Fotografía: Marisa vegas
RETORNO AL CORAZÓN DE
SILOS
Tras
diecinueve años desde mi última visita, he hecho una escapada a Santo Domingo de Silos (Burgos). Ruta
de “la cuna del español”, ruta cuyos pasos, inexorablemente, te llevan junto a
esas piedras doradas, las del Monasterio
de Silos. Piedras que guardan celosamente los secretos más inconfesables de
la historia, piedras que llevan talladas el calor de los recuerdos de aquellos
que se acercaron a ellas y no pudieron olvidar la belleza lánguida de su mirada.
Reencuentro con el tiempo detenido.
Claustro
benedictino custodiado por fiel y literario guardián, por el enhiesto surtidor de sombra y sueño. Así
lo miró Gerardo Diego, así lo soñó su
alma sin dueño con ocasión de una
visita al monasterio, así inmortalizó la savia del ciprés de Silos que fue la tinta para su soneto:
Fotografía: Marisa Vegas
EL CIPRÉS DE SILOS
Enhiesto
surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Fotografía: Marisa Vegas
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Fotografía:
Marisa Vegas
Cuando te vi
señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
Fotografía:
Marisa Vegas
Atenta mirada te lanzan
los ojos del claustro, ciprés de Silos. Sesenta
arcos románicos te velan desde laudes
a maitines. Se oyen los lamentos de las figuras de piedra y sombra de la
cara interna de las cuatro pilastras
del recinto, de los discípulos de Emaús, al no poder contemplar la belleza del
árbol místico.
Fotografía:
Marisa Vegas
Figuras de piedra
entretenidas en la Anunciación y
Coronación de María. Ángeles sin
ombligo que el maestro escultor allá por el siglo XII consiguió que volasen sempiternos en el frío claustro de
Silos. Suspendidos en el tiempo, detenidos en un ángulo de la galería, enemigos
del Ángel Caído.
Fotografía:
Marisa Vegas
El
cielo de Silos no es azul, es un artesonado
mudéjar, vestigio de aquella Reconquista cristiana. Manos musulmanas ricamente
decoraron cerca de 700 figuras y escenas de la Castilla de los siglos XIV y XV.
Enemigos de fe, amigos del arte, padres todos ellos de la belleza
arquitectónica y escultórica de Silos. La paz siempre se ha escrito con la
pluma del arte.
Fotografía:
Marisa Vegas
Claustro
de doble planta levantada en tiempos del prior de San
Millán de la Cogolla, Domingo, quien
te restableció tu antiguo esplendor perdido bajo las razias de Almanzor y a
quien debes tu nombre y apellido: Santo Domingo de Silos. Tu hermano mayor es
el claustro inferior, levantado en
el siglo XI y comienzos del XII, mientras que el claustro superior nació a finales del XII. Ambos tuvieron maestros diferentes que te modelaron
con diferentes estilos pero que dejaron en ti las huellas de sus más exquisitas
enseñanzas.
Fotografía:
Marisa Vegas
Robustos
y ricamente decorados son los brazos que te sustentan. 120 columnas de doble fuste conforman tu cuerpo del claustro bajo,
engalanadas con los brazaletes de 64
capiteles diferentes donde la figuración y ornamentación románica no
encontraron espejo que reflejara mayor belleza.
Fotografía:
Marisa Vegas
Animales
quiméricos, grifos, leones, arpías, centauros y aves fabulosas
moran tatuados en el silencio de tus capiteles escribiendo su propia historia,
sueños esculpidos del maestro escultor.
Fotografía:
Marisa Vegas
Toda clase de elementos vegetales trenzan también la
corona artística de tus columnas. Laborioso entusiasmo de aquel que perpetuó una
belleza condenada a la eternidad.
Fotografía:
Marisa Vegas
También escenas bíblicas y evangélicas escritas
con la caligrafía de la piedra se detienen en tus capiteles bajo la silenciosa
mirada de tu Ciprés, atento discípulo de tus lecciones figurativas.
