Sanxenxo
(Pontevedra)
Fotografía:
Marisa Vegas
(Voces silenciosas IX)
BAJAMAR
Duermen en arenas cálidas y sedientas
sueños de salitre y olas,
reptando entre sombras rocosas
la luz lame sábanas del alba.
Enterrados bajo castillos de arena
yacen tesoros de cofres vacíos,
despojados de amores diamantinos,
repletos de rencores dormidos.
La ambición del mar anhela abrirlos
creyendo dentro fortunas
de caracolas ladronas de ecos,
de silencios arrogantes de espumas.
Con sigilo de horas perezosas
olas voraces trepan hambrientas
por escollos
malheridos,
abriendo peligrosas brechas de agua
en arenas de sueños dormidos.
Sanxenxo (Pontevedra)
Fotografía: Marisa
Vegas
PLEAMAR
Metamorfosis de minutos
desperezan al dolor hibernado,
playa anegada de
ultrajes salinos
entre gemidos de caracolas
heridas.
Cofres inundados por
osadías marinas
liberan rencores
dormidos,
cerrojos forzados por
tempestades
estallan en sus orillas.
Brama la mar al
descubrir
tesoros de Pandora
ahogados
en desprecios de inertes corales,
en llaves oxidadas de olvidos.
Y llora la luna en la
lejanía
con pañuelo de mareas
en su mejilla.
Un placer mecerse al ritmo de tus mareas.
ResponderEliminarPILAR:
EliminarGracias, Pilar.
Un abrazo.
Hay quien dice que el ánfora de Pandora contenía bienes y no maldiciones, que la esperanza fue lo único que quedó en ella.
ResponderEliminarPero cuando la esperanza se fija en tesoros que sólo fueron tesoros en su momento, que se convirtieron en despojos con el tiempo... también puede ser una maldición.
Un abrazo, Marisa
XIBELIUSS JAR:
EliminarEfectivamente, Xibeliuss, después de que Pandora abriera la caja (ánfora) y salieran todos los males del mundo, solo quedó la esperanza en su interior, el único bien que poseía.
Los tesoros de Pandora (la esperanza) de ese cofre del poema que el mar con su brava marea se ha empeñado en abrir, quedan irremediablemente ahogados por el propio ímpetu de esas aguas que, ambiciosas y egoístas, han vejado cerraduras delicadas.
Llevas también razón en que cuando la esperanza se fija en tesoros que acaban convertidos en despojos debido a su maltrato, es la mayor maldición que a alguien le puede caer. En este caso, al mar.
Me gusta como me has leído, Xibeliuss.
Un abrazo.
Con el calor que hace en Buenos Aires, leerte e imaginar ese mar, playas, dan ganas de zambullirse en las imágenes y dejarse llevar por las olas.
ResponderEliminarmariarosa
MARÍA rOSA GIOVANAZZI:
EliminarAquí hace mucho frío, a pesar del invierno suave que estamos teniendo hasta ahora, Mª Rosa.
Las playas que ofrezco en las fotografías son de las más frías de España, incluido en verano. Tu zambullida seguro que te la pensabas dos veces,jejje; ese océano Atlántico es frío y bravo, con mareas muy acusadas, cualidad muy apropiada para el sentido metafórico que he querido transmitir en el poema.
Que pases buenas vacaciones y un abrazo.
Las fotografías son un magnífico acompañamiento a estos dos bellos poemas. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarFELIPE TAJAFUERTE:
EliminarTanto las dos fotografías como los dos poemas están estrechamente entrelazados. Se trata del mismo lugar, de la misma playa, pero en dos momentos distintos, con marea baja y con marea muy alta. Todo en cuestión de breves horas. Ya sabes como es el Atlántico...
Encantada de que te haya gustado, Felipe.
Un saludo.
Pues yo veo mucho dolor y muchas heridas en ese vaiven de las olas, en esas alteraciones de las mareas, no se si será sólo poesía o algun otro trasfondo. En todo caso, una magnifica descripción de las mareas del alma. Un beso grande desde el sur, Marisa.
