“Peregrino, siembra tu sueño
a mis pies, en mi orilla
allí donde el mar se hace dueño
aquí donde mi luna brilla…”
(Fuente: Internet . Autor desconocido)
No existe nada más misterioso ni tan desconocido como el país de los sueños. Adentrarse cada noche en la aventura de sus regiones inhóspitas es como leer un libro con los ojos cerrados y la oscuridad abierta.
Lo habitual es que, primero, el subconsciente guarde en su cajón secreto aquellas imágenes o situaciones reales que nosotros vemos pero que él mira para, posteriormente, amasar en la noche su propia literatura onírica aprovechando nuestro inevitable descanso de hombres mortales. Lo que no es frecuente es que los sueños se adelanten a la realidad, le tomen ventaja mostrándonos capítulos de nuestra vida que acabaremos leyendo y viendo justo en el preciso instante en que hemos olvidado el sueño. La prolepsis de lo inexplicable.
Solo fue un único sueño pero reiteradas veces soñado, nada placentero y con el constante rumor del mar en mis oídos, pues los sueños también se escuchan, son la música del alma:
Fotografía: www.imagenesfotos.com
Mi cuerpo y mi mente pasean tibias por la arena de una playa, la más blanca y cegadora que mis ojos hayan podido ver y mirar. Es temprano, el sol está muy alto e invita a sumergirse en un largo deambular por esa costa aparentemente benévola. Mis pies y mis huellas en la arena se detienen: delante de mí un tranquilo mar azul cubierto por la soledad sin olas, dormido en un velo de raso añil, terso de arrugas, cegador como un espejo celeste. La claridad es tan deslumbrante que me giro y observo como detrás de mí toda la playa es un extenso y alto acantilado de escarpadas y macizas paredes de rocas amarillentas. Mi ser se haya entre la suavidad del mar y la rigidez de las rocas. No recuerdo el camino de entrada a la playa acantilada como tampoco conozco su salida, pero la sensación tan placentera de las caricias del sol en mi piel hace que me tumbe en la arena, cierre los ojos y considere que más tarde encontraré el camino de regreso hacia ese olvidado lugar desde el que debo haber venido. El silencio embalsama mis ojos cerrados, engañándolos para que no vean pasar al tiempo que, calladamente, va arriando las velas del sol. Y es que la luz es un momento fugaz de la oscuridad.
Mis ojos son despertados por el estruendo de unas olas que con furia descargan en la playa. Al abrirlos observo que la cegadora luz se ha convertido en una luminiscencia grisácea. No sé el tiempo que ha transcurrido pero el cielo se ha transformado en un crespón negro de amenazantes nubes sombrías. El raso añil del mar ha dado lugar a un bravío terciopelo negro. Me incorporo con nerviosismo cuando noto que la lengua de una ola ha lamido mis pies, escupiéndome la rabia de su espuma blanca. Compruebo que la marea ha subido y lo sigue haciendo a una velocidad desconocida por el reloj del tiempo. Miro a mi derecha y a mi izquierda con el propósito de escapar del paradisíaco lugar ahora convertido en la antesala del averno, pero a ambos lados no hay salida posible ya que el semicírculo que hace la playa ha hecho que la marea ya haya llegado a riscos bajos que se asentaban a uno y otro lado, y que ahora están siendo azotados con violencia por las gigantescas olas. Una de ellas me hace retroceder varios pasos, y otra, varios más, hasta que mi espalda choca con la pared del acantilado. El ruido encrespado del mar es una titánica carcajada que atormenta mis oídos mientras las olas gigantescas amenazan con caerme encima en cualquier momento. Mis pupilas se convierten en el espejo del miedo.
Trato de subirme desesperadamente a la pared rocosa intentando evitar las negras garras de las olas pero solo consigo izarme unos centímetros. Alzo la vista y compruebo que en la parte más alta del acantilado hay una abadía que no consigo ver con claridad, pero la aguja de su torre es nítida, es como un dedo apuntando al mismo cielo. La abadía está rodeada por una ciudadela de piedras medievales que llevan talladas el rumor del mar, los siglos del tiempo, el canto de druidas celtas, el silencio de los condenados a prisión. Intento trepar desesperada por las rocas escarpadas sin mejorar mi éxito en el intento. Es cuando giro la cabeza y observo que tengo a escasos centímetros una gigantesca ola de varios metros que va a caer sobre mí y a engullirme con sus fauces. De mi alma sale un agudo grito que apaga la voz del mar, de la noche y del sueño, mientras el sonido de las campanas de la abadía me devuelven a la otra playa inexplorada de la vida.