Fotografía:
Marisa Vegas
Mirándote frente a frente,
Ciprés de Silos, está el campanario del
monasterio, compitiendo contigo por ser la saeta más afilada que consiga
acariciar ese cielo de espiritualidad. Sus campanas son las palabras indelebles
y monótonas que marcan el camino de las horas de rezos de los monjes
benedictinos. Enhiesto reloj de la oración.
Fotografía:
Marisa Vegas
Al oeste del claustro,
allá por donde el sol va buscando la noche, se encuentra la iglesia del monasterio. La paz de tus
laberintos de piedra se impregna con el eco del canto de Gregorio Magno. Monjes
de Silos cantando a Dios en vuestro
corazón (San Pablo).
Fotografía:
Marisa Vegas
Pero
antes de llegar al canto, observo que un soporte central -el único-
no está formado por fustes quíntuples, sino que el del lado norte es cuádruple y torsado. ¿Firma distintiva
del maestro escultor? En mi retina se me antoja una metamorfosis del tronco de la piedra y el tronco del Ciprés de
Silos: ambos compitiendo por la belleza, escultórica y natural, respectivamente.
Botica
de Silos
El monasterio de Silos no
solo fue un centro para sanar el alma sino también para sanar el cuerpo. Entro
en la botica y rebotica. Los monjes
crearon un hospital y una leprosería familiarizándose así con la Botánica. Se
creó en 1705 y disponía de su propio
jardín botánico, laboratorio farmacéutico y biblioteca especializada con 400 volúmenes
de entre los siglos XVI al XIX.
Botica
de Silos
Se conservan 400 jarros de loza con el escudo del monasterio, anaqueles con sus
tarros para las pócimas y remedios, hornos, retortas, alambiques y demás
instrumentos para la alquimia. Palpo en el aire las horas de investigación y
experimentación pasadas por esos monjes en este lugar, su ciencia basada en un
magnífico Dioscórides de 1525 con
espléndidas ilustraciones de animales y plantas, joya bibliográfica de obligada
consulta par los monjes boticarios del monasterio.
Fotografía:
Marisa Vegas
Salgo de la botica y
tropiezo con la labor de los monjes
copistas medievales de Silos. No solo perpetuaron el saber de la época sino
que, amanuenses infatigables a la luz de una vela, iniciaron tímidamente el
recorrido que seguiría el latín que hablaba el pueblo, el incipiente
castellano, cuya primera muestra de esta lengua la encontramos en las glosas silenses (siglo X-XI) aparecidas
en este monasterio como su adjetivo indica. Miniaturas y dibujos en rojo, negro
y azul, fundamentalmente, ilustran los casi 160.000 ejemplares que conforman su
biblioteca, solo accesibles para los
huéspedes e investigadores que lo soliciten. La cultura, como en la época
medieval, perdónenme, la Iglesia la sigue vetando en sus estanterías de madera
como elemento de poder. Allí duermen y envejecen libros callados y petrificados
como las piedras de ese claustro. Celosa de curiosidad no satisfecha, me dirijo
a la iglesia.
Interior
de la iglesia del monasterio
En el interior de la iglesia del monasterio de Silos la paz reposa, el
silencio se escucha. El recinto sagrado permanece en penumbra, solo está iluminado el altar que espera pacientemente a
esos monjes y sus partituras gregorianas. Solo se oye la voz de mi interior. El
ambiente se sumerge en la Edad Media
y en el más puro Romanticismo, aun
más cuando un anciano benedictino nos invita a visitar los fosos de la iglesia donde se hacen excavaciones de restos arqueológicos. Desciendo por una
escalera en una completa oscuridad solo violada por la luz de mi teléfono
móvil. Mi imaginación exaltada me lleva al descenso a los infiernos de Dante,
divina comedia. Tras observar sarcófagos de piedra, capiteles figurativos y
plantas de construcciones anteriores a la edificación de la iglesia, asciendo de
nuevo a ese recinto solitario y de acústica perfecta.