ResponderEliminarPACO HIDALGO:
EliminarHas enfocado tu retina excelentemente, amigo Paco. Hay dolor y heridas en el poema. Todo yace bajo la placidez de arenas cálidas que lo aplacan. Pero cuando el mar se embravece y sube la marea, quedan al descubierto.
Me ha encantado como lo has denominado: las mareas del alma. Perfecto.
Otro besote para ti.
Las mareas siempre nos quieren decir algo, tus versos bucearon las profundidades y asomaron como un periscopia hacia la playa de tus versos.
ResponderEliminarHermoso Marisa.
Besos muchos.
ADRIANA ALBA:
EliminarLa luna tiene mucho que decir en las mareas, en su bajamar y en su pleamar. Es tan poderosa como para dirigir el vaivén de mares y océanos. Pero en el poema llora en la lejanía por el ambicioso, egoísta y vejatorio comportamiento del mar, capaz de rebelarse hasta contra la misma naturaleza.
Encantada de que te haya parecido hermoso.
Besos, Adri.
El mar es infinito y ante él el hombre se siente pequeño, diminuto ante la naturaleza, y es por ello que surgen en nuestra mente pensamientos metafísicos tales como el sentido de la vida y otros similares. El agua marina va y viene, acaricia continentes, islas y engulle hombres y ciudades enteras.
ResponderEliminarUn beso
CARMEN BÉJAR:
EliminarEl poder físico y psíquico del mar es grandioso. Como el de esa luna. Ambos no solo están unidos sino que son muy parecidos en su inestabilidad y variabilidad vital, el uno con sus mareas altas y bajas, la otra con sus diferentes fases cambiantes. La guerra comienza cuando uno de los dos quiere engullir el poder del otro hasta la humillación.
Un beso, Carmen.
El mar, la mar, como diría Alberti, es con sus movimientos, mareas u olas, un espectáculo fenomenal. Hasta su sonido es un placer escucharlo. Tengo un disco con los sonidos del mar con propiedades muy relajantes, aunque nada que ver con el susurro natural escuchado durante la noche cuando estamos en su orilla. Es magnífico.
ResponderEliminarUn abrazo.
DLT:
EliminarEstoy de acuerdo contigo: no hay elemento o sonido más relajante que escuchar mecerse al mar antes de dormir. Cuando lo hago, es una de las experiencias más gratas que recuerdo.
Pero no es el caso de Alberti. Para él era el símbolo de la nostalgía de su tierra gaditana y el elemento que le separaba de ella debido a su exilio durante la Guerra Civil.
Escuchemos a ese mar.
Un abrazo, Dlt.
De las mil voces que el mar puede tener, o de las miles de historias que puede ofrecer, tú serias ideal para contarlas y hacer vibrar a quien las escuche.
ResponderEliminar"Bajamar" es perfecto, tiene un ritmo increible.
Muy bien, guapa :)
Besotes, mi querida Marisa.
SYD:
EliminarSoy de tierra adentro, Syd, nunca he vivido al lado del mar. Quizás por eso, cuando tengo la oportunidad de estar a su lado, presto mayor atención a lo que me dice. Gracias por esa valoración que haces sobre la traducción que hago de la voz del mar.
Me alegra que te haya gustado "Bajamar". Ese ritmo del que hablas... tanto en ese poema como en el siguiente, lo he querido romper, especialmente en el 2º poema, para que reflejara esa irrupción inexorable y violenta del mar y su marea. El ritmo de los dos poemas es abrupto intencionadamente. Me ha gustado mucho que lo hayas percibido.
Muchos besos, Syd.
Qué bueno, Marisa! y qué bien ilustrado con esas fotografías. Me ha encantado leerte. Besos.
ResponderEliminarMARCOS CALLAU:
EliminarY yo encantada de que te haya gustado, Marcos.
Un beso.