En agosto de 2006 hice un viaje a Francia en el que decidí incluir la visita a Bretaña y Normandía, y conocer el Monte Saint-Michel. Prácticamente desconocía su historia, su leyenda e incluso su imagen, salvo las escasas veces que lo había visto en fotografías que, por otro lado, tampoco me llamaron excesivamente la atención. Cuando sentí su proximidad, cuando mis ojos lo tuvieron delante, cuando mis pasos se adentraron por sus sinuosas calles, todo cambió y nada pudo ser igual. Reconocí inequívocamente, el escenario de mi sueño reiterativo; más que similitud de imágenes, que las había, era una similitud de sensaciones difícilmente traducibles por las palabras y por la razón. Sin pretender pensar en ello, por enésima y última vez, mi sueño regresó con la celeridad del recuerdo, entre las sombras grises de las piedras y la trampa mortal de las mareas. Allí quedó enterrado, entre los lodos del río Couesnon y el Océano Atlántico.
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(Para los que quieran saber más…):
EL CONSCIENTE DEL MONT SAINT-MICHEL:
En tiempo de los galos, el monte Saint-Michel se elevaba en medio del enorme bosque de Scissy, que fue situado como límite entre Normandía y Bretaña. En su centro, había un monte rocoso, similar a un monte de tierra para un entierro por eso lo llamaron el "Monte Tombe", el Monte Tumba. Hacia el siglo IV, la región fue cristianizada y desde entonces, el bosque de Scissy y sus montes atraía a los hombres que buscaban la purificación espiritual. Muy pronto se convirtió en un lugar de ermitaños. Seres que convivían exclusivamente con su soledad y su espíritu.
Algunas tribus célticas ocuparon el bosque de Scissy en los alrededores del monte Saint-Michel y se acercaban a él para entregarse a sus cultos druídicos. En los subterráneos de la abadía se han encontrado restos megalíticos de los celtas.
Los romanos lo denominaron Puerto Hércules.
Los orígenes de la abadía actual deben situarse en torno a los siglos VIII o IX. Según la leyenda, en 708, un obispo de Avranches llamado Aubert habría construido un oratorio dedicado al arcángel San Miguel, tras habérselo pedido personalmente el arcángel en tres apariciones sucesivas. La leyenda cuenta que el Demonio, que había adquirido cuerpo de dragón marino, aterrorizaba a las pobres gentes del lugar allá por el siglo VIII. Los trabajadores de la tierra, afirmaban ver ciertas criaturas que los atemorizaban. El Arcángel guerrero, San Miguel, fue llamado para luchar contra ese demonio. La batalla empezó en el monte Dol Bretón, la montaña vecina del Mont-Saint-Michel, que entonces era conocido como monte Tombe. Las hordas maléficas combatían fieramente y San Miguel levantó la espada y cortó la cabeza del animal. El obispo de Arranches, Auberto, fue testigo de ese combate y por tres veces recibió en sueños la orden de San Miguel de construirle un lugar de devoción allí donde había vencido al Maligno. A partir de aquí el Monte Saint Michel comenzó a convertirse en un importante lugar de peregrinación, lo que llevó a que en la abadía se instalasen monjes benedictinos.
"Hubo un combate en el cielo", dice el Apocalipsis. "El arcángel Miguel y sus ángeles lucharon contra el Monstruo y lo expulsaron del cielo..."
Sin embargo, apenas un año después, en el 709, un gran cataclismo hizo que el mar se adentrara en tierra e inundara toda la zona, dejando aislado el Mont Saint Michel. Desde entonces, el monte se ha convertido en una auténtica fortaleza, pues ese fenómeno de las mareas se repite dos veces diariamente, dejando a la ciudadela y su Abadía unida a tierra solamente por su carretera. Dicen que es tal la velocidad a la que suben las mareas, que el agua atraparía con facilidad a un caballo al galope… por eso, con cada subida del mar, las campanas del Monte, avisan con suficiente antelación, pues se ha convertido en casi una tradición o una curiosidad turística, el observar esa subida del mar a ras de orilla. Los peregrinos que durante siglos visitaron la majestuosa abadía gótica edificada en la cima del peñasco también tuvieron que lidiar con la repentina subida de las aguas. Hoy, unos carteles colocados en los arcos de la muralla medieval que dan acceso a la bahía arenosa advierten de los horarios de peligro. Pero la advertencia no infunde el respeto que solía. Cabe decir que, son las mareas más fuertes de Europa, capaces de dejar al descubierto distancias de hasta 15 kilómetros y de poner en peligro a los infelices que no tengan muy presente la rapidez de sus crecidas. Registros del año 1318 revelan que una docena de peregrinos murió en las arenas movedizas de la bahía, otros 18 se ahogaron con la marea creciente y trece más, una vez que llegaron al santuario, murieron sofocados por las multitudes.