Antifonario
con canto gregoriano
En silencio van saliendo
los monjes como si lo hicieran del mundo de ultratumba, colocándose a ambos lados del altar. El canto gregoriano va a dar comienzo. El latín no tuvo una expresión musical
más sublime. Ya la primera nota haría estremecer hasta al mismo Diablo, la
última, ya me ha trasportado al Paraíso.
Disfrútenlo como lo hice yo:
Todas
las fotografías son de mi autoría exceptuando las dos últimas y las dos
referentes a la botica del monasterio, que han sido extraídas del buscador de
imágenes de Google.
Solo lo he visitado una vez , hace ya cerca de 50 años, también recuerdo que en ese viaje probé el mejor cochinillo de mi historia.
ResponderEliminarHas conseguido re- crear buena parte de mi juventud con tu relato ,¿ relato? ,¡No! hermoso y documentado reportaje. . Lo he leído dos veces, la segunda vez , parando, recreando, pensando, mirando y viendo tus hermosas fotos, absorbiendo tu sentido narrativo,¡gracias por ello!
Besos.
ANDRÉ DE ÁRTABRO:
EliminarYo hace casi 20 años que no había vuelto a él y noté ciertos cambios, así que si tú regresas después de 50, creo que notarás aún más.
No solo el cochinillo, Andrés, la miel de Silos y sus aguardientes son una verdadera exquisitez.
Encantada de haberte trasportado a años atrás y de que te haya gustado este viaje.
Besos, Andrés.
Desde la distancia, en tu texto, y en el poema de Gerardo Diego (soneto), me deslumbra la imponencia del Monasterio de Silos. Qu{e hermosos capiteles en profusidad de adornos, y hermosas las columnas en su desnudez. TU pluma {agil y descriptiva para esta cr{onica de un claustro, donde es magnificente el esp{iritu hiier{atico de sus espacios. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarCARLOS AUGUSTO PEREYRA MARTÍNEZ:
EliminarEl claustro del monasterio de Silos es una auténtica joya arquitectónica y escultórica, Carlos. No me extraña que te deslumbre porque yo cada vez que lo veo quedo igual de impresionada que la primera vez.
Y ese canto gregoriano con la acústica del monasterio -sin ser muy creyente y mucho menos practicante- te trasporta el alma-espíritu-mente-corazón a regiones insospechadas, te descubre estados anímicos que ni tan siquiera sospechabas que existían en ti. Es difícil de explicar.
Encantada de que hayas disfrutado de fotografías y textos.
Un fuerte abrazo, Carlos.
Una visita muy interesante Marisa. Un recorrido ameno coranado por unas imagenes muy acordes con el texto. Saludos
ResponderEliminarINOCENCIA MONTES:
EliminarSi tienes ocasión de visitarlo, hazlo porque no te arrepentirás.
Me alegro de que te hayan gustado las imágenes y el texto.
Un abrazo.
Ufff, pues yo hace también muchísimos años que lo visité, pero con el estupendo reportaje tuyo, y con las excelentes fotografías que nos traes, como si estuviese ayer. Me impresionó la soledad de su claustro, con ese ciprés del poema de Gerardo Diego y la belleza de sus capiteles historiados y de los relieves de los machones de las esquinas, con esa duda de Santo Tomás. Excelente post, Marisa. Abrazos.
ResponderEliminarMARTA C.:
ResponderEliminarQue ese momento que mencionas nos llegue a todos lo más tarde posible. Pero sí, no debes perderte la belleza artística del monasterio de Santo Domingo de Silos. Son imágenes que jamás se borran de la retina y se instalan para siempre en el corazón de la memoria.
Muchos besos, Marta.
