Agustín García Calvo
Tantas
cosas me han ido saliendo, a las márgenes de la poesía literaria, de la
gramática escolar, de la ciencia o filosofía, por debajo de mi persona...
Contra el imperio del Futuro, contra la muerte... No sé qué podrán seguir
haciendo esas cosas entre la gente viva: si al menos siguen encontrando a
algunos que descubran en ellas lo común, lo que ellos, sin creérselo, sentían y
pensaban...
Agustín García Calvo,
www.editoriallucina.es
MI ÚLTIMO ADIÓS A AGUSTÍN GARCÍA CALVO
El pasado 1 de noviembre, día de los difuntos, falleció el zamorano
Agustín García Calvo en su ciudad natal, Zamora. Casualmente me encontraba allí
pasando el puente de Todos los Santos, lo cual me permitió decirle un adiós más
cercano a esta figura tan relevante para la cultura y la libertad de nuestro
país. Un adiós más, aunque el último, que se podría sumar a otros adioses que
he intercambiado con Agustín al compartir esa misma calle tan emblemática de
nuestra ciudad por la que tantas veces nuestros pasos se han encontrado. La
cultura y la libertad de nuestro país, que siempre defendió, se quedan viudas,
como esa Rúa de los Notarios por la que se seguirán oyendo tus pasos tatuados
en esas frías piedras.
Mi último adiós, Agustín.
Agustín García Calvo
Escritor español, poeta, filólogo, filósofo, traductor, el tres veces Premio Nacional -Ensayo 1990,
Literatura Dramática 1999 y Traducción al conjunto de su obra 2006-, además
de letrista del "Himno de la Comunidad de Madrid" y ex catedrático, nació el 15 de octubre de 1926 en Zamora (Castilla
y León).
La rebeldía contra lo oficial siempre ha caracterizado a este
intelectual, que se doctoró en Filología
Clásica por la Universidad de Salamanca con la tesis "Prosodia y
métrica antiguas" y fue catedrático
de instituto y profesor de Latín en dicha Universidad, en la que ingresó
como profesor adjunto en 1953. Posteriormente obtuvo la cátedra de Filología Latina en la Universidad de Sevilla, donde ejerció
la docencia cinco años, hasta su traslado a la Universidad Complutense de
Madrid, en 1964.
Fue uno de los tres catedráticos perseguidos por el régimen franquista,
junto a Enrique Tierno Galván y José Luis López-Aranguren. Debido a las
revueltas estudiantiles de febrero de 1965, en las que García Calvo participó
en favor de la democracia, fue expulsado
por decisión gubernativa y apartado de la cátedra.
En 1969 comenzó en París un exilio voluntario de siete años,
durante los cuales compaginó literatura
y docencia en las Universidades de Nanterre y Lille.
Tras la anulación, en 1976, de la sanción que pesaba en su
contra desde 1965, García Calvo volvió a
España, se reincorporó en la Complutense a la cátedra de Filología Latina, en
la que permaneció hasta su jubilación (1992), y siguió su actividad en coloquios, conferencias,
tertulias literarias, como las del Ateneo o el Círculo de Bellas Artes de
Madrid, artículos de prensa y colaboraciones para el Teatro madrileño de La
Abadía.
Defensor de la esencia del lenguaje popular y detractor del
utilizado en los medios de comunicación, especialmente la televisión, como gramático ha hecho importantes
aportaciones a la lingüística general, la prehistórica o indoeuropea, la
grecolatina y la contemporánea. Expuso su teoría general del lenguaje en
una trilogía: "Del lenguaje" (1983), "De la construcción (Del
lenguaje II)", ambos libros editados en los años ochenta, y "Del
aparato (Del lenguaje III)" (1999), así como en el volumen "Hablando
de lo que habla: "Estudios de lenguaje", Premio Nacional de Ensayo de 1990. En 2009 publicó otra trilogía,
"Elementos gramaticales", a modo de libro de texto para escolares.