Con el paso de los años, el monte Saint Michel se convirtió en un importante punto estratégico militar, cobrando especial importancia durante la guerra de los 100 años, y jamás fue tomado por las tropas inglesas pese a sus incesantes esfuerzos por conseguirlo, lo cual convertía al Monte Saint Michel en un símbolo de esperanza y fe para los franceses en esos años de continua guerra. En el siglo XVII los miembros de grupos esotéricos dedicados a la alquimia y a los avances científicos se reúnen aquí. La casa real francesa vuelve a abandonar el lugar a causa de la recomendación de los más conservadores de la Iglesia. Desde la Revolución francesa hasta 1874 el Monte San Michel se convirtió en prisión, por lo que se le llamó también como la pequeña Bastilla, donde fueron encarcelados, desde 1793, más de 300 sacerdotes que negaban la nueva constitución civil del clero. Por fin, la prisión fue cerrada en 1863 en respuesta a un decreto imperial de Napoleón III. En 1979 el Mont Saint Michel fue incluido en la lista de Patrimonio Mundial por la Unesco.
“Castillo de hadas erigido en el mar, sombra gris que se alza sobre el cielo brumoso” El ocaso teñía de rojo la inmensidad de los arenales, teñía de rojo la desmesurada bahía; tan solo la abadía escarpada que surgía al fondo, alejada de la tierra como un caserón fantástico, sorprendente como un palacio de ensueño, increíblemente extraña y hermosa, permanecía casi negra a la luz del sol poniente.
Guy de Maupassant (1850-1893)
Un sueño totalmente simbólico Marisa, el Arcángel Miguel es el que comanda las huestes angélicas que nos defienden del " mal", varias religiones lo aceptan.
ResponderEliminarPersonalmente le tengo especial cariño, no es casualidad que Hércules se conjugue en este entramado, pues también tiene que ver con la proteccion y la fuerza.
me has deleitado con esta entrada tan bella y singular.
gracias y abrazos.
Precioso lugar e impactante tu vivencia, el sueño demasiadas veces parece traernos memorias de un futuro que no conseguimos alcanzar mientras otras se empeña en mostrarnos un pasado del que no sacamos verdad alguna.
ResponderEliminarUn saludo
Claro.. la prolepsis es una herramienta eficaz que tiene el inconciente para desplazarse por el tiempo y el espacio, a su antojo. El monte Saint Michel es magico por donde lo mires. No me extraña que soñaras allí. Soñar con su mar y su fortaleza es señal que un Druida te está soñando. Eres el sueño de alguien....
ResponderEliminarmi beso, siempre
Marisa: Labor afinadamente elaborada…No se si los sueños son sueños o realidades, o solo recuerdos dormidos, tal vez despertares en otros sueños, o zozobras en MONT SAINT-MICHEL pero… “Si destapáramos nuestro subconsciente, nos asombraríamos de descubrir todos los recuerdos atesorados allí y que ni siquiera conocíamos...”
ResponderEliminarHe ahogado mi imaginación en tu retrato gráfico y cabalgado en tus olas de gamas marinas…Es interesante viajar y aprender contigo, amiga de las letras y de las fortalezas.
Me gusta mucho, aparte de la precisión "escultórica" de tu lenguaje, el ambiente que logras, bordeando el gótico clásico de Bierce, Poe... Con una mirada cargada de poesía sobre ambientes comunes que se tornan amenazadores de un momento para otro.
ResponderEliminarUn abrazo, Marisa
ADRIANA ALBA:
ResponderEliminarEl simbolismo de los sueños siempre me ha apasionado. Los más escépticos consideran que su interpretación real es algo lúdico pero la fuerza de nuestro subconsciente es tan fuerte y desconocida que no debiéramos osar subestimarla.
Es un placer que te haya gustado la entrada, Adriana.
Un beso.
PILAR:
ResponderEliminarLos sueños tienen demasiadas voces en su silencio. Solo hay que querer y saber escucharlos.
El Mont Saint-Michel es precioso, cierto, no te deja indiferente cuando lo pisas.
Un abrazo y buen domingo.
EL MAGNETISTA:
ResponderEliminarLa prolepsis es un instrumento eficaz del subconsciente...totalmente de acuerdo. Es como las mareas, no solo se nutre del pasado del retroceso (bajamar)sino que "construye" el futuro con los elementos que acopia (pleamar). Nuestra razón es un medio muy prehistórico para explicar todo esto.
El Mont Saint-Michel, es mágico, sin duda, no solo por su pasado relacionado con los celtas, los cultos druídicos y el esoterismo, amén de sus reminiscencias religiosas, sino que quien ha estado allí experimenta unas sensaciones difícilmente traducibles a palabras.
No sé si seré el sueño de alguien, pero en cuestión de sueños de druidas no voy a discutir el tema con un experto en el asunto ;-)
Gracias por tu tiempo.
Besos druídicos.
KIMBERTRANCANUT:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu valoración, Kim. Es un placer que hayas disfrutado del texto e imágenes: ese es el premio a los valientes que se atreven a leer esta entrada no precisamente breve :-)
Soy anticalderoniana total. No creo que los sueños sean solo eso, sueños, sino algo más, mucho más.
Besos oníricos, amigo.
XIBELIUSS:
ResponderEliminarReconozco que la influencia de Poe se me filtra en cuanto me descuido, Xibeliuss,jeje. Lo que escribimos no es más que la suma de nuestro bagaje de lecturas, aderezado con un toque personal que hace que el "plato" a degustar tenga esa personalidad propia.
Me gusta que te haya gustado. Muy amables tus palabras.
Un abrazo y buen domingo, Xibeliuss.
Madre mía, qué belleza, Marisa. Me fascina tu capacidad de evocación, en este caso, haciendo que vea, sienta y escuche ese sueño que más tarde apareció en tu vida. No conocía la historia del Mont Saint Michel!
ResponderEliminarQuedan , como siempre, tus palabras bailando en mi mente, capturando la instantánea( la lengua de una ola que lame los pies escupiendo su rabia de espuma blanca...) la descripción de la vista de la abadía inmejorable! Bravo y bravo y bravo!!!!!!
Tu post es un compendio de magia y belleza. Hace unos tres años viajé por la Bretaña y visitamos este lugar mítico, disfrutando también de su entorno onírico. Leo a Maupassant desde mi juventud y el tema de Mike Olfield, inspiradísimo. En cuanto a la descripción de tu sueño, plena de lirismo e intensidad. Tú no necesitarías Sigmund Freud a tu lado.
ResponderEliminarBesos desde Oniria
Tus pinceles dibujan con colores para mirar desde lejos. Que privilegio me das, para pasear en tus canvas.
ResponderEliminarBesos desde la proa de mi velero,
Marisa,
ResponderEliminarNarrado con muy buen gusto. Un placer leerte, amiga.
Imágenes preciosas.
besos
¡Vaya entrada, Marisa! Me ha subyugado la fuerza del sueño y sobre todo ese momento en que parece que no hay salida, despertamos, pero durante un tiempo queda el recuerdo del sueño. Interesante la premonición y no menos apasionante la historia de Saint Michel mientras escucho la música de Mike Oldfield.
ResponderEliminarUn abrazo.
JO GRASS:
ResponderEliminarEs una satisfacción que hayas disfrutado tanto con esta entrada, Jo. Muchas gracias por tan generosas palabras (me sonrojan...)
Besos.
MIGUEL COBO:
ResponderEliminarNo, no necesito a Freud a mi lado, quizás me necesite él a mí,jejje.
Es un placer que te haya gustado el texto, fotografías, música, citas y...la magia. Si has estado Allí, sabrás perfectamente de lo que hablo.
Gracias por tus cariñosas palabras, Miguel, y por tu paciencia de atento lector.
Besos freudianos.
SHIRAZ:
ResponderEliminarTu mirada lejana desde ese velero también es la que embellece esos colores.
El placer es mío por anclar el velero en mi espacio.
Besos y buena travesía...
AIRAMA:
ResponderEliminarGracias, compi. Me alegro de que hayas disfrutado con texto e imágenes, sobre todo, con estas últimas, son realmente relajantes, en efecto.
Muchos besos.
VALVERDE DE LUCERNA:
ResponderEliminarEl poder de los sueños es titánico. A veces soñar es hacer realidad el sueño; el problema es que no nos lo queremos creer y desaprovechamos su fuerza...
Gracias por tu paciencia de atento lector.
Un abrazo entre mareas, Valverde.
La primera vez que ví el Monte Saint Michel fue en una película llamada "La Calle del Delfín Verde"(1947) con uno de mis actores favoritos (Van Heflin). Recuerdo las escenas en las que se veía la subida de la marea y siempre pensé que cuando estuviera allí sería igual de fascinante, pero no tuvo el mismo impacto. Eso sí,¡recuerdo que tuvimos que salir a toda prisa!, el agua se acercaba peligrosamente al coche...la marea siempre acaba atrapando lo que persigue, hay que saber nadar en aguas tranquilas.
ResponderEliminarMarisa:Potente! ya sea fantasía o realidad me has deslumbrado con un texto mágico por donde lo mires! como una regresión a una vida pasada este sueño recurrente parece advertirte de la peligrosidad de adentrarte en este terreno en donde la alquimia en maridaje con lo onírico juegan sucio a los laberintos de la mente, d'javu o sueño premonitorio...sea como fuere una entrada que maravilla! aplausos!
ResponderEliminarmis respetos
Eres como el cómplice perfecto entre la realidad y el sueño, fuerza y magia. Maravillosa entrada donde el propio sueño te sueña. Traduces y sabes escucharlos
ResponderEliminarQué entrada más increíble. Las imágenes,impactan.
La información que das, soberbia.
Esta claro que los druidas y su magia han inspirado tus sueños. "...en el tiempo vendrán los elegidos...", tú debes de ser una de ellos.
Gracias por una entrada tan fascinante.
Mi aplauso y mi cariño
Has conseguido agobiarme con la pesadilla.... tan llena de símbolos, con tantos matices y conexiones. Narras muy bien.
ResponderEliminarAbrazo sureño.
Alberto GRanados
Hermosas fotografias y la historia del mont Saint Michel...