Te cuento..., estudié en un colegio de Zaragoza que tiene ese nombre y nos enseñaron la vida de Sto Domingo de Silos cantado :)... Luego resultó que uno de los amigos de 1º de Historia se hizo monje benedictino en Sto Domingo de Silos. Lo he visitado varias veces y además gracias a mi amigo (ahora ya no está allí (está en Madrid) he visitado zonas que nadie visita.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada.
Besos!!
LAURA UVE:
EliminarLos que me conocen saben que un rasgo que define mi personalidad es la curiosidad por lo que parece interesante, y esos lugares vetados al público que has visitado en el monasterio de Silos me resultan más que interesantes, Laura. ¿Podrás desvelarlos para saciar mi innata curiosidad?
Encantada de que te haya gustado la entrada.
Muchos besos.
Sin dudas que la cadencia cristalina de esas voces nos transportan a un sitio muy parecido al paraíso; bueno, infiero que el paraíso es un sitio exclusivo para cada uno, puesto que ese es el problema de la humanidad... No poder imaginar un paraíso que nos cobije a todos.
ResponderEliminarGracias por el viaje, en principio. Me encantó este paseo por la historia, la historia que se mezcla con las huellas del arte y esas figuras del pasado que emergen de la pared para ser Siempre. Maravilloso es el jardín que parece un laberinto de baja estatura y celebro la delicadeza de tu pupila en la foto que pone en perspectiva al tronco del ciprés y el tronco de piedra. Me emocionó mucho esa parte.
Muchas gracias por compartir este increíble luz. Yo vivo en la Patagonia argentina, un sitio que recién fue poblado (a base de matanzas a los pueblos originarios) por la cultura hispanoamericana -mal llamada civilización- recién a finales del siglo XIX. Por tanto no hay huellas de tanta historia, por eso -quizas- doblemente me conmueve esta entrada.
Besos.
Nos estamos comentando.
JUAN OJEDA:
EliminarEl Paraíso o el Infierno son dos lugares, en mi opinión, que solo pueden ser creados por cada uno de nosotros. Solo existen en nuestro interior.
La fotografía que has elegido es una que también a mí es de las que más me gustan. Esa columna con fuste cuádruple torsado se me antojó como una imagen similar al tronco del ciprés.
Entiendo que en Hispanoamérica esas huellas medievales no existan. Además, los colonizadores se encargaron de destruir mucha parte de vuestra cultura artística anterior a su colonización. Sí, querido Juan, habría un gran debate detrás de lo que se considera "civilización".
Muchos besos.
Querida Marisa: has hecho un trabajo estupendo. ¡Qué difícil es escribir un reportaje tan completo, lleno de sensibilidad y de ideas ta certeras. Creo que sabes que mi esposa es sobrina de Gerardo Diego. Yo me casé con ella un año después de morir su padre (Marcelino), y Gerardo se ofreció para ser nuestro padrino de bodas. Mantuve una buena y cercana amistad con él hasta el dúa de su muerte. El 26 -9-1996 fuimos a Silos un gran nímero de sus amigos y familiares con motivo de celebrar su primer centenario. Fué muy emocionante. Se leyó un soneto delante del cipés escrito improvisadamente por catorce poetas. Conservo la botella de vino que se editó con dicho soneto, que tgranscribo:
ResponderEliminarAL CIPRES DE SILOS
Gerardo eterno entre tus ramas canta
y a su conjuro bajan las estrellas,
grabadas en tu tronco están las huellas
del pulso que escribió hermosura tanta.
Casi humana tu estampa y casi santa
constelación, inmensidad destellas,
púber doncel de místicas doncellas,
alonfra de verdad que hoy se levanta.
Temblor de vida y hambre de infinito
ya eres más por Gerardo que por ti
y hecho palabra, al tiempodesafías.
Alto fervor en un soneto escrito.
Gerardo vivo, eterno canta aquí
junto a Montiel, Uriel, Urján, Razías...
