Niceto de Zamacois
NICETO DE ZAMACOIS
TESTAMENTO DEL
GALLO PITAGÓRICO
Bilbao,
Vizcaya, España 1820 - México, D.F., México 30 de octubre de 1885. Fue un historiador, periodista, novelista y poeta
español, emigrado a México en 1840, en donde murió a los 65 años de edad
después de hacer importantes contribuciones historiográficas y periodísticas a
su país de adopción, además de haber publicado también novelas, poesía, ensayos,
teatro y traducciones. En 1855
publica la obra que nos ocupará: Testamento del Gallo Pitagórico, obra
mordaz y satírica sobre la política y la sociedad del México de su tiempo pero
muy actual en sus postulados e incluso extensible para los aconteceres
políticos de nuestro país.
Esta obra está inspirada en la que publicó Juan
Bautista Morales en México entre 1842-1844,
El
Gallo Pitagórico, crónica
político- satírica de enorme éxito y reeditada en numerosas ocasiones.
Las excelentes litografías
que incluyo son de Plácido Blanco, Joaquín Heredia, y Casimiro
Castro pero no pertenecen a la obra de Zamacois sino a la de Juan Bautista
Morales; esta fue la primera gran obra que se ilustra con caricaturas políticas.
Comencemos con la primera
página
de este libro. La finalidad de esta obra, el
mismo Zamacois nos la indica en este
espacio, despertando ya la primera sonrisa:
TESTAMENTO DEL GALLO
PITAGÓRICO
OBRA SATÍRICA,
JOCOSA, CRITICA, BURLESCA Y DE
CARCAJADAS, ESCRITA
PARA ESCARMIENTO DE PICAROS Y
REGOCIJO DE HONRADOS.
S U A U T O R:
Niceto de Zamacois
MEXICO.
TIPOGRAFÍA DE
VICENTE SEGURA, CALLE DE CADENA NVM. 10,
1855
En la dedicatoria a un amigo encontramos una excelente definición de lo que es la sátira, fruto de aconteceres políticos que a más de a uno nos
recordarán a algo cercano…:
A MI PREDILECTO AMIGO
D. SEVERO MARÍA SARDANA.
DEDICATORIA
La sátira se escribe con la sonrisa en los labios y la amargura en el corazón; pues solo cuando este está desgarrado por el dolor de
ver los males incurables a que han conducido los aspirantes
de la nación, debe coger la
pluma para exprimir sobre el papel, permítaseme la expresión, las hondas penas
del alma.
Y ya en el capítulo 1º nos encontramos con la carta del menú que
degustaremos: este mundo es una gran casa
de locos, incluidas las excepciones…:
Este mundo es una gran casa de locos (salvo ninguna excepción)
donde el más loco es aquel que da en la locura de tener por cuerdas las máximas
de ellos. Los hombres más sabios no son más que unos orates con lúcidos
intervalos que al cabo dan a conocer su locura aún a los de cerebro más mal
arreglado, como el burro que se disfrazó con la piel de león, y que al fin vino
a descubrir lo que era por no poder ocultar sus borricales orejas.
Pasemos a las presentaciones, al
capítulo 2º, a conocer al gallo en cuestión, reencarnación del mismo
Pitágoras y filósofo-pedagogo sin igual…:
Estas reflexiones hacía yo una
noche (…) consideré que ninguna persona humana podía llegar a la ventana y
menos caber detrás de ella; pero venciendo al fin mi natural terror, corrí
apresuradamente, y con asombro vi ni más ni menos que un hermoso gallo,
pronunciando mi nombre, con el mayor afecto, y que tendiéndome una de sus patas,
con la misma franqueza con que se tienden la mano dos buenos amigos, y de
penetrar en mi cuarto, donde se colocó sobre el palo de una silla que estaba en
frente de la mía, tuvo conmigo el siguiente diálogo.
— Dos objetos son los que me
han traído: el primero el de enseñarte a que no tengas por locos a los
grandes hombres, que no comprendes, como Pitágoras, y que la locura existe en
tu cabeza de chorlito que no
concibe lo maravilloso y sorprendente
El segundo objeto de mi visita es hacer mi
testamento, y que tú lo publiques donde mejor te parezca (…)
Figúrese el lector cuál
sería mi asombro al escuchar hablar de esta manera al mismísimo Pitágoras bajo
la forma de un gallo.
