar de su cintura. Los besos del alba nunca engañan.
Bárbara mira con su desnudez la maceta del alfeizar. Sus ojos rasgados esbozan una triunfante sonrisa: en la tierra de la noche han amanecido los labios blancos y rojos de esa flor, esa que se escondía tras la semilla que había depositado unos días antes entre el aroma de la lluvia y las huellas de la arcilla. En el cementerio de la tierra de los recuerdos habían brotado los pétalos aterciopelados de la ilusión. La vida es once campanadas antes de nacer una flor.
Once minutos de aplausos...
ResponderEliminarexcitantes y enardecidos ¡bravos¡...
Incommensurable, Marisa...
ni con campanadas ni con relojes se puede medir la belleza de tus letras...
un beso.
Gran manera de empezar el año.
ResponderEliminarAhora, a cuidarlo.
Abrazos, Marisa
Marisa: mi cuerpo se ha quedado suspendido en tu relato. Tu texto está magistralmente llevado, tan llevado que pude ver con nitidez la mujer leyendo la borra de su café en el remolino de su destino, su piel suave iluminada por el sol que acaricia poros y verdades, la vida creciendo en su ventana junto al horizonte de un año blanco que espera tus palabras....
ResponderEliminarmi beso
el magnetista.
Con tus bellas palabras , haces que Bárbara preñe la noche de misterio, y al llegar la alborada permanecen papeles , serpentinas y de una manera natural casi sin romper nada , la preñas de amor
ResponderEliminar¡Formidable!
Un beso
Bello y triste relato. Nunca he sabido qué diferencia hay entre el 31 de diciembre y el 1 de enero. Una página más en un diario a medio escribir.
ResponderEliminarBesos, linda.
Marisa...muy bonito el relato , cargado de poesía para los ojos que sepan verlos.....me refiero a los días que inexorablemente nos acarician cada día y nos regalan a cada segundo la posibilidad de ser felices con cosas....muy sencillas.
ResponderEliminarMinuto a minuto...no dejemos que se nos escape la posibilidad de extrujar todo aquello que nuestros más de 5 sentidos nos permitan.....
Feliz siglo...feliz día...noche....siempre feliz
Un beso y doce campanadas...cada día
La vida como los sueños , los creamos nosotros , como quien sube la persiana y a poco va dejando que entren los rayos de luz,,, como esa flor que nace de los lugares mas inhóspitos ,,, y se da a la vida.
ResponderEliminarEs un placer para mi saborear un exquisito cafe
Leyéndote es doble el placer.
Un abrazo
Despertar y encontrarse con un "brote de amor" es magnífico y si éste es bañado por la luz del alba, entondes es casi un ritual.
ResponderEliminarComo lo que transmitió tu relato, la protagonista como en un viaje iniciático, paso a paso llega al punto de partida.
Me ha encantado Marisa!
En tu alambique aparecen los más bellos elixires!
Abrazos!
Pues digo yo que si no regamos esa flor que precede a las campanadas, se nos marchitará a finales de enero y volveremos a pasarnos un año esperando a que brote un capullo nuevo.
ResponderEliminarBonita metáfora.
Besos
casi un monólogo interior, descripto con excelencia y alto vuelo lírico. Y el nacimiento es un gran recurso para concluir esta bella prosa.
ResponderEliminarBuen año y besos!
Cada año que empieza es un misterio, la ilusión de descubrir lo que nos espera, la ansiedad de hacerlo suceder.
ResponderEliminarTu última frase está perfecta: "La vida es once campanadas antes de nacer una flor"
Se puede intuir la aceptación de los cambios, la disposición de hacer del pasado una buena tierra de germinación. Me gustó el clima de fecundidad que sobrevuela el texto y la delicadeza con que se ha plasmado.
Un abrazo, Marisa, un placer tus letras.
Que historia maravillosa llena de detalles que envuelven al lector. Cuando nadanmos en el lago que aparece en la foto?