¡Ay Marisa! los que somos de "puerto marítimo" entendemos tu poesía...
ResponderEliminarEsos "ultrajes salinos" nos invaden con sus aromas salobres aunque no visitemos la playa, aunque le demos la espalda al mar... Esos lugares están poseídos por las mareas, la bruma y el rumor de caracolas vivas: las olas que lamen o azotan la costa, con el tiempo marcado por el reloj de arena de la Luna.
Un abrazo, querida Marisa, y un feliz año.
JANO:
EliminarMe quito el sombrero ante la hermosa y acertada descripción que has hecho de esos dolorosos ultrajes marinos.
Gracias, Jano, por la belleza dejada en este mar de luna.
Un abrazo grande.
"Sueños de salitre...".
ResponderEliminarMe encanta.
Un abrazo.
ENE:
EliminarGracias, Ene. Encantada de que te haya gustado.
Un abrazo.
El mar me atrae, quizás por ser de tierras adentro. Siempre me ha intrigado la subida y bajada de las mareas, algo que tú expresas poéticamente, como las aguas se van pero luego regresan para cubrir, tapar rocas, arenas...
ResponderEliminarEl mar va y viene, como la vida.
Un abrazo.
VALVERDE DE LUCERNA:
EliminarLos dos somos del mismo lugar de tierra adentro, con el mar lejos de nuestras orillas. Quizás por ello, como dices, lo sentimos más poéticamente.
Esas mareas que van para luego regresar al antojo de la luna, son la trayectoria de la vida misma...
Un abrazo, Valverde.
Una marea de letras, la playa es vida.
ResponderEliminarEDU:
EliminarLas mareas de las palabras son las que van conformando las orillas de la vida.
Saludos, Edu.
Uff que gustito, me acabo de ver con los "pieses" -plural de pies, jeje- metidos en las playas de Cádiz de hace unos veranos en una noche de luna llena.
ResponderEliminarBesotes.
ÁNGEL IVÁN:
EliminarJejje, pues allí estaba yo también, Ángel. Nos debimos cruzar...
Besotes.
Marisa, que grato resulta para una isleña escuchar el rumor de la mar, aspirar el salitre y contemplar el juego caprichoso de la luna con las mareas entre versos.
ResponderEliminarSon dos poemas que arriban a la orilla de este 2013 con augurios y en la esperzana que la mar haga emerger esos tesoros que guarda bajo la arena y en sus fondos marinos.
Un placer comenzar el año al borde de la mar.
Un abrazo
FELICIDAD BATISTA:
EliminarComo isleña que eres has sabido captar esa emoción que provoca el mar, con su placidez y sus borrascas, con su pleamar y su bajamar, con sus tesoros y sus desiertos, con su olor a salitre y a vida.
Ojalá que como dices, a la orilla del 2013 arriben tesoros custodiados por caracolas y lunas.
El placer es mío por tenerte por aquí, Felicidad.
Un beso.
Bajamar y pleamar: en el primer embate la ilusión,el ensueño hecho caracolas, cofres de misterio y tesoros; en el segundo el ultraje, mar bucanero que depreda, asolador...Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarCARLOS AUGUSTO PEREYRA MARTÍNEZ:
EliminarAtinada tu lectura, Carlos. Efectivamente, eso es lo que he querido expresar en las dos composiciones.
Me ha encantado esa expresión tuya de "mar bucanero que depreda". Es justo lo que he querido transmitir. La profundidad de la metáfora la dejo a gusto del consumidor...
Un abrazote, Carlos.
Un bello poema para definir un reencuentro con tus letras.
ResponderEliminarPerdona mi demora y alejamiento. Mi estado anímico no ha sido el idóneo. Recibe, no obstante, el testimonio de mi amistad, admiración y cariño.
EL JARDINERO DE LAS NUBES:
ResponderEliminarNo hay nada que disculpar, querido amigo, solo agradecerte tu visita y desear que te encuentres mejor y con los ánimos en pleamar.
Un fuerte abrazo.