Atención a la siguiente
receta de cocina de la que nos previene el gallo en el capítulo 3º: indigestión asegurada si se trata de cocineros políticos…:
Tan difícil como hallar la
cuadratura del círculo,
seria encontrar en estos tiempos un solo hombre, de esos que están al partido
que vence, que no proclame la libertad, que es la salsa con que se guisan todas
las revoluciones con provecho de los cocineros políticos que se reproducen
como la langosta, y que guisando al pueblo ya monárquicamente, ya a la
republicana, le dejan perecer de hambre, apoderándose ellos, así que otros
han derrocado al que mandaba, de la tajada de los empleos.
La
sinceridad del gallo con respecto al desempleo es de admirar; nadie hay más prójimo de sí
mismo que uno mismo…:
Olvida aquella sublime máxima: no quieras para otro lo que no quieras
para ti; porque yo no quisiera que el empleo que me correspondiese
por merecimiento, me lo quitaran a mí para dárselo a quien no lo
merezca; pero quiero que con estas mismas circunstancias se lo quiten a otro y me
lo den a mí que prójimo por prójimo, nadie más prójimo mío que yo mismo, y
siempre yo.
Lo que dice
el gallo a continuación ¿es realmente un consejo para los
políticos o una advertencia para el pueblo? Juzguen
ustedes…:
Siempre que anheles subir
al poder, halaga al pueblo proclamando sus derechos, porque él será el escalón único que te
coloque donde deseas; pero cuando hayas conseguido tus fines arrincónale como
se arrinconan los andamios después de concluido el edificio, pues tu pueblo
no es más que una máquina que se mueve a merced del último que le toca.
En la
política, el medrar y el tener honor son completamente incompatibles a los ojos
del gallo pitagórico:
Si quieres medrar, echa la vergüenza a la espalda, y arroja
de tu corazón el honor como una carga que te impide caminar por el sendero
de los destinos; y si el que está en el poder exigiere de ti los más bajos
servicios, obedece solícito, que muchos de los que ves figurar han
desempeñado el mismo cargo para conseguir los empleos que tú envidias.
El gallo
propone como carrera de futuro la licenciatura del equilibrismo político utilizando como contrapeso el erario nacional:
Si quieres que te reciban con aprecio en la sociedad, en vez de estudiar
filosofía y leyes, estudia el arte de no perder el equilibrio en política,
siendo siempre tu contrapeso el erario nacional, cuya plata la colocarás en el
bolsillo izquierdo y el derecho, para nivelar e! peso y quedar siempre de pies.
Que estén
atentas las sanguijuelas del erario público porque pueden seguir vampirizando a la nación
ya que la horca solo se hizo para los ladrones pequeños, no para los grandes:
Si alguna vez logras mirarte en el poder, no olvides que la fortuna es
calva, y que al fin se te escapará de las manos; para que antes que tal suceda,
te pegues al pecho de la patria que es el erario, y chupes sin descanso
cuanto puedas; que aunque después te llamen ladrón por detrás, te elogiarán
por delante, y nadie te ahorcará, pues la horca aunque se hizo para los
ladrones, no fue para los grandes sino para los chicos.
Después de
criticar todo lo criticable desde el punto de vista político, el gallo llega al
capítulo 7º. Buen momento para que se moje las plumas desvelándonos qué sistema
de gobierno es el mejor. Me
permito solicitar la mayor atención al lector sobre la respuesta de nuestro
gallo porque a pesar de sus más de 150 años de antigüedad, es lo más actual y cuerdo
que se puede proyectar a los últimos tiempos de nuestro querido país:
_ Y a vos, señor gallo, ¿qué sistema de gobierno os parece el mejor?
—Cuando los gobernantes aman su patria, todos; cuando tratan de
engordar sus bolsillos, ninguno; aunque para los aspirantes todos son
iguales; o mejor dicho, el único bueno para ellos, es aquel en que han
logrado servir a la patria percibiendo de ella un buen sueldo por no hacer
nada. Mas si algún día viendo que el ser hombre de bien, solo te trae, como
sucede siempre, persecuciones, miseria y hambres, aprende de memoria las
máximas que cada uno de los patrioteros sigue, porque ellas son las únicas que
acatan todos aquellos que quieren vivir a expensas de sus conciudadanos, sean
de la opinión política que fueren, que yo voy a tratar de darte a conocer
lo que son todos esos falsos políticos.
—Os escucho, señor gallo, con la atención que un tierno amante
suele oír las palabras de amor de una hermosa.