ResponderEliminarSaludos, El Blog Censurado
www.elblogcensurado.blogspot.com
Yo quisiera ser tu Barbara, Marisa, y que el sol de enero se enamorara de mi cintura... solo que tal vez un par de terrones de azucar no sean suficientes para absorber mis pesadillas. Pero no hay problema si tu me garantizas que once campanadas después nacera una nueva ilusión, y que los besos del alba nunca engañan. Escribes de una forma maravillosa Marisa, un placer leerte. Un saludo afectuoso
ResponderEliminarElegante, suave, de terciopelo.
ResponderEliminarUn placer para inagurar el año.
MARIÁN:
ResponderEliminarMuchas gracias, celebro que te haya gustado tanto aunque el mérito también es en parte tuyo por tu sensibilidad para captar lo que has captado.
Besos agradecidos, Marián.
XIBELIUSS:
ResponderEliminarA cuidarlo que promete, Xibeliuss.
Un abrazo.
EL MAGNETISTA:
ResponderEliminarComo siempre, sabes leer las luces y las sombras de mis relatos con exquisita precisión, y es que...es difícil esconder algo a la mente del Magnetista.
Me encanta leer tus lecturas.
Un beso para ese ser ( y estar) suspendido en esas letras.
ANDRÉ DE ÁRTABRO:
ResponderEliminarBárbara rebosa de amor, sí, pero de amor a la vida, a las cosas bellas, de amor al amor.
Celebro que te haya gustado.
Un beso también para ti, Andrés.
ANIKI:
ResponderEliminarCreo que la diferencia entre el 31 de diciembre y el 1 de enero radica en el pretexto o excusa que nos ponemos para intentar e inventar cambios mejores y positivos en nuestra vida; es el pequeño autoempujón que nos damos para quitar las malas hierbas y plantar una bella flor.
Qué le vamos a hacer...vicisitudes del ser humano...
Besos, Aniki.
JOSÉ FRANCISCO:
ResponderEliminarEstoy contigo, no hay que desaprovechar la posibilidad de exprimir todo aquello que nuestros más de cinco sentidos nos permitan.
Me alegro de que te haya gustado el relato.
Por cada campanada, un beso para ti.
LAUVIAH:
ResponderEliminarSomos errantes creadores de vidas y sueños, aunque... el hombre sueña y la vida enseña.
El placer ha sido mío al poder endulzar ese exquisito café.
Un abrazo.
ADRIANA ALBA:
ResponderEliminarEl baño de luz de Bárbara ha sido cuasipurificador. La firma de ello: la flor.
Me alegro de que te haya gustado, Adri, gracias por tus bellas palabras.
Un fuerte beso lleno de luz.
JOSEP CAPSIR:
ResponderEliminarLas flores, como dices, requieren mucha atención, mimos y cuidados, si no queremos despertarnos un día y encontrarlas marchitas. A más de uno/una no le vendría mal un curso de jardinería...;-)
Besos, querido Josep.
EFA:
ResponderEliminarTodos nacemos, o más exactamente, renacemos un poco cada 1 de enero. Todos somos un poco, parte de los pétalos de esa flor.
Celebro que te haya gustado. Un beso y feliz año, EFA.
NOELIA:
ResponderEliminarY a mí me gusta la habilidosa e inteligente interpretación que has hecho de la última frase del texto, que lo cierra casi tal cual como lo abre.
En realidad, la vida es siempre once campanadas porque la última nunca la oiremos, siempre nacerán flores hasta que la última sea reemplazada por esa última campanada.
También para mí siempre es un placer leerte, Noelia.
Un gran abrazo.
EDU:
ResponderEliminarEn realidad, el buen nadador se pasa el día (y a veces noches) sorteando corrientes de lagos y olas del mar ¡y sin flotador!
Me alegro de que te haya gustado el texto y la fotografía.
Gracias por la visita.
Saludos.
INOCENCIA MONTES;
ResponderEliminarPuedes ser como Bárbara si así lo decides y deseas; todos somos bárbaros/as cuando así lo elegimos porque en realidad, somos mucho más fuertes de lo que realmente creemos.