Integró el Círculo Lingüístico de Madrid, junto con Rafael Sánchez
Ferlosio y Carlos Piera. A finales de la década de los 80 y en los dos
primeros años noventa impulsó el
proyecto de la Escuela de Lingüística, Lógica y Artes del Lenguaje entre,
una apuesta educativa antisistema y multidisciplinar que combatía la
manipulación de conciencias y en la que gramática, matemáticas y música iban de
la mano, no separadas.
Con obras publicadas en diversas editoriales, incluida sus propias Lumia y
Lucina, la producción literaria de García Calvo abarca la novela, el ensayo, el teatro y, sobre todo,
la poesía. A este último género pertenecen los títulos "Sermón del ser
y no ser" (1972), "Canciones y soliloquios" (1976), "Libro
de conjuros" (1979), "Relatos de amor" (1980), "Valorio 42
veces" (1984) y "Ramo de romances y baladas" (1992).
Entre sus más conocidos ensayos figuran, aparte del reconocido,
con el Premio Nacional,
"Lalia" (1973), "¿Qué es el Estado?" (1977),
"Lecturas presocráticas I y II" (1981 y1985), "Contra el
tiempo" (1993), "De Dios" (1996) y "Contra la
realidad" (1997).
Dentro de la narrativa destacan "Eso y ella, seis cuentos y una
charla" (1987); "¿Qué coños?, cinco cuentos y una charla"
(1990); y "Entre sus faldas. Tres cuentos y veintiséis mensajes
electrónicos" (2000).
Es autor de obras teatrales como "Iliu Persis" (1976),
"Ismena" (1980) y "La baraja del rey Don Pedro" (1999). Por
esta última recibió el Premio Nacional
de Literatura Dramática en 1999.
Ha publicado artículos muy críticos con la sociedad actual, como
"Contra la familia", "Contra la pareja", "Contra la
paz", "Contra la democracia", "Análisis de la sociedad del
bienestar", "Noticias desde abajo" o "Que no, que no".
Como traductor ha trabajado textos de Shakespeare ("Sueño de
una noche de verano", "Macbeth" o "Edipo Rey") y otros
del latín y el griego, como "Los carboneros", de Aristófanes, cuya
versión fue llevada a escena en 1981.
Fuente: www.la razón.es
Agustín García Calvo
LAS MORAS NEGRAS
Creí que
buscaba
las moras
negras,
y encontré la
rosa de zarza.
Creí que cogía
la rosa
blanca,
y se hincó la
espina en mis venas.
Creí que
saldría
clavel
caliente,
y brotó un
arroyo de leche.
Creí que el
arroyo
se hundía en
tierra,
y fluyó al
Océano verde.
Creí que era
aquello
el verde
Océano,
y era el río
eterno de estrellas.
Creí que
hallaría,
cruzando el
cielo,
al Señor del
todo y la nada.
Y sólo
encontré
puñado de
moras
que de amor en
mi mano sangraban.
Agustín García Calvo
¡Qué versos más bellos! Hemos perdido un referente en la ciudad, siempre Agustín hablaba con libertad, al lado de los más reivindicativos. Nos hemos quedado más solos. Compañero de estudios de mi tío, lo conocí personalmente, me pareció una persona cercana y preocupada por las personas necesitadas y con un pensamiento libre de ataduras.
ResponderEliminarEspero que su legajo no se pierda.
Un abrazo.
VALVERDE DE LUCERNA:
EliminarLo has dicho con mucha propiedad, Valverde: hemos perdido un verdadero referente en Zamora quedándonos más solos -aún-. Defensor de la libertad y muy buena persona: su timidez a veces era confundida con altivez.
Esperemos que su legajo no se pierda.
Un fuerte abrazo, paisano.
Magnífica semblanza la que le dedicas a tu paisano, un zamorano de pro, que siempre defendió la libertad en sus artículos, en sus libros, en su vida personal. Fue profesor aquí en Sevilla y dejó muy alto el pabellón en el departamento de Latín. Descanse en paz. Un abrazo, Marisa.
ResponderEliminarPACO HIDALGO:
EliminarTodo lo que se diga de Agustín será poco. Coherente con sus principios, competente con sus enseñanzas y humano hasta la médula.
Gracias por tu tiempo, Paco, y un fuerte abrazo.
Se nos ha ido un referente fundamental: no ya de la literatura, la filología, la gramática; sino, más importante, de la libertad de pensamiento, de la disidencia con el paradigma establecido, de la diferencia...
ResponderEliminarLe echaremos de menos. Nos queda su obra.
Un abrazo, Marisa.
Pd. Sólo Tierno se animó a entrar en la política activa - ojalá, en plan egoista, Aranguren y García Calvo también hubiesen dado el paso.
XIBELIUSS JAR:
EliminarTotalmente de acuerdo contigo, querido Xibeliuss, tanto en tu comentario como en tu posdata: ojalá se hubiera dedicado a la política "activa", aunque no se quedó atrás apoyando siempre al movimiento del 15-M en la Puerta del Sol, tanto él como Isabel, su mujer.
Ya se le echa de menos.
Un fuerte abrazo, Xibeliuss.
Querida amiga: Hoy le rindes a un amigo, un bello homenaje de despedida, créeme que al leerlo, emociona. Ha sido un polifacético y, pese a que un día todos tenemos que partir, estoy convencida de que él no morirá, deja abundantes huellas que permanecerán durante siglos entre todos aquellos que puedan disfrutar de sus obras.
ResponderEliminarHoy quisiera que todos los que lo han conocido, no estén tristes, ha hecho realidad algo que defendió siempre: Democracia y libertad.
D.E.P.
Te dejo un fuerte abrazo en ese dulce corazón.
Kasioles
KASIOLES:
EliminarAgustín García Calvo era amigo de todos los zamoranos y esa amistad era correspondida como quedó demostrado en muchas situaciones.
Sí, sus huellas libres permanecen y permanecerán.
Gracias por tus bellas palabras, Kasioles.
Un fuerte abrazo.
Bellísimo versos los de Agustín García Calvo. Descanse en paz. Al nombrar la Rúa de los Notarios, que hace tan pocos días recorrí y me dio la impresión de un tanto solitaria, me ha venido a la memoria el hecho de que la catedral de Zamora, al contrario que otras, no se encuentra en el centro de casco histórico sino en un extremo, como apartada. Esto me resultó chocante. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarFELIPE TAJAFUERTE:
EliminarLa poesía solo es una parte de su vasta producción, Felipe. Completamente recomendable.
La catedral de Zamora se encuentra en lugar estratégico: en sus espaldas, el río Duero, y los barrios de fuera de la muralla. Por el resto de flancos se extiende el casco antiguo como habrás visto. Para nada está solitaria ni apartada. Sabes que las Catedrales eran el centro de las ciudades medievales. Actualmente, es el corazón del casco antiguo. Zamora es una ciudad tranquila y quizás te haya dado esa impresión de solitaria, pero a los alrededores de la catedral late todo el casco antiguo. La Rúa de los Notarios es la arteria principal que conduce a ella y en donde habitaba Agustín García Calvo en un hermoso palacio que rehabilitó y por el que sin duda pasaste.
Un saludo, Felipe.
Yo dejo que Amancio Prada comente por mí: lo hace mejor que yo:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=zmfHzM9vaiE
Un abrazo triste.
AG
ALBERTO GRANADOS:
EliminarGracias, Alberto.
Un abrazo.
Marisa, Agustín García Calvo era uno de los pocos intelectuales españoles que no me había decepcionado. Una buena parte de los pensadores parece adormecida o distraida en unos tiempos donde se precisa su participación, donde se echan de menos las voces que señalen, que expongan, que iluminen. En cambio García Calvo permaneció fiel a sus principios. Libre y comprometido hasta el final. Nos queda su obra y espero que su ejemplo también.
ResponderEliminarGracias por este homenaje pues nos ha permitido ahondar más en su figura y en su trayectoria.
Un abrazo
FELICIDAD BATISTA:
EliminarHas definido la trayectoria actual de Agustín con gran acierto, Felicidad. Estoy contigo en que ha sido uno de los pocos intelectuales que a mí tampoco me han defraudado y que siempre permaneció fiel a sus principios, valores y compromisos, a pesar de ser políticamente incorrecto.Rebelde con lo establecido y siempre al lado de los que más lo necesitaban. Realmente, un fiel amante de la libertad en el sentido más amplio del término.
Gracias a ti por tu tiempo y tus siempre bellas y acertadas palabras.
Un beso, Felicidad.
No leí nada suyo, ni bien pueda lo haré.
ResponderEliminarLos versos son preciosos. Gracias por compartirlo, siempre es bueno descubrir buenos escritores...
Saludos
EVA LETZY:
EliminarTotalmente recomendable, Letzy. Podrás encontrar y adquirir su obra en librerías distribuidoras de toda España. Pero por comodidad te remito a la página de su propia editorial donde podrás conocerle más y adquirir,si es tu deseo, sus obras:
http://www.editoriallucina.es
Sí, este poema de "Las moras negras" -al que Amancio Prada, su gran amigo hasta el final, le puso música-, es realmente una joyita.
Un abrazo.
Te va a recordar, y su figura obliga a este lector descuidado a poner atención en su obra, que creo desconocer. Besos y sentido tu homenaje, máxime que es tan poético su existir que tuvo que emprender su viaje justo el día en que se conmemoran a los anteriores viajeros. Toda una coherencia.
ResponderEliminarJAVIER F. NOYA:
EliminarSi quieres conocer más su trayectoria no te será difícil a través de Internet, pero para facilitarte la labor te dejo la web de su propia editorial:
www.editoriallucina.es
Sí, Javier, a mí también me ha impresionado que se haya ido el mismo día que se conmemora para esos "otros viajeros". Quizás le echaban de menos y le vinieron a buscar.
Un fuerte abrazo.
MARTA C.:
ResponderEliminarSi lo conociste, Marta, y pudiste asistir a sus clases, habrás podido disfrutar de su mente lúcida, su humanidad y la coherencia absoluta entre sus palabras y sus actos.
Siempre estará con nosotros.
Un beso, Marta.
Descanse en paz y recordémoslo por su obra.
ResponderEliminarPD. Hace tres o cuatro días también leí una gacetilla sobre el fallecimiento de otro gran escritor. No sé que ideología tenía Fernando Díaz Plaja, ni me importa -muerto en Uruguay donde llevaba viviendo unos años, a los noventa y pico años, decía la nota-, aunque seguramente no fuera un autor tan comprometido como García Calvo, y si esto ha tenido que ver en el olvido de los medios, pero un gran erudito autor de varios libros de historia muy interesantes y de escritura correcta y amena; también fue autor de éxito con su serie sobre los pecados capitales. Descanse también en paz.
DLT:
EliminarCierto, Dlt, hace tres días moría el gran historiador Fernando Díaz Plaja. No sé si habré leído algo de él pero sí de su hermano Guillermo Díaz Plaja y sus estudios literarios.
Descansen en paz y valoremos la obra que dejaron ambos. Pero en algo no estoy de acuerdo contigo, Dlt. No se trata de recordar u olvidar a escritores en función de su ideología política. Nada más lejos de mi intención y me atrevo a decir que también lejos de la opinión de los comentaristas de esta entrada. El trabajo editorial y el aporte cultural de todo escritor es digno de alabar. Pero el caso de García Calvo es especial. Recordémoslo por su obra, sí, pero ¿por qué no por su lucha encarnizada por la libertad en su sentido más amplio y por la libertad de expresión en su sentido más particular? Agustín era un gran filósofo, clásico y de la actualidad, y su esfuerzo por defender los derechos del individuo y su adversión por el abuso de poder de políticos y tiranos, es elogiable. Y ello no le proporcionó ningún privilegio, al contrario, no ha sido reconocido por los medios de comunicación como merecía. Me atrevo a decir que jamás se ha aprovechado de esa situación sino que ha pagado un precio muy caro, y más en estos tiempos que corren. Como dijo él:
"Si cada uno no creyera que hace lo que quiere, sería imposible que hiciera lo que le mandan"
Le recordamos por su obra, Dlt, pero merece que también se le recuerde por su lucha no lucrativa por la libertad hasta casi el final de sus días.
Descanse en paz.
Magnífico homenaje a tu paisano, Marisa, del que podrás sentirte orgullosa por la mesura y el sentimiento en el relato.
ResponderEliminarDe Agustín sé poco, más bien no sé nada más que su faceta de poeta, filósofo y lingüísta (ya ves, no soy el humanista que decías) y, por encima de todo, su lucha por la libertad en tiempos difíciles, perdiendo su cátedra junto con Aranguren y Tierno Galván. Pero como él, creí que hallaría, cruzando el cielo, al señor del todo y la nada... Sin haber sido la "mosca cojonera, el cínife" de una época justamente pasada: era tan pequeño en edad como ahora...
Un hermoso relato, Marisa, para guardar en el alma del blog.
Un beso.
JANO:
EliminarSi sabes de su faceta de poeta, filósofo y lingüista, ya sabes mucho, querido Jano (sigo sosteniendo tu cátedra de humanista, jejje).
Esos versos que has elegido del poema que he seleccionado son magistrales y, en mi opinión, todo un ejercicio de sinceridad y honestidad por parte de Agustín:
"Creí que hallaría,
cruzando el cielo,
al Señor del todo y la nada.
Y sólo encontré
puñado de moras
que de amor en mi mano sangraban".
Me lo quiero imaginar así, descansando con su puñado de moras de amor en su mano.
Gracias por tu tiempo, Jano.
Un beso.
¡Qué maravilla Las moras negras, Marisa! Gracias por traer aquí su memoria, sus letras y su historia. Un adiós muy sentido. Besos.
ResponderEliminarMARCOS CALLAU:
EliminarEs un adiós muy sentido para todos los que lo conocimos. Que sus letras perduren. Además de su poesía que te ha gustado, te recomiendo algunos artículos de él. Son menos líricos pero profundamente sinceros e impactantes.
Besos, Marcos.
Nunca olvidaremos a los que hemos amado y admirado, leìdo, gozado, llorado y aprendido.
ResponderEliminarAyer partiò Leonardo Favio un cineasta y cantante argentino un "Bello Ser", como seguramente lo ha sido Don Agustìn G. Calvo.
Mi padre se llamaba Agustìn, su nombre significa "consagrado por los augures".
Un abrazo querida Marisa.
ADRIANA ALBA;
EliminarNo sé si Agustín fue un augur e interpretó la voluntad de los dioses como en la antigua Roma. Si te soy sincera, creo que no. No se "casó" nunca con nadie, ni tan siquiera con los dioses. La única voluntad que interpreta era la suya y la de la libertad.
Precioso significado, sin embargo, el de su nombre, querida Adriana.
Siento la partida de Leonardo Favio. Descansen en paz los dos.
Mi cariño y un fuerte abrazo, Adri.
No tuve la oportunidad de conocer su obra antes, una lastima porque sus escritos son arte puro. Y nada, siempre duele cuando una persona de bien se va, más aun cuando es un pensador, un escritor o una mente brillante, y es que cada vez hay menos.
ResponderEliminarPero alegrate, hiciste un gran homenaje... y te ves bien en tu nueva fotografia :)
SYD:
EliminarSi tienes curiosidad sobre él te dejo la página de su propia editorial:
www.editoriallucina.es
Allí no solo encontrarás su producción sino también un enlace a su blog -realmente interesante- donde se recopila en formato escrito y oral muchas creaciones de Agustín.
Un beso enorme, querido Syd.
PD: gracias por lo de la fotografía ;-)
Marisa:
ResponderEliminarSentido homenaje, bien merecido¡
En realidad no lo conozco, voy a entrar al enlace que dejaste en el comentario anterior, no puedo perderme tanta sabìduria y sensibilidad.
siempre estarà presente quièn no se olvida.
besos amiga
NORMA RUIZ:
EliminarNo creo que te defraude el enlace anterior. No esperes encontrar nada convencional, Agustín tenía su estilo propio, ajeno a convencionalismos. Podremos estar de acuerdo o no con su filosofía de vida, pero de lo que estoy segura es que te hará reflexionar sobre muchas cosas, amén de su poesía que como poeta que eres te gustará.
Gracias por tu tiempo y muchos besos, Norma.
Creo que este homenaje que le rindes, además de merecidísimo por su obra literaria, te sale del corazón por compartir lugares comunes, las calles de Zamora. Confieso que no he leído nada de Agustín, así que ya va siendo hora de que lo haga por ser también paisano castellano leonés.
ResponderEliminarUn besito
CARMEN BÉJAR:
EliminarAgustín siempre ha sido muy cercano, no solo geográficamente sino por su forma de ser, pensar y sentir.
Es zamorano, por tanto, es una razón más para tenerlo en cuenta, pero es la de menor importancia. Me gustan las personas que son coherentes siempre -y el siempre es muy importante- con lo que dicen y piensan. Y Agustín era así, hasta las últimas consecuencias. Puedo estar en mayor o menor desacuerdo con él en algunas cosas -sobre todo en lo que respecta a algunos matices de lingüística- pero valoro y admiro a las personas que son fieles a sus principios. En cuanto a su poesía, si no has leído nada de este autor, te recomiendo que empieces por ahí. En comentarios anteriores he dejado varias veces el enlace a la página de su propia editorial y a su blog, donde podrás acceder sin dificultad a su obra.
Un beso, Carmen.
Recuerdo verlo por los pasillos de la facultad de filología en la Complutense. Solía ir con una cartera de cuero ya gastada. No lo tuve de profesor, eran ya sus últimos años de docencia y creo que se dedicaba sobre todo a los alumnos de filología clásica. Reconozco que el Latín siempre fue un caballo de batalla duro para mí. Cuando le veías por la facultad daba la sensación de ser una persona absolutamente libre, tanto en su aspecto como en su actitud. Envidiable en los tiempos que corren.
ResponderEliminarRecuerdo verlo por los pasillos de la facultad con su cartera de cuero gastada. No lo tuve de profesor, eran sus últimos años de docencia y se dedicaba, creo, a los alumnos de filología clásica. Cuando lo veías caminar por la facultad, los alumnos éramos multitud, daba la sensación de ser un hombre libre tanto en su aspecto como en su actitud. Envidiable en los tiempos que corren.
ResponderEliminarG.:
EliminarTú también lo tuviste cerca por unos años... Cuánto diría esa cartera de cuero gastado si pudiera hablar... pero ya por sí sola dice mucho de Agustín...
Sí, es realmente admirable defender siempre la libertad cueste lo que cueste, y ser coherente con tus principios.
Descanse en paz.
X
En este homenaje, en este desafortunado día en el que ha desaparecido una mente privilegiada, Marisa, sólo mi recuerdo, mi admiración y mi felicitación, por haber escrito este recuerdo de Agustín, al que tuve el honor de conocer cuando el represor y asesino de España le expedientó y tuvo que dejar la docencia.
ResponderEliminarPodrá haberse realizado algún otro recordatorio de Agustín pero como el tuyo, Marisa, dudo mucho que lo haya hecho porque tú lo has sentido y, algún bien o mal pensador, lo habrá realizado por otros motivos.
Un fuerte abrazo, querida Marisa.
ANTONIO CAMPILLO:
EliminarSe podrá decir más alto de como lo has dicho, Antonio, pero no más claro. Los docentes, quizás, sintamos ese salvaje atentado a la libertad de cátedra y de ideología que sufrió Agustín -y Aranguren y Tierno Galván-, como más cercano porque cualquiera de nosotros pudo ser él.
Mi cariño y mi abrazo, Antonio.
UN poeta de estatura, Agustín García Calvo. Con el cual se simpatiza aún más, pues hizo parte de la resistencia, contra el falangista FRanco, que puso en el atraso y la coyunda a España. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarCARLOS AUGUSTO PEREYRA MARTÍNEZ:
EliminarCreo que Agustín siempre dijo e hizo lo que quiso y pensó, con voz alta y firme, literaria o política, pero fieramente humana.
Un abrazo, Carlos.