Le toca el
turno a lo que nuestro gallo llama empleomanía, entiéndase por nepotismo, es decir, el
favorecer a alguien -especialmente de la
familia- para que ocupe puestos públicos,
remunerados con dinero público y sin que se haga público…También muy actual…:
(SOBRE LOS EXALTADOS)
_ ¡Ay, amigo mío! los falsos patriotas que abundan en todos los partidos,
no son más que sanguijuelas del erario nacional: la empleomanía está tan en
moda en todo el mundo, que ya es una epidemia mil veces peor que el cólera
morbo, que aflige al cuerpo social; sí, la empleomanía, como dice un periódico
oficial titulado el Progreso, es la sarna de la sociedad. Una nube de
pretendientes envuelve a los gobernantes durante su permanencia en el poder:
por todas partes tropiezan con hombres que los acechan con el sombrero
en una mano y el memorial en la otra. (…) son infinitos los parásitos del
erario; son infinitos los vampiros del pueblo.
—Es mucha verdad; para poder contentar a todos, sería preciso que
respecto a empleos, se reprodujera diariamente el milagro de los panes y de los
peces; pues todo aquel que solicita y no alcanza, se convierte en enemigo
del gobierno.
—Sí; pero sería necesario también que, para poder complacer a todos,
se reprodujera el mismo milagro respecto al tesoro público.
Nuestro
gallo tiene muy claro lo que es un hipócrita político: el que defiende al clero y a la Iglesia pero
toman de ellos lo que puede, el defensor de adorar únicamente a Dios pero
doblándose de rodillas ante los poderosos para conseguir beneficio propio, el
que critica el despilfarre de otros gobiernos pero él aniquila el erario
nacional a la vez que arruina al pueblo recargándole de contribuciones.
Esto último, lector, me ha llegado al alma, quizás también pitagórica, como la
de nuestro gallo. Óiganle, que no lo digo yo, lo dice él:
(SOBRE LOS CONSERVADORES)
El que trata de no arriesgar el todo por el todo, y prefiere una vida
patriarcal y libre de zozobras, a una de agitaciones que, aunque puede producir
más si es favorable la fortuna, puede, si es contraria, dejarle en la misma
miseria de que anhela salir, filiese en el partido Conservador, esto es,
hágase hipócrita político; y aunque sea más hereje que Calvino, predique la
observancia del Evangelio, defienda al clero y los bienes de la iglesia, a la vez que de de uno y otra coge lo que puede; diga que en las
escamas de los peces de cierta iglesia, se ha aparecido la imagen de la Madre
de Dios, aunque no lo crean. (…) la gente devota a quienes engaña, le prestan
su protección y le tienen por un santo. El hipócrita político, esto es, el
conservador, aun cuando la fortuna le sea contraria, siempre tendrá seguros,
torta, vestido y casa; y si sabe hacer bien la barba á las monjas y á los
guardianes, fácil le será llegar a mayordomo de monjas, donde se puede meter
la mano hasta el codo sin que se note falta alguna en las arcas.
—Excelente partido para asegurar un porvenir descansado.
_(…) Predica honor, y se humilla ante el poderoso: proclama la verdad, y
adula e inciensa a los que mandan: dice que a Dios únicamente se debe
adorar, y dobla la rodilla ante los hombres cubiertos de falso oropel, casi
divinizándolos en sus escritos: asegura que todo lo del mundo es falible, y
ataca sin compasión a los que osan hacer alguna advertencia a los que
reconoce por señores: llama pompa vana a todo lo del mundo, y se arrastra por
el suelo para conseguir un título de nobleza, una cruz de alguna orden, y
plumas y mantos de caballero; habla contra los despilfarres da otros
gobiernos, y él aniquila el erario nacional, pegándose al pecho de la patria y
chupándola sin compasión, a la vez que arruina a los pueblos recargándoles de
contribuciones.
—Ya veo que todos los partidos tienen en su seno hijos que les hacen
más daño que si fueran realmente de otra opinión: hombres que solo tratan
de vivir a expensas de los buenos, y que no tienen más patria que su
bolsillo.
¿Y qué les parecería vivir a expensas de la
raza entera de Adán? Nuestro gallo pitagórico les da la fórmula
magistral a todos aquellos que opten por la vía política:
(SOBRE LOS MODERADOS)
El que sin tener opinión ninguna trata de quedar siempre guardando el
equilibrio y sin caer jamás sino de pies, se hace moderado y se coloca
en el justo medio; esto es, en el alambre de la maroma política,
desde donde con una mano agarra al conservador para ver lo que de este coge, y
con la otra se afianza de los exaltados para ver lo que pesca, sin declararse
enemigo de nadie. (…) Así logra sin ruido y sin estrépito, y sin llamar
la atención de envidiosos, ir subiendo de puesto en puesto, de empleo en
empleo, y de destino en destino, viviendo en armonía con todos los partidos, y
chupando constantemente del erario
nacional; pues así logra que pase por patriotismo y política, lo que no es
más que un refinado egoísmo. Eso se llama estar al sol que más calienta: ser
amigo de todos y de ninguno, y vivir a expensas de la raza entera de Adán.
(…)
El gallo
filosófico no quiere que nos perdamos en divagaciones así que llega a unas conclusiones sobre lo expuesto: la doctrina
del adular es la
panacea:
-¿Quiere decir que todos los hombres son lo mismo?
- Sí. (…) Para medrar saben muy bien, tanto aspirantes,
exaltados, conservadores, monarquistas como moderados, que es preciso, ante
todas cosas, ser adulador, y hacer la barba a los superiores; pues de esta
manera se llega de un simple criado a un amigo, del amo; de galopín a camarista;
de portador de esquelas, a secretario de ministro y de lego a mayordomo.
- ¡Excelente doctrina!
Por último,
lanza su más preciado quiquiriquí: la libertad del pueblo y del individuo para poder
alcanzar la felicidad:
—Por lo que veo, señor gallo, vos no sois de ningún partido, pues de
todos habláis mal. (…)
—Yo pertenezco al partido liberal.
— ¡Al partido liberal!
—Sí; al partido liberal; porque la libertad es la garantía de todo
ciudadano, y la valla que contiene los desmanes del que manda: la libertad da
al hombre todos los derechos que el Hacedor le dio al criarlo, y que los
tiranos por tanto tiempo se los usurparon, condenando al hombre a ser esclavo
de los caprichos del trono; la libertad defiende al honrado ciudadano de la
injusticia del poderoso, y condena al malvado, aun cuando pertenezca a la clase
mas distinguida; porque la libertad le concede a cada hombre el derecho de
pedir justicia, haciéndole, ante la ley, igual en un todo el mayor de la
tierra: una nación sin libertad jamás será feliz.
Estas bellas
y últimas palabras del gallo pitagórico se me antojan como el antídoto de
muchos males que se suceden día tras día después de cada quiquiriquí matutino
que ya ni tan siquiera oímos o queremos oír. No hablo exactamente de política.
Hablo de libertad.
Lo que empezó como picaresca hace 150 años ahora se ha convertido en demencial de tan extendido.
ResponderEliminarMe quedo con algunas ideas para releerlas con calma y meditar, pero me encanta la parte del burro que se disfrazó de león y se le acabaron viendo las orejotas de burro, ¡burro!.
También es memorable la frase que cita la horca para los ladrones pequeños, no para los grandes.
Absolutamente vigente, a pesar del tiempo.
Un placer Marisa
INOCENCIA MONTES:
EliminarHace más de siglo y medio, México lo estaba pasando muy mal debido a la política nefasta que padecía. Tanto el mexicano Juan Bautista Morales como el vasco Niceto de Zamacois, denunciaron todos los males que, subjetivamente, padecía la nación. Males que, a pesar del tiempo transcurrido y el espacio que nos separa con este país, desgraciadamente, no nos son ajenos.
Me alegro que te hayan divertido las dos citas que dejas. La del burro disfrazado de león que no puede esconder sus borricales orejas, es muy cotidiano en nuestro país. Y no te digo ya lo de la horca hecha para los ladrones pequeños y no para los grandes...
Cuando leí este libro me quedé perpleja de su actualidad. Creo que los males políticos son atemporales, más bien epidémicos.
Gracias por tu tiempo y encantada de que te hayas divertido.
Un beso.
Todo un ejercicio de espeleología literaria: un autor desconocido, pero interesantísimo y, lo que es peor, de una lamentable actualidad, pues se ve que los vicios de la cosa pública parecen ser eternos (léase a Quevedo, por ejemplo).
ResponderEliminarLas ilustraciones divertidísimas y la definición de sátira es para ponerle marco.
Saludos dominicales y lluviosos.
AG
ALBERTO GRANADOS:
EliminarSí, espeleología en la Biblioteca Nacional de España...
Niceto de Zamacois no es muy conocido y es una lástima. Yo no sabía nada de él hasta hace aproximadamente un año, cuando me encontré con esta joya literaria a través de las citas de otra obra mexicana. De hecho, me ha costado encontrar una "imagen" de él, cosa insólita en San Google.