Asi que...creo que con un terrón de azúcar tendrás suficiente para ahuyentar esas pesadillas, y así te lo deseo.
Muchas gracias por tus afectuosas palabras.
Un beso, "Bárbara".
PILAR:
ResponderEliminarPues para mí es todo un orgullo que hayas disfrutado de esta inauguración.
Un abrazo.
"La vida es once campanadas antes de nacer una flor".Maravilloso. Qué comienzo más sublime. Te he leído varias veces y en todas las lecturas he visto una película de autor con sus luces y sus sombras. Un canto a la vida y al amor.
ResponderEliminarTe aplaudo.
Besos, Marisa
Once campanadas, once uvas u once gajos de mandarina, que más da.
ResponderEliminar¿Nicotina de las tinieblas, acaso vas a dejar de fumar?, jeje.
Formidable forma de empezar el año Marisa.
Un beso y feliz año.
Me ha ido agarrando tu relato a medida que avanzaba, esperando el final que ha sido sublime, así como el momento de subir la persiana, ha sido un instante de quietud y movimiento a la vez.
ResponderEliminarMaravilloso.
Buen comienzo del año, sobre todo con la flor de la ilusión.
Un abrazo.
González Tuñón hubiera echado al cesto sus setenta balcones si hubiera conocido esta flor nacida en la doceava campanada. Bellísimo texto, de metáfora viva y sabor dulce. Me parece un texto poético sublime, gracias por publicarlo. Besos.
ResponderEliminarMagnífico relato... Palabras entrelazadas que nos llevan a un año repleto de eternos escritos. Te descubro con la intención de quedarme
ResponderEliminarBellísimo empezar el año con tanto amor al amor y a los detalles que nos hacen vibrar.
ResponderEliminarUn relato plagado de imágenes, hermoso, y un final impecable.
Un abrazo y feliz 2011!
Un poema.
ResponderEliminarUna metáfora para comenzar el año, cada uno muere cada final de año y renace en nuevas esperanzas. Un beso querida amiga.
mariarosa
MILU:
ResponderEliminarGracias por tus cariñosas palabras, Milu.
Los comienzos siempre tienen algo de especiales y, sobre todo, difuminan el contorno de los finales.
Un montón de besos, y buen comienzo.
ÁNGEL IVÁN:
ResponderEliminar¿Que si voy a dejar de fumar?...Ya he empezado a hacerlo en bares y restaurantes,jeje, es un buen comienzo...
Me alegro de que te haya gustado esta forma de empezar el año. Gracias por tus cariñosas palabras.
Un beso y feliz año también para ti (sin humos).
VALVERDE DE LUCERNA:
ResponderEliminarMe ha gustado mucho como has interpretado el momento de izar la persiana, movimiento y quietud. Así es. Tranquilidad pero mucha energía para empezar a construir.
Es un halago que te haya gustado, Valverde.
Un fuerte abrazo.
JAVIER F. NOYA:
ResponderEliminarEsa flor que ha nacido tiene similitudes con "La rosa blindada" de González Tuñón, eso sí, cada una en su contexto...
Es un placer que te haya gustado y hayas disfrutado con el relato. Gracias por tus generosas palabras, Javier.
Muchos besos.
MS:
ResponderEliminarPues muchas gracias por tus palabras, y me alegro de que hayas disfrutado del relato.
Bienvenido/a al blog.
Un saludo.
SALTAR DEL TREN:
ResponderEliminarSiempre hay que empezar las cosas con amor e ilusión, ya se encargará la vida, posteriormente, de moldearlas a su antojo...
Me alegro de que te haya gustado.
Un beso y feliz año, MªEugenia.
MARIAROSA:
ResponderEliminarLos que me conocéis hace tiempo, ya sabéis que mi debilidad es la prosa poética, me encanta trazar una línea muy difusa entre ese límite de prosa y poesía; para mí es un juego maravilloso y, si encima os gusta, objetivo cumplido.
Un beso renovado lleno de nuevas esperanzas, amiga.
