(Voces silenciosas X)
BRÚJULA DEL SUR
El
norte no existe cuando la luz mira al sur. Detrás del espejo del mar, las
direcciones son caminos nebulosos de cristal azul. Peces errantes de norte
vuelan en nubes húmedas de sueños. Aves sedientas de sal bucean en olas
extraviadas de brújulas. Y en el horizonte que desafía al eje terrestre sigues
estando tú. Allí, donde el norte no existe.
VUELO PELIGROSO
La
piel de las rocas escribe rutas no recomendadas a las lágrimas, surcos ahogados
de trampas para aquellos que osan escalar a sus rincones más íntimos. Pero el peligro
solo es la voz que susurra el silencio de lo que tiembla. El miedo es el muro
más poderoso que impide avanzar. Al llegar a la cima el eco del mar desnuda
lentamente tus alas. Y desearías echar a volar.
EL GRITO DEL MAR
El
mar sabe gritar a sal. Escupe olas que escriben en las rocas tatuajes de bramidos,
tormentas de caracolas mudas. Y excava con sus puños de mareas una gruta
profunda, talla y cincela el corazón del acantilado. Venas de sal y agua
recorren sus arterias. Allí se escucha el grito del mar, allí se escuchan mis
latidos.
REFUGIO
Abrigo
mi alma con las sombras de la luz. Los refugios de la noche mienten, las
estrellas han naufragado en el azul del mar. Aún brilla su estela encendida en
los surcos del Mare Nostrum como
ondina portadora de fatal destino. La mirada al horizonte es protegida por los
muros cincelados por el viento. Y respiro frío gélido bajo la sombra mientras
se ahoga la última estrella.
EL CAMINO DEL MAR
En la alfombra de la
playa se escriben las huellas del mar. Alfabetos de caracolas y conchas serpean
la caligrafía de su voz. En la orilla del azul dibujo el camino del mar pero
las olas implacables en su deambular, borran los trazos firmes de iniciales de
nombres, de sueños, de narrativas deseantes y deseadas que llegan a su final.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…
EL PUENTE DEL MAR
Albañil
de puentes es el mar después de la noche de siglos en las que arrojó su ira de
olas plateadas. Tras la tormenta no solo brota la desolación sino esculturas de lenguajes que
derrotaron a la Torre de Babel. Los puentes unen el alfa y el omega, la tierra
y la sal. Amantes eternos el continente y la mar.
DEL CIELO AL SUELO
Entre
el cielo y el suelo habita el mar. Sobre la playa sueña sus sueños, sobre el
cielo desea soñar. La tarde despliega sus pinceles de soledad y las acuarelas
comienzan a navegar en el bajel de los recuerdos. El horizonte, hambriento de
nostalgias, muestra sus fauces carnívoras de deseos. Y todo en un instante
desaparece. Solos tú, yo y el mar.
Fotografías:
Marisa Vegas
Denia (Alicante)- Mayo 2013