Efectivamente, la obra -que recomiendo por su amenidad- es sorprendentemente actual. Esa fue la 1ª valoración que le hice cuando me topé con ella -después de una carcajada, naturalmente-. Sí, los vicios políticos son eternos, Alberto. "Miro a los muros de la patria mía", y no los hallo más que desmoronados...
Las ilustraciones no pertenecen a la obra de Zamacois -no tiene ilustraciones- sino a la de Juan Bautista Morales, en el autor en el que se inspiró y que su obra fue la 1ª que incluía caricaturas políticas mexicanas. Las necesitaba para que pudierais digerir mejor las largas -pero exquisitas- citas que os dejo. Aunque, realmente, son maravillosas.
Gracias por tu tiempo, amigo, y celebro que esta vez Blogger no haya hecho de las suyas con tus comentarios.
Disfruta de esa lluvia mozárabe y un abrazo.
Qué curioso, Marisa. Y cómo me ha gustado la alusión y definición de la sátira. Besos.
ResponderEliminarMARCOS CALLAU:
EliminarComo dice mi amigo Alberto en el comentario anterior, esa definición de sátira es para ponerle marco, sin duda.
Un beso, Marcos.
La sátira es de las pocas armas que nos quedan cuando casi todo se ha perdido ya. En un mundo en el que no queremos dedicar tiempo al análisis de la realidad y nos quedamos con una frase que pretende resumirlo todo, quizás sea la forma de llegar dentro.
ResponderEliminarUna entrada espectacular.
Besos
PILAR:
EliminarEsa sonrisa en los labios y esa amargura en el corazón, son la pluma y el papel necesarios para la sátira. Niceto de Zamacois no lo pudo definir mejor.
Yo creo que, después de la denuncia viene la sátira. Y actualmente es lo que está ocurriendo en nuestro país. Por cierto, las tuyas referidas al análisis de la realidad siempre me parecen muy atinadas y elegantes, Pilar.
Gracias por tu tiempo y encantada de que te haya gustado.
Un beso.
Que bueno, que oportuno y que divertido. Gracias por hacernoslo conocer. Un abrazo
ResponderEliminarMARIANO SANZ:
EliminarSi me permites la valoración, Mariano, las sátiras políticas que realizas no tienen nada que envidiarle a las de Zamacois. Eres muy bueno en el género y, de hecho, cuando transcribía las citas de este autor para esta entrada, no he podido evitar recordar algunas palabras de esas "Cartas al Presidente".
Celebro que te haya gustado y te recomiendo la lectura de este libro, te gustará.
Gracias por tu tiempo y un fuerte abrazo.
Leyendo al gallo pitagórico, a uno se se antoja vivir aún en aquellos tiempos. Un abrazo.
ResponderEliminarDLT:
EliminarEfectivamente, Dlt, por ello he elegido esta obra, porque las lacras sociales se repiten, porque no aprendemos de nuestros errores, porque le damos una patada en la espinilla a la experiencia pasada y porque Don Dinero y Don Poder siguen teniendo una descendencia asegurada.
Un abrazo.
"Es evidente que los cambios realizados, los que están en vias de efectuarse y los que se exigen, nos conducirán, no solamente hacia un Estado propietario de la tierra, de los edificios y de las vías de comunicación, administradas y explotadas todas por organismos estatales, sino a la usurpación de todas las industrias. Las industrias privadas, incapaces de competir con el Estado, que puede disponer de todo según su conveniencia, desaparecerán paulatinamente, como ha sucedido con muchas escuelas libres en presencia de las oficiales. Y así, se habrá realizado el ideal socialista."
ResponderEliminarEs el pensamiento de Spencer (El hombre contra el estado), que leí hace mucho, y con cuyo pensamiento concido en mucho.
Si comparamos la monarquía con la democracia actual, vemos que el cambio es aparente.
Los "aristócratas" son los políticos y los gobiernos que se hacen seguir por ellos.
En definitiva, en muchos paíse estamos lejos de lo que debiera ser.
Un abrazo
ROBER:
EliminarAquí en España, la privatización se extiende peligrosamente y sin freno, especialmente en la educación y en la sanidad, en detrimento, obviamente, de las prestaciones sociales y públicas. El tsunami avanza arrollándolo todo a su paso, aunque en algún momento ha de parar y es entonces cuando habrá que hacer frente al desastre anunciado y reconstruir lo que quede en pie.
Gracias por tu tiempo, Rober.
