Fotografía: Soria, olmo de la entrada del cementerio de El Espino
Viejo olmo de Soria,
tú, olmo del Duero,
fiel testigo de sombras,
que en el recuerdo nombras
latidos silenciosos de
un te quiero.
Marisa Vegas
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“De pronto el ascensor se detuvo entre los pisos 18 y 17; se apagó la
luz y se encendió la tenue de emergencia. Señal inequívoca de avería. Lo que en otras circunstancias hubiera sido motivo de nerviosismo y claustrofobia, se convierte en la ocasión que los dos estaban deseando,quizás sin saberlo. Sus bocas se buscan y se encuentran; primero son los labios, después también sus lenguas se funden y confunden, se mezclan y juegan. El ascensor se llena de estrellas.
Cuando vuelve la luz y el ascensor se pone de nuevo en marcha, las manos entrelazadas resbalan por sus costados y los brazos quedan extendidos, tensos; separan un poco sus caras y se miran: las estrellas han entrado en sus ojos y brillan con una pasión cósmica. Cuando las puertas del ascensor se detuvieron, en la recepción, las manos seguían entrelazadas, pero los brazos ya no estaban en tensión; él, ligeramente inclinado sobre ella, la cabeza de frente como reposando en la mujer; ella con la cabeza apoyada sobre el pecho de él; sus labios entreabiertos descansan en el cuello del hombre, no se sabe si dando vida o tomándola. Quizás las dos cosas”.
JFGS, Primavera de 1993.
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Fotografía:
www.castelldefels.org
A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido
por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio
Machado
Precisamente este fin de semana he estado en Soria, curiosa coincidencia.
ResponderEliminarUn saludo
PILAR V:
EliminarPreciosa ciudad para visitar y sentir cada latido machadiano.
Un saludo, Pilar.
¡Cuántos recuerdos guardan tu olmo y el de Machado!
ResponderEliminarHas vuelto y con promesas de Primavera, Bienvenida, me alegro.
Besos, Marisa
MYRIAM:
EliminarGracias por acercarte hasta este espejo de luna, Myriam.
Lo de volver e ir...es muy relativo :) Digamos que mantengo las sanas, sabias y saludables costumbres.
Ese olmo de la fotografía efectivamente está repleto de recuerdos muy lejanos e imborrables. A pesar de las nieves, estoy segura de que reverdecerá esa ramita en primavera. Y lo comprobaré por mi misma viajando a ese mítico lugar... Os traeré alguna fotografía del periplo.
Muchos besos, Myriam
El fragmento del ascensor me ha encantado, en que pocos instantes hay una catarata de emociones. El poema de Machado siempre me ha enviado un mensaje de esperanza y lo sigue haciendo.
ResponderEliminarUn beso, Marisa.
Postdata: En esta ocasión he sido el primero.
VALVERDE DE LUCERNA:
EliminarEl fragmento del ascensor no es de mi cosecha, y como no he pedido permiso para publicarlo, solo pongo sus iniciales. Pero efectivamente es intenso y es un compendio y catarata de emociones: eso ocurre cuando las cosas se sienten y se viven de verdad; y el sentir y el vivir se confunden en una vorágine de emociones. El resultado es el que es.
Aunque, no deja de ser literatura con buena planificación y estrategia. El tiempo quita la pátina brillante a las cosas y, debajo se descubre lo que antes no se veía.
Yo también siempre he considerado el poema de "A un olmo seco" de Machado, como un mensaje de esperanza. Sobre todo, a partir de 1993, año en el que el poema dio un giro inesperado a mi vida.
Muchas gracias por acercarte, Valverde, y aunque no hayas sido el primero para mí como si lo hubieras sido.
Un besote, compi.
En estos días de ciclogénesis y cerviscas casi se pierde la noción de que la primavera ya está ahí, agazapada, esperando su momento a la vuelta de la esquina. Aunque de momento lo más que podemos esperar es encuentros fortuitos con sus heraldos - casi como el del ascensor, jeje - en forma de golpe de luz o brote temprano.
ResponderEliminarSiempre es un placer volver a saber de ti, Marisa.
Un fuerte abrazo
XIBELIUSS JAR:
EliminarYa sabes, Xibeliuss, que la primavera sanabresa se hace esperar, pero cuando llega...no hay nada igualable. De todos modos, esas nieves que estáis teniendo (y las que se acercan para el fin de semana, para no variar) pintan un cuadro sanabrés de lo más bello. Voy a escaparme a golpe de ascensor (jeje) si puedo, en breve, para degustarlo en directo.
Siempre un placer tenerte por aquí, crak.
Un besote.
Ya estamos a las puertas de nuestra primavera...
ResponderEliminarY con la esperanza de que todo reverdezca, como verde es la esperanza.
Qué alegría, Marisa, verte por aquí de nuevo...con tus "ires y venires". Pero bueno, que todo sea con arreglo a tu gusto.
Un montonazo de besos, amiga querida.
MARIÁN:
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Yo os echo de menos también muchas veces.
La primavera se aproxima, con paso lento pero firme, y será el revivir de ramas reverdecidas. Magia de la vida.
Recibe un abrazote y un beso.
Qué bien le sienta a Machado la claridad de la luna... Su olmo seco siempre me emociona, porque recuerdo a mi padre recitándolo de memoria: supe, a través de su voz, que es al llegar a la vejez cuando ese poema encuentra su pleno significado. Me alegra volver a saber de ti, Marisa. Un saludo
ResponderEliminarJUAN HERREZUELO
EliminarEmotivos y bellos recuerdos te trae el olmo machadiano.
Para mí también es un placer el volver a saludarte, Juan.
Un abrazo.
La vida es un continuo ir y venir; todo va y viene, como la primavera, que ya comienzo a sentirla no demasiado a gusto en mi nariz y ojos a causa de la dichosa alergia estacional...
ResponderEliminarComenzaste alto y acabaste aun más alto, Marisa, con ese viejo olmo seco de Machado. Ese olmo también significa mucho para mí... Estando ahora lejos de casa, como estoy, fue a través de la poesía de Campos de Castilla que reavivé viejos recuerdos. También yo me apoyo en ese mismo árbol.
Mi beso y mi agradecimiento por la publicación. ¡Hasta pronto, amiga! ;)
KINEZOE:
EliminarLos recuerdos...territorio comanche...
Me alegro de que te hayas transportado, a través de la entrada, un poquito más cerca de donde se encuentran los tuyos. Con toda sinceridad, espero que estés bien y a gusto en ese lugar lejos de tu casa.
La agradecida soy yo siempre por tu tiempo y cariño.
Mi beso, amigo KIne.