ResponderEliminarLa historia que nos cuentas no se si cuento o suenyo esta hermosamente relatada! un viaje mental inimaginable!
saludos,
MARISA!
ResponderEliminarSí, Saint Michel, la "montaña mágica", la "montaña del alma". Hice el recorrido de ensueño que propones. Pasillos y senderos, galerías y puertas giratorias como de niebla dulce. El resultado está a la vista: tu alma.
Querida Marisa, impresionate post, como todo lo que tu publicas lleno de magia y belleza.
ResponderEliminarFue un placer inmenso leerte.
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. . . . ¶¶¶¶¶¶¶. . . . .¶¶. . . ¶¶ Especial
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. . . . ¶¶¶¶¶¶¶¶¶ . . ¶¶. . ¶¶ Con todo
. . . . . ¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶ ¶.¶¶ mi cariño
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Que Dios te bendiga
Marisa, qué interesante y singular esta entrada, con maravillosa prosa de gran lirismo como siempre lo haces con tu incomparable estilo. Hablas de los sueños recurrentes, también de la prolepsis. Además de todo eso que nos ilustras con esas leyendas del Mont Saint-Michel. Sinceramente, me ha encantado.
ResponderEliminarY me dejas pensando, Marisa, porque en mi reflexión muy personal creo que todo aquello que nos impacta se graba en el corazón y no en la mente, son cosas inexplicables, llámese del subconsciente, inconsciente o lo que se diga.
Cuando yo era pequeña, nos fuimos a vivir a un edificio alto, catorce plantas,(séptima planta, para mi era alta) y veníamos de una casita con un huerto o jardín, según se mire. Bien, desde entonces empecé a soñar que bajaba por la fachada como si bajase de un árbol; descendiendo por los salientes y balcones, y nunca me da miedo (y lo digo en tiempo presente porque aún lo sueño) , voy descendiendo y llego al jardín, porque en ese jardín tenía yo tesoros enterrados que nadie sabía...Ese es mi sueño recurrente. Y ahora, además, lo he incrementado, y cuando llego al jardín veo una escalera como la de Jacob, que llega hasta el cielo, y subo y subo hasta que empiezo a volar...¡es una sensación placentera e inexplicable¡...Y fíjate, Marisa, que hasta te podría decir que mis sueños los elaboro yo dentro del sueño. Increíble pero es verdad.
Marisa, perdóname por haberme extendido tanto, pero quería contártelo.
Besos de ensueños.
P.D.Creo que hay una escalera de Jacob en la fachada oeste de la Abadía de Bath. Quizás por eso, inconscientemente, se ha metido en mi sueño.
Me encanta Marisa, es un tema apasionante y al que nuestra mente todavía no es capaz de darle respuestas.
ResponderEliminarYo creo que somos energía y como energía jamas nos destruimos, pasamos de una forma a otra y de un ser a otro durante el transcurso de los siglos, no somos consiente de ello pero esos pasos dejan pequeñas huellas en nosotros grabadas en nuestro subconsciente y que muchas veces se manifiestan por el ´incoo canal posible, los sueños.
Otra teoría podría apuntar a los viajes astrales inconscientes, un tema muy largo.
Un beso y feliz semana
Hermosa entrada, Marisa.
ResponderEliminarSi es que nos repetimos constantemente unos a otros, cambian los escenarios ,pero no las batallas ni las contiendas. Un siglo antes o un siglo despues seguimos combatiendo por lo mismo. Un solo hombre o un pueblo, reflejan los mismos conflictos en casi cualquier epoca del tiempo.
Siempre los mismos... y siempre distintos.
Besitos. Se buena... y escribe mucho!
Hará un año leí la novela La Promesa del Angel de Frederic Lenoir ambientado en El Mont Saint Michel. Druidas, inquisición, magia, muerte y algo de su historia... bueno, un libro entretenido. Ahora que leo tu publicación me vuelve a entrar el gusanillo de ir a visitar esa maravilla. Hace muchos años que tengo ganas y más desde que una vez fuí invitado por una pareja amiga que vivía en Normandía, y que nunca llegué a realizar. Ahora con tu experiencia y el relato de su historia me has vuelto a recordar mis ganas, pero bueno, me quedo con ellas, y experimento tu experiencia que siempre se agradece, soñar también es bonito.
ResponderEliminarGracias Marisa, un abrazo.
Este es un sitio donde todavía no he ido pero me gustaría hacerlo. Con tus letras acompañando me surge un dilema, cual será mas interesante, ¿tu sueño o Saint Michel?. Hermoso duo, yo solo un beso
ResponderEliminarUna de las mejores entradas que he leído últimamente. Por la narración del sueño, por la información sobre el Mont Saint-Michel y por la música. Has recreado un ambiente onírico magistral con el conjunto. No conocía casi nada acerca de esta abadía, de su leyenda, de esas mareas tan traicioneras... y me ha encantado descubrirlo todo aquí. Probablemente, le has dado material a mi subconsciente para algún que otro sueño futuro, jeje... Ya te contaré ;-)
ResponderEliminarEnhorabuena por el texto, Marisa. Espléndido. Un placer leerte.
Besos.
Mont Saint michel es un lugar magico. Magico a de ser todo lo que "salga" de él...
ResponderEliminarMAVERICK:
ResponderEliminarA veces cuando nuestras espectativas las hacemos enormes, resulta que cuando visitamos el sitio no se corresponde con lo que esperábamos. Por eso soy partidaria de esperasr poco para encontrar mucho.
A mí me fascinó el sitio...y lo escapar con el coche por el peligro de la marea....lo recuerdo...y más cuando es una la que conduce...jjajaja.
Me encanta la frase que me has dejado:
"la marea siempre acaba atrapando lo que persigue, hay que saber nadar en aguas tranquilas. "
Un abrazo.
HORACIO FIORIELLO:
ResponderEliminarMuchas gracias, Horacio.
¿Realidad o fantasía? Es tan difusa la fina línea que las separa... Pero contestando a tu pregunta, te diré que es realidad, tanto el sueño como el viaje. Me gusta recordar mis sueños, siempre y cuando se sueñen en esa fase del sueño que se pueden recordar. Luego los analizo y los contrasto con la realidad. El simbolismo es impresionante, y siempre tienen un significado muy cercano a la realidad. El poder inexplorado del subconsciente...
Eres muy amable con tus palabras. Me alegro mucho que te haya gustado tanto la entrada.
Un beso, Horacio.
MILU:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que soñé un sueño. Y añadiría que, se hizo realidad. Me gusta ser ese "cómplice" que dices entre la realidad y lo que se sueña.
Hay lugares mágicos, sin duda, que han albergado y atesorado a lo largo de los siglos una fuerza incomprensible, una magia rayana con lo inexplicable, y el Mont Saint-Michel es uno de ellos. Su aura misteriosa te contagia en cuanto estás en él. Es impresionante, sin duda.
Es un placer que te haya gustado, Milu. Muchas gracias por tu cariñosa valoración.
Besos de mareas.
ALBERTO GRANADOS:
ResponderEliminarPues llevas razón, Alberto, más que un sueño, fue una constante pesadilla, pero llena de símbolod, como dices. Los sueños no dejan de ser imágenes reflejadas en el espejo de la realidad.
Es un placer que tre haya gustado.
Abrazos hacia esa Granada con no menos aura mágica...
PATRICIA:
ResponderEliminarBienvenida al blog.
Me alegro de que hayas disfrutado con la entrada. El sueño que relato es real, al igual que las vivencias, pero, para el caso sería igual, los sueños se nutren tanto de fantasía como de realidad.
Saludos.
JUANJES:
ResponderEliminarEspero que hayas disfrutado con ese recorrido por "la montaña del alma". Mi objetivo estaría cumplido.
Un abrazo.
DÉJAME UN POEMA:
ResponderEliminarEl placer es mío si has disfrutado con ello, Noemí.
Gracias por la visita, un fuerte abrazo y muy feliz semana.
MARIÁN:
ResponderEliminarQuerida amiga, es un placer que hayas disfrutado del relato, y también porque veo y compruebo que crees en los sueños. Otra soñadora como yo... La interpretación de ellos, si la supiéramos hacer correctamente nos daría mucha pistas y soluciones sobre nuestro deambular vital. Así lo creo y así lo mantengo.
Me ha encantado que hayas dejado tu sueño recurrente. Si yo lo hubiera soñado lo interpretaría así: el cambio de casa en tu edad temprana quizás supuso una ruptura con tu infancia y con todo lo que te rodeaba: amigas, ambiente,tu círculo, recuerdos...de hecho, cuando te trasladaste a ese piso tan alto, soñabas con "bajar" a ese jardín y "desenterrar" tus tesoros ocultos que siendo niña fueron tan importantes para ti, y que son claramente un símbolo de ese cordón umbilical con la infancia. Con el tiempo, ya fuiste capaz de aceptar el cambio. De ahí que reinventaras el sueño y apareciera una escalera que te permitía subir desde ese jardín (tu infancia) hasta ese piso tan alto en que vivías (tu adolescencia o juventud), y además, eras capaz de volar, es decir, de superar ese cambio en las etapas que todos tenemos en la vida, ya eras capaz de asumir esa ruptura con la infancia y desenvolverte (volar) por ti misma, aceptando los cambios como algo consustancial a la vida.
No me creo lo que acabo de hacer: me he permitido el "interpretar" tu sueño recurrente,jajjaja (dentro de nada me veo echando el tarot en alguna cadena de TV de madrugada,jajjja). Perdona mi atrevimiento, pero me encanta hacerlo, con los propios y con los que me cuentan. Además tu sueño está plagado de una simbología muy clara.
Ahora soy yo la que te pide disculpas por mi extensión, larga y atrevida,jajajaja.
Muchas gracias por tus palabras, Marián, y por tu confianza para dejarlas.
Besos oníricos.
40 AÑERA:
ResponderEliminarSin duda, un tema apasionante el de los sueños. Es ley universal que la energía nunca desaparece, se transforma; pero en algunos casos ¿en qué? Supongo que algún día lo sabremos, mientras tanto solo podemos soñar y disfrutar con esa magia y energía, tan sorprendente como desconocida.
Muchos besos y feliz semana, amiga.
PRUNUS AVIUM:
ResponderEliminarComo decía en el comentario anterior, la energía nunca desaparece, se transforma. Esas energías de druidas, celtas, cultos esotéricos y religiosos del pasado, perviven. Están ahí ¿bajo que forma? yo no lo sé, pero quiero pensar que el sueño y el subconsciente es un camino clave para esos "encuentros" que , como dices, se repiten a lo largo de los siglos.
Te haré caso, escribiré mucho, aunque en lo de ser buena...uhmmm, no sé, no sé...jeje.
Un besote y buena semana, Prunus.
TONY:
ResponderEliminarDesconocía esa novela, " La Promesa del Angel" de Frederic Lenoir, pero si está ambientada en el Mont Saint Michel, otro librito que pasa a mi paciente lista de lectura.
Gracias por la recomendación, Tony, y me alegro de que hayas disfrutado de este viaje literario, fantástico y real.
Un fuerte abrazo hacia tu playa.
JUNO:
ResponderEliminarMuchas gracias por tan generosas palabras.
Sin lugar a dudas, és mucho más interesante el Mont Saint-Michel que mi sueño. Viaje y visita altamente recomendable, Juno. No te defraudará.
Un besote y feliz semana.
KINEZOE:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu valoración, Kine. El placer es mío si has disfrutado con texto, sueño, historia, música e imágenes. El Mont Saint-Michel es literalmente, mágico, un lugar al que jamás puedes abandonar una vez que lo has visitado.
Espero no haber sobrexcitado tu imaginación onírica con esta entrada, Kine, en cualquier caso, ya me contarás... :-)
Besitos y gracias, amigo.
CARLOS:
ResponderEliminarSí, es un lugar mágico, realmente mágico; esa es la palabra que mejor lo define, Carlos.
Bienvenido al blog.
Un saludo.
Ya sabes querida amiga lo que decia Gustav acerca de los elemenos sicoides , donde pasado presente y futuro coexisten,;los sueños son muchas veces elemento sicoides, participan de lo sípquico y de lo físico.
ResponderEliminarEn algunos momentos aun rodeados de mucha gente vivimos momentos de inquietud y soledad , rodeados de autenticos acantilados en playas desiertas y entonces ¡como no! está próximo o estaba el "deja vu". Hermoso sueño que no solo habla de un episodio , resumen de vida y de venideras inquieudes . .Del agua clara al agua gris, a veces la terminología no necesita interpretaciones, no obstante nadie puede interpretar mejor los sueños que quien los sueña
Tu post es fantástico así como la narración .
un beso
ANDRÉ DE ÁRTABRO:
ResponderEliminar"Pasado, presente y futuro coexisten..." Y no sabes de qué manera en este momento, André...
"Del agua clara al agua gris, a veces la terminología no necesita interpretaciones". Efectivamente, lo has captado con tu agudeza de atento lector. No voy a interpretar lo que ya ha sido interpretado... lo que es evidente...
Muchas gracias por tu visita y tus palabras tan certeras.
Buenas noches y sueños. Desde aquí...se intenta.
Un gran beso.
"Y es que la luz es un momento fugaz de la oscuridad"
ResponderEliminarQué interesante tu post, Marisa. Y qué increíble cuando contás:
"Reconocí inequívocamente, el escenario de mi sueño reiterativo".
Me hizo plantearme la posibilidad que el escenario de los míos pueda existir en alguna parte del mundo ajena a mi conocimiento.
Una historia extraordinaria, diría ¿no? la de esa construcción que fue fortaleza, prisión, abadía. Debe erigirse imponente sobre el agua como lo muestran en las fotos, y debe ser todo un espectáculo ver las mareas.
Las imágenes son verdaderamente hermosas.
Un abrazo
Nunca te planteaste la pregunta de cual es realmente el sueño , el de la noche o el del día??.
ResponderEliminarAun así creo que en ambos de ellos ,nuestro ángel nos guía.
Y muchas otra veces me da por penar si recordamos si fuimos otros seres en otras vidas.
,,,un tema apasionante ,,, para mi llena de tantas preguntas.
Un abrazo como sueles hacer ( sonrio ) me haces meditar algo que me agrada mucho.
Increíble! No conocía el sendero oscuro que recorrió este lugar mágico.
ResponderEliminarYo tuve sueños premonitorios, asique se de lo que hablas. Ciertamente son un misterio los sueños. Me apasiona este tema. Creo que muchas veces no comprendemos el poder que tiene la mente.