Un fuerte abrazo.
Marisa, resulta estremecedor que un lúcido escrito de Zamacois publicado hace 150 años tenga vigencia y sea tan actual como la propia condición humana. Es cierto que comenzamos la lectura con una sonrisa, incluso con la curiosidad de conocer la sátira de un país que inauguraba su Independencia pero a medida que nos vamos adentrando en la reflexión un conocido y cercano sabor amargo y de esceptisismo nos invade. Zamacois nos lleva casi al borde de la desesperanza por lo que escribe y por lo que es el siglo XXI político pero nos salva su magnífico alegato sobre la libertad.
ResponderEliminarGracias Marisa por publicar esta entrada de Zamacois que desconocía y es una auténtica joya satírica y de análisis socio-político y que admite tantas similitudes.
Un abrazo
FELICIDAD BATISTA:
EliminarLo has dicho con mucha propiedad, Felicidad: esos males que critica Zamacois son tan actuales como la propia condición humana. Leyendo la obra sí que puedes tener la sensación de que el autor es catastrofista, pero el párrafo que tiene sobre la libertad es como esa paloma blanca que anuncia una próxima isla ante tanta tempestad.
Un abrazo.
En algún sitio he leído yo acerca del gallo pitagótico pero desconocía por completo su autoría y fecha de publicación. Fue divertido ir leyendo estas reflexiones, Marisa. Me encantó lo del prójimo y el desempleo, y también me hizo mucha gracia la forma en que se refiere a los moderados... Muy de actualidad toda esta sátira. Mis felicitaciones por la entrada.
ResponderEliminarBesos y feliz semana.
KINEZOE:
EliminarTienes muy buena memoria, amigo Kine. En diciembre del año pasado hice alusión a este gallo pitagórico, no el creado por Zamacois sino por otro autor que se inspiró en él y en Juan Bautista Morales -su originario creador-.
Sí, esta obra no tiene desperdicio en sus sátiras y en sus ironías, y, lo más sorprendente, cuando la leí me parecía estar leyendo un escrito completamente actual a pesar de su siglo y medio.
Gracias por tu tiempo, Kine.
Besitos y buena semana también para ti.
Marisa, ¡cómo me gusta cuando nos traes estas cosas que no se encuentran así como así. Me ha encantado este "Testamento del gallo pitagórico. Niceto de Zamacois". Es una joya. Y nos viene a demostrar que nada cambia, y que el ingenio humano es prodigioso. Lo he leído en dos veces porque es un poco largo, pero me ha encantado ¡y lo bien que queda de tu mano¡...sutileza a la vez que claridad e ingenio. Muchas gracias, Marisa.
ResponderEliminarHe recordado lo que dijo hace unos años una política francesa cuando la guerra de Irak, que mencionó a Pierre Cambronne para decir que todo era una "¡mierda¡"(Merde¡)...No lo dijo, pero lo dijo, y fíjate que bien lo dijo.
Un verdadero placer leerte siempre, Marisa.
Besos.
MARIÁN:
EliminarLa fuente es la Biblioteca Nacional de España. Hay verdaderas joyitas desconocidas u olvidadas, que gritan panoramas actuales y situaciones pasadas de las que debiéramos aprender. Pero ni un asno tropieza dos veces con la misma piedra; solo es capaz de hacerlo es humanito de a pie.
Gracias por tus generosas palabras y por tu paciencia lectora, querida Marián.
Muchos besos y buena semana.
¡Dichoso aquel que vea el mundo con los ojos de la sátira y no del desasosiego! Seguro que el primero es feliz y obtiene de lo que ve una lección sobre la vida inigualable.
ResponderEliminarUn beso
CARMEN BÉJAR:
EliminarCompletamente de acuerdo, Carmen. La sátira es un buen camino para empezar a reconocer -con una sonrisa en los labios- errores y defectos que se podrían subsanar con un poco de buena voluntad, empatía y profesionalidad.
Un beso.
Querida Marisa ¡Pero dónde has pillado a ese gallo pitagórico...! Yo quiero uno en la política nacional y autonómica porque "merecemos un Gobierno que no nos mienta aunque nos J... por los cuatro costados..." y unos Sindicatos que no coman en el gallinero del poder al que sirven oyendo "la voz de su amo" como perros sumisos y bien pagados.
ResponderEliminarHermana Marisa
mañana, que hay huelga,
no irás tú a la amiga
pero yo iré a la "escuela"
(...)
y yo me pondré mi bata ya vieja
sin sayo de palmilla,
con media de estameña...