Es cierto, es un texto muy bello. También pensé que estaba repleto de metáforas, símbolos e imágenes que Bárbara descubre y siente durante la última noche del año que terminó y el día que acaba de comenzar del nuevo año. Como crece la esperanza y la ilusión al igual que en el gesto de levantar la persiana una vez que la mañana hizo acto de presencia. El mañana está ahí solo hay que creer en él.
ResponderEliminarEs un texto muy delicado. Me gustó mucho.
Un abrazo.
Querida Marisa: me da alegría volverte a encontrar con esta prosa poética que tantas cosas bellas nos trasmite. Te escibo como ves al filo de las dos de la madrugada, cuando los Reyes rondan por el tejado de mi casa pero esta amanecida que nos brindas me hace ir a la cama algo más despierto e ilusionado pensando que tal vez yo también tenga un despertar tan dulce como el de Bárbara.
ResponderEliminarMe encanta leerte.
Un beso encantado en esta noche mágica, que contra más mayor me hago más niño me vuelvo.
Precioso escrito. soledad, tristeza. bello , como el cristal del sentimiento que abarca nuestros corazones.
ResponderEliminarbesitos.
...(¯`v´¯) ♥ ♡♥
.... •.¸.•´
...¸.•´SilencioDeLaNoche
.. ( ♥
I♥
♥ ♥
Marisa: Y sin embargo me parece serenamente triste. La soledad tropezada entre mañanas y noches…de luz y oscuridades, cafés, ventanas y recuerdo del último festejo…la desnudez delata su ansia de florecer a la vida…pero amanece temprano…Abrazos sembrados de la semilla de la ilusión, desde mi ventana a tu alfeizar de luna
ResponderEliminarOh! Me he quedado atrapada en tus letras, cielo...
ResponderEliminarQue belleza!!
Quisiera ser Barbara por un día...
Mis mas sinceras felicitaciones, Marisa.
Besos desde Sevilla
~Charo Bustos~
Marisa, paso a saludarte amiga y decirte que espero que este 2011 sea lleno de cosas maravillosas para vos.... que la magia y la luz guíen tu camino...
ResponderEliminarEn once campanadas la luz se hace cielo y el cielo vida...
Un abrazo amiga mía, feliz fin de semana...
JALE
Lindo día..
ResponderEliminarHa sido un placer pasar a saludarte... Buen fin de semana..
Un abrazo
Siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarPasaba a saludarte y desearte
tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.
OLIVA:
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado y sí, tu interpretación es muy adecuada, el despertar del día después de la noche, de la oscuridad a la luz, de la tierra mojada a la flor, inicios metafóricos a doquier que abren avances a la ilusión, nuevos pasos en ese sendero que todos conocemos bien y que , de vez en cuando, nos cruzamos.
Un abrazo, Oliva.
RAFAEL MULERO VALENZUELA:
ResponderEliminarQuerido amigo, aunque llego tarde para tu contestación, espero que esa noche mágica de Reyes colmara de felicidad las cajas de tus regalos, una felicidad que bien sabes tú que te deseo de corazón.
A mí me ocurre lo mismo, Rafael, cuanto más crezco, más niña me siento y espero sentirme siempre. Jamás debemos perder de vista a ese niño que llevamos dentro... Ya sabes..."El alma se viste con su memoria"
Un fuerte abrazo.
LLUVIAENELSILENCIODELANOCHE:
ResponderEliminarMe gustan los sentimientos que has percibido en el relato... Nuestras lecturas son el reflejo de esa cristal del que hablas...
Besitos también para ti.
Poesía y prosa armonizan con precisión de cirujano pero sin esa tensión quirúrgica! Escritura que envuelve, que le hace a uno parte del relato, le hace a uno vivirlo oscilando entre lo abstracto y lo concreto! La luz juega un papel crucial en ello, no dejas de generar imágenes en mi mente! Cordiales felicitaciones y agradecimientos!
ResponderEliminarABRAZO!
KIMBERTRANCANUT:
ResponderEliminarTodo es del sentimiento con el cristal con que se mire...y has mirado bien... En realidad, tu mirada siempre tiene una profundidad que no deja de sorprenderme, por su inteligencia y su adecuación al texto (o contexto).