Besos!
Marisa: Ja,ja,ja,...Seguro que sí, que con el tarot no te iría nada mal,jajajaja...Me ha encantado tu valentía, sí señor, y hasta creo que sea muy probable todo eso que me dices, así que gracias por esa chispita de luz, Marisa.
ResponderEliminarOníricos besos.
Marisa, la descripción que haces de ese sueño premonitor es tan viva que no sólo traspasas el paisaje, el mar, la arena, la abadía... si no
ResponderEliminartambién y con mucha fuerza las emociones que se instalan y que mutan-como el mar-desde la placidez a la angustia. Recuerdo poco lo que sueño (lamentablemente) pero aquellos que recuerdo no se me olvidan más. Gracias por enseñarme la historia de este misterioso, bello y peculiar lugar.
Todo mi afecto!
NOELIA:
ResponderEliminarLos escenarios de los sueños siempre son el reflejo de escenarios reales. En realidad, no hace falta interpretar los sueños, ellos son realmente los intérpretes de la realidad en sí mismos.
Es un placer que te haya gustado.
Un beso, Noelia.
LAUVIAH:
ResponderEliminarInteresante tu pregunta... Después de meditarla he llegado a la conclusión de que cabe la posibilidad de que realmente soñemos de día, y vivamos de noche. De día creamos sueños a nuestro antojo, de noche somos presas sin escapatoria de su vivencia.
Tú sí que me haces meditar, siempre, Lauviah, y no sin riesgo ni peligro.
Un fuerte abrazo.
WILLIAM:
ResponderEliminarEn relación con el comentario que haces, te dejo unos versos de Borges:
El sueño
Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?
Jorge Luis Borges
Un beso enorme hacia ese fin del mundo tuyo, William.
MARIÁN:
ResponderEliminarTú me provocaste...y no hay nada más irresistible a mis ojos que una provocación...y un sueño.
Muchos besos, mi querida Marián.
EVA MAGALLANES:
ResponderEliminarEs un halago que te haya gustado, Eva.
A mí me ocurre lo contrario, recuerdo casi todos mis sueños. Los científicos lo explicarían diciendo que los sueño en la 5ª etapa, en la REM, etapa en la que recordamos los sueños, ya que en las anteriores vagamente lo podemos conseguir. Aunque cuando se trata de pesadillas... preferiría soñarlas en etapas anteriores.
Un fuerte abrazo, Eva.
El sueño
ResponderEliminarJoge Luis Borges
Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?
Un relato intenso y como valor agregado una clase especial del MONT SAINT-MICHEL, se nota la veta docente jaja. Me encanta esa habilidad natural para contar historias e imaginar ficciones.
Un fuerte abrazo
SALTAR DEL TREN:
ResponderEliminarConocía el poema, MªEugenia, pero gracias por dejarlo.
Sí, esa vena docente...sale en cuanto te distraes un momento...En España se dice: "la cabra tira al monte".
Un abrazo
Impecable descripción de un sueño, excelente la angustia ante el asedio del mar!
ResponderEliminarSiempre es bueno volver a este espejo.
Besos
Sueños premonitorios, sensaciones que arrastran al espectro completo de las emociones, es verdad, a veces pasa. Saint Michel es uno de los lugares que deben visitarse, es realmente mágico. Lo tengo pendiente pero bastante adelante en las preferencias. Besos, un placer volver a pasar por tus letras.
ResponderEliminarQuerida Marisa: Tengo que pensar y reflexionar. En estos momentos no me atrevo a opinar. Es para mi un mundo dificil el de los sueños y su creencia.
ResponderEliminarYa ves que estoy algo lento de coco, pero esto se pasa con dos o tres lecturas más. Y si no se pasa ¿a quien llamamos?
Un beso amiga mía.
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██▓▒░_____Querida____░▒▓██
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____██▓▒░_un lindo_░▒▓██
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_________░▒▓██ Con todo
_______░▒▓██ mi cariño
_____░▒▓██ Noemí
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░▒▓█BESITOS▓█▓░____░▓█▓
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Que Dios te bendiga, feliz fin de semana, con Felicidad.
EFA:
ResponderEliminarGracias por tu valoración. Es un placer que te disfrutes en este espejo.
Besos.
JAVIER F.NOYA:
ResponderEliminarTotalmente recomendable la visita al Mont Saint- Michel. Es placer es mío al tenerte por aquí.
Besos, Javier.
RAFAEL MULERO VALENZUELA:
ResponderEliminarEl mundo de los sueños nos dejas desarmados ya que contamos con escasos instrumentos para entenderlos e interpretarlos.
Gracias por tu lectura, Rafael, eres muy valiente al atreverte con un par de lecturas más (la entrada no es precisamente breve...:-) )
Un beso, amigo.
DÉJAME UN POEMA:
ResponderEliminarSorprendida y agradecida por tu obsequio gráfico y por tus buenos deseos.
Un abrazo, Noemí.