Y yo de papel
Haré una librea
Teñida con moras
Porque bien parezca,
y una caperuza
Con muchas almenas;
Pondré por penacho
Las dos plumas negras
Del rabo del gallo,
Que acullá en la huerta (...)
Ese gallo que canta las verdades desde la noche de los tiempos...
Mañana no haré huelga porque mi bolsillo está bastante herido por la tijera pero, ante todo, por no dar pábulo a esos sindicaleros mendaces y rastreros que no representan a nadie y que ni siquiera llegan a la categoría de pollastres.
Pero me has descubierto a un personaje interesante y lo has presentado como siempre: ¡Magistralmente!
Un abrazo, Marisa.
JANO:
EliminarA este gallo lo he pillado en el corral de la Biblioteca Nacional de España. Su quiquiriquí me llamó la atención entre páginas de libros amarillas por el tiempo pero con olor a papel nuevo y actual.
Genial tu versión gongorina de "Hermana Marica...", jejje.
No, querido Jano, los sindicatos tampoco se salvan. "Fichan" de vez en cuando para justificar sus haberes pero esperan agazapados el momento adecuado de intervenir, de callar o de arengar.
Encantada de que te haya gustado el gallito en cuestión. No lo desplumaremos, queda indultado.
Un fuerte abrazo, Jano.
Mordaz, satírico, casi histriónico, pero de una ironía supina: tiene frases exquisitas. No conocia nada de él, por eso debe ser uno poroso y estar abierto a estas delicatessen que a veces aparecen en espacios como este; ja, licenciatura en equilibrismo político, que bueno!! Abrazos, Marisa.
ResponderEliminarPACO HIDALGO:
EliminarSí, Paco, la obra es una joyita si la aplicamos a los tiempos actuales. Por eso la he publicado. Lo que más me gusta es que el tono de arenga no existe y sin embargo la sátira punzante y clara hace sonreír, amargamente, como dice el propio Zamacois, pero denunciando todas las injusticias y tropelías de una clase política que parece atemporal.
Encantada de que te haya gustado. Habrá que proponer a Wert esa Licenciatura de Equilibrismo Político para nuestras universidades y aulas, jejje.
Abrazos y buena semana, Paco.
Hola, que tengas un lindo Viernes, un gusto pasar por tu magnifico blog, felicitaciones por tu buen trabajo, de manera cordial te invito a que visites El Blog de Boris Estebitan y leas un poema mio titulado “El corazón extraviado”
ResponderEliminarBORIS ESTEBITAN:
EliminarBienvenido al blog, Boris.
Gracias por tus palabras y encantada de que te guste lo que has ido viendo por este espacio.
Un cordial saludo.
Querida Marisa, por una vez, voy a ser tan parco como mi amigo Mariano.
ResponderEliminarExcepcional en su concepción, oportunidad, lección de cómo se realiza una crítica y pulcritud cuando de expresa una idea.
Un fuerte abrazo, querida Marisa.
ANTONIO CAMPILLO:
EliminarMuchas gracias, Antonio, el mérito absoluto es de ese gran desconocido -como tantos otros- escritor vasco, Niceto de Zamacois. Encantada de habéroslo presentado.
Un fuerte abrazo.
Yo compararía la sátira con el pataleo, no nos queda otra.
ResponderEliminarLa verdad es que da pena el panorama que tenemos, no aprenderemos en cabeza ajena, seguiremos cometiendo los mismos errores que, con anterioridad, han sufrido otros países.
Su obra sigue de actualidad.
Agradezco la dedicación de esta entrada y aprovecho para dejarte un fuerte abrazo con mis cariños.
Kasioles
KASIOLES:
EliminarBueno, la sátira te provoca la risa, y el pataleo el lloro. No creo que sea lo mismo pero entiendo perfectamente lo que has querido decir y además comparto absolutamente esa afirmación de que no aprendemos de nuestros errores. Los males políticos ,desgraciadamente, son los mismos en todas las épocas; se suceden, se repiten, se cometen, se padecen de la misma forma. Cuando leí esta obra, reí mucho con ella pero a la vez me embargó una tristeza suprema por ese laberinto político que atemporalmente padecemos.
Gracias a ti por tu tiempo, querida Kasioles.
Un beso.
MARTA C.:
ResponderEliminarGracias, Marta.
Esta obra, como tantas otras deliciosas, están en la Biblioteca Nacional de España.
No solo contiene verdades como puños, amiga, sino que a pesar de su antigüedad son dolorosamente actuales.