Marisa, espero que te haya gustado que haya recordado esta reunión en el centenario de Gerardo. Un abrazo muy fuerte en nuestro nombre.
FERNANDO:
EliminarBienvenido al blog, Fernando.
Es toda una alegría y un honor que el propio sobrino político de Gerardo Diego se haya detenido en este espacio, en esta entrada e incluso haya tenido la amabilidad de comentarla como lo ha hecho.
Esa cordialidad y amistad que mantuviste con Gerardo Diego, estoy segura de que daría para muchos anécdotas interesantes y para conversaciones no menos enriquecedoras. Te agradezco que hayas tenido la amabilidad de comentar como fue esa celebración en el monasterio de Silos en conmemoración del centenario del poeta y me ha encantado que hayas dejado el tan bello soneto improvisado de todos los amigos que le admiraron y le quisieron. Has hecho un gran regalo a este blog, Fernando, por tanto, lo agradezco con sinceridad.
Estoy encantada de que te haya gustado este trabajo que he realizado y que lo hayas mirado, leído y sentido de la manera que lo has hecho.
Eres un invitado de honor siempre que quieras acudir.
Gracias por tu tiempo y por ese testimonio de Gerardo Diego.
Un fuerte abrazo, Fernando.
Marisa querida:
ResponderEliminarCada fotografía, cada cuidado detalle que ibas revelando, me alimentaba la innata curiosidad por conocer más y más de un lugar que por el momento, veo inalcanzable de conocer. Agradecida me encuentro entonces de la tecnología, bendita tecnología que me acerca el Arte a mis ojos. No te puedes imaginar, cómo gozaría observando esos capiteles, esas columnas, esos senderos de piedra; y si bien no soy creyente, admiro el canto gregoriano, que tiene en sus acordes elementos que enaltecen el alma. La elevan más allá de este terrenal suplicio.
Besitos.
TATY CASCADA:
EliminarGracias, Taty.
Nunca se sabe el camino que la vida va a ofrecerte bajo tus pies, por tanto, si alguna vez vienes a este país, este rinconcito burgalés sería un buen alto en el camino.
Yo soy una antieclesiástica redomada y convencida. Pero ello no me impide admirar ni el arte arquitectónico y escultórico religioso, ni el musical como ese bello gregoriano que te trasporta a paraísos de paz y armonía.
Muchos besos, Taty.
Primero he leido el magnífico texto viendo las fotos...y después me he recreado poniéndolas en grande... una delicia para la vista. Me han gustado mucho!!
ResponderEliminarNo lo conozco, sólo he estado una vez en Burgos, de paso para ver la Catedral, preciosa también, no teníamos más tiempo.
Pero si vuelvo iré a verlo.
Un beso.
LAURA M.:
EliminarEncantada de que hayas disfrutado con las fotografías, Laura. Si vuelves a Burgos, te invitaría a que no solo te detengas en su maravillosa catedral gótica sino en este pueblecito, Santo Domingo de Silos (y sus aledaños, Covarrubias, Lerma, Ura...) y en este fascinante monasterio.
Un beso.
Una vez te comenté algo que viene al caso:
ResponderEliminar...Losas frescas a la sombra de la mirada del tiempo. A menudo se nos paraliza el corazón, y corresponde engrasar sentimientos que creíamos ausentes ¿Cuántas veces no andamos sobre los mismos pasos? En algunos momentos, perdidos, otros los buscamos para pisar el mismo ayer del recuerdo.
Un decorado del medioevo, con las notas rasgueadas de clavicordios, callejas empedradas y luces tenues y ocres. Esos muros de piedra, talados a mano y cincel, de otras épocas que creemos no haber vivido, ¿O si?...
¿Sabes? viví 3 años en un seminario-monasterio de piedra con sus columnas y claustros religiosos con fuentes y cantos eclesiásticos en la montaña, junto a una cartuja, con sus silencios espirituales...Como siempre, un buen trabajo amiga, se nota tu amor a la historia y a los conventos de otros siglos...Besitos.