Observo tu ventana desde mi alféizar de luna.
Un abrazo, Kim.
CHARO BUSTOS CRUZ:
ResponderEliminarPodemos ser Bárbara todos los días que deseemos, Charo, solo es cuestión de querer serlo...
Es un placer que te haya gustado el relato.
Un beso, poetisa sevillana.
JAIRO ANDRÉS LOAIZA-ESPINOZA:
ResponderEliminarFeliz año también para ti, Jairo. Me ha encantado como en once campanadas la luz se hace cielo y el cielo vida...muy bello, amigo.
Un abrazo y buena semana.
BALOVEGA:
ResponderEliminarGracias por pasar a saludarme.
Linda semana también para ti.
Un besito.
RICARDO MIÑANA:
ResponderEliminarEl placer es mío.
Un abrazo y buena semana.
Olá queria parabenizar você pelo blog e pedir que visita se o meu simples blog: informativofolhetimcultural.blogspot.com será uma honra ter a visita tua lá. Espero que goste...
ResponderEliminarAss: Magno Oliveira
Folhetim Cultural
EL SEÑOR DÁLTANOS:
ResponderEliminarMe ha gustado tu metáfora sobre la cirugía literaria: es lo peor que le puede ocurrir a la prosa y poesía cuando se aúnan.
Es un placer que esa luz te cree esas imágenes.
Gracias a ti por tu visita y tus cariñosas palabras.
Abrazos y abrazos.
FOLHETIM CULTURAL:
ResponderEliminarBem-vindo ao blog. É um prazer que você gostou. Alegremente aceitar o convite, será um prazer conhecer o seu blog e faz parte da cultura brasileira.
Saudações
A ti, Marisa, te siguen naciendo flores con cada una de tus publicaciones. Bellísimo texto. Eso sí, me di cuenta de que me salió un rival: el sol de enero. Yo también me enamoré de las esquinas del mar de su cintura. ¿Y quién no? ...Con qué maestría ibas subiendo esa persiana...
ResponderEliminarBesos cargados de optimismo; el que tú nos regalas con esta entrada. Hasta pronto.
KINEZOE:
ResponderEliminarLas verdaderas flores sois vosotros, Kine. Me gusta que te hayan enamorado de esas esquinas del mar de su cintura. Yo también a veces me quedo cautivada por vuestras palabras.
Más besos optimistas también para ti. Muack
Sabes descubrí en algún blog por ahí, que hablaba sobre mí. No me preguntes por qué lo averigué, pero es cierto, después de escribir esas palabras lo pude confirmar. Y ahora la persona que realizó tal osadía, de alguna manera es una especie de atrevimiento, -bueno, esa persona tal vez no considerara tal acción ni hecho-, resulta que me llama cotilla, solo porque intuí y pude leer entre líneas. De algún modo me atraía pero también me da un poco de miedo, por eso no he respondido. Esta es la explicación a esas palabras...
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Es una buena interpretación, lo encubierto, velado y camuflado no es sincero.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Wow! Hermoso y complejo. Y como es costumbre con lo que escribes, excelente!
ResponderEliminarNunca antes la descripción de los primeros alientos del día habían sido tan interesantes.
Besos!
Precioso! me ha emocionado
ResponderEliminarOLIVA:
ResponderEliminarPerdona el retraso de la contestación. Sois tantos haciendo comentarios que a veces algunos se me escapan, y creo que lo mínimo que puedo hacer después de haber empleado vuestro valioso tiempo en leerme, es contestar a vuestras palabras.
Espero que el malentendido con la persona en cuestión se haya solucionado.
Siempre es un verdadero placer leerte, amiga.
Un beso.
WILLIAM:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, celebro que te haya gustado ese amanecer tan especial y lo hayas disfrutado.
Besitos, William.
VAN:
ResponderEliminarMe alegra de que te haya gustado.
Bienvenida al blog.
Saludos y hasta cuando quieras.