Gracias por tu tiempo y un montón de besos.
Mucha ironía en el gallo, pero muy actual, no lo sé en tu país, pero en el mío, es justito con sus definiciones. Si un presidente ama a su país, más que a su bolsillo, de cualquier partido que sea; sera buen gobernante.
ResponderEliminarmariarosa
MARIA ROSA GIOVANAZZI:
EliminarCreo que el mal que relata el gallo no tiene fronteras: el mal político es la ponzoña de nuestros días y de nuestras épocas. Estamos en un período de cambios, y creo que a nivel internacional.
Gracias por tu tiempo; Mª Rosa.
Un abrazo.
Hola Marisa. Creo que revisar este gallo es estar en presencia de una versión criollo de EL PRÍNCIPE de Maquiavelo. No queda otra.
ResponderEliminar-----
Según una de tus entradas del año 2010, y poniendole cuidado al escritor de ciertas notas pedagógicas para maestras de niñas publicado en 1914, veo que eres una "mujer inútil" y eso es algo muy bueno.
-----
El triángulo de las Bermudas nunca ha dejado de ser algo enigmático. Esta muy bien que hayas destacado en azul las transmisiones rescatadas. Me gusta ese método, se puede entrelazar así la ficción y la crónica sin que ninguna saque de cía a la otra. La cuentista argentina Luisa Axpe utilizaba ese método.
------
Los diálogos entre Red y Scarlet son una maravilla, es otro motivo para ver esa inmortal película. La vez que hice una entrada acerca de la misma lo tuve que hacer en TRES entradas. Creo que es la entrada que más me ha costado postear, pero me marcó como bloguero, si alguna vez te animas, te las recomiendo pues es un ramillete de anécdotas interesantísimas
-------
Me encanta tu avatar. La Helbur tiene un encanto tremendo, aunque esta película del desayuno con perlas no la he visto, pero si vi el de "Vacaciones en Roma" (Holly day in Roma) donde hizo su entrada triunfal en la pantalla grande, y "Mi bella dama" donde está maravillosa. Por cierto, en la sección CINE de tigrero, hay una entrada titulada DUELO A CUCHILLO POR EL OSCAR DE LA ACADEMIA donde se habla de la lucha que ella mantuvo con la Andrews, si puedes date una vueltica por allá, es una entrada de este año.
------
Bueno...Creo que para ser un desconocido he abusado de tu tiempo más de la cuenta. Besos y Saludos desde Venezuela.
ALÍ REYES H.:
EliminarBienvenido al blog, Alí.
La comparación que has hecho de "El gallo pitagórico" con "El Príncipe" de Maquiavelo me ha parecido de gran acierto; solo que Maquiavelo adoctrinaba a la monarquía, y Zamacois lo hace al Pueblo. Me los fines de ambos no son muy diferentes. Muy aguda tu observación.
Por otro lado, el repaso y lectura que has hecho a este blog, a entradas pasadas, algunas muy entrañables para mí, es toda una labor de interés por tu parte, por tanto, te lo agradezco y espero que las hayas disfrutado.
Visitaré tu espacio en breve.
Un abrazo.
No tenìa ni idea de quien era, pero me gusta aprender y vos llevàs en el alma la pedagogìa... y pensar que todavìa sufrimos vicios polìticos como hace 150 años atràs.
ResponderEliminarExcelente entrada Marisa, lo he leìdo en varias etapas, no me gusta comentar sin leer por completo el tema.
Besitos.
ADRIANA ALBA:
EliminarSí, querida Adriana, desafortunadamente las lacras políticas son atemporales.
Gracias por tu tiempo-
Un beso.
Sonrisa en los labios por el ingenio derrochado y su preciosista prosa; amargura en el corazón porque, como ya se dice en otros comentarios, hay males que parecen eternos: te quedas con la sensación de estar ante una humanidad incapaz de aprender de sus propios errores y dispuesta a seguir ya no tropezando, sino dando cabezazos contra la misma piedra.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Marisa
XIBELIUSS JAR:
EliminarRealmente ingenioso este vasco decimonónico, Xibeliuss. Imagino que la necesidad, el abuso de poder y la injusticia de ese México del siglo XIX le avivarían el ingenio. Y lo más increíble: algunos párrafos que escribe, bien pudiéramos decir que son de un crítico político de nuestro joven siglo. ¡Ay, ay, querido amigo, está demostrado que hay patrones políticos atemporales...!
Gracias por tu tiempo y un abrazote.