KIMBERTRANCANUT:
EliminarQuerido Kim, desconocía que hubieras vivido tres años en un seminario-monasterio, es más, era lo último que me hubiera imaginado de ti teniendo en cuenta el conocimiento que tengo de tu persona por lo que escribes.
Pero claro, teniendo en cuenta los colores que yo le saco a la Iglesia de vez en cuando en mis escritos, y el tirón de orejas que les doy en muchas cuestiones sociales, tampoco tú te podrías imaginar que toda mi infancia y parte de mi adolescencia, mi vida ha estado ligada a una férrea educación religiosa, cristiana católica en extremo del extremo (literalmente). También he estudiado con monjas y he compartido muchos momentos en recintos sacros (digámoslo así).
Todo ello, lo tuyo y lo mío, hace que, aunque los caminos actuales se hayan separado completamente de aquel inicial, haya "residuos" o posos de "aquello" que aflora en los momentos más insospechados.
No me he reconvertido a la Iglesia católica, apostólica y romana, ni lo he hecho ni creo que nunca lo haga por muchas razones que alargarían en exceso esta contestación. Pero ello no me impide disfrutar y admirar el arte religioso (arquitectónico, escultórico, pictórico o musical). Insisto, el ARTE. Sus connotaciones religiosas, no me interesan nada más allá de lo que atañe al arte, cultura o literatura.
También es cierto que, esos recintos de monasterios, catedrales o iglesias, están cargados de un aura especial, quizás por su silencio o recogimiento, lo que sin duda te lleva a esa paz o tranquilidad interior. No sé si me explico con claridad, pero para que se me entienda, después de salir de ese concierto de canto gregoriano me sentí como te sientes después de un masaje relajante o una sesión de yoga (con todos mis respetos a quien pueda herir sensibilidades).
Encantada de que te haya gustado, Kim.
Muchos besos.
Buenos días, Marisa.-
ResponderEliminarBello lugar. Encuentro con el pasado. Lugar de paz, sosiego y silencio. Quizás, son cualidades, que nuestra sociedad, no aprecia.
Un abrazo, Marisa.
MANUEL BRITO:
EliminarEstoy contigo, Manuel. Paz, sosiego y silencio. Tres elementos que la celeridad de la sociedad actual no entiende y deshecha de su estructura.
Sí, parte del pasado se encuentra en este bello lugar, y a veces, es hermoso hacerlo presente.
Encantada de que lo hayas disfrutado.
Un fuerte abrazo, Manuel.
Marisa, en esta tarde festiva, especial por ser el 1º de mayo que es, recorrer el Monasterio de Santo Domingo de Silos en el visor de tu pluma y en las excelentes imágenes de tu cámara, ha resultado un viaje de bajo costo pero de alto valor cultural y espiritual, no por la connotación religiosa, respetable, sino por la implicación artística, histórica y arquitectónica.
ResponderEliminarHe disfrutado con cada detalle, desde los arcos románicos, a los capiteles esculpidos, especial detención ante los códices de pergamino y los incunables, el placer de escuchar el sereno canto gregoriano, el "cielo no azul" de santo Domingo de Silos con el magnífico artesonado múdejar, la presencia enjuta de los cipreses. Una estupenda tarde la de hoy.
El viaje ha sido agradable por el lugar visitado pero, sobre todo, por el modo de hacernos el recorrido. Por ese diálogo que estableces con el Monasterio de Silos con tu prosa envolvente siempre dirigiéndote a él y el contrapunto visual y silencioso de su arquitectura.
Un gran abrazo
FELICIDAD BAUTISTA:
EliminarPues yo estoy realmente encantada, Felicidad, tanto por tus palabras como por que hayas disfrutado de las fotografías y del texto.
Elegí, casi mayoritariamente, la 2ª persona para redactar el texto, porque confería un tono más íntimo y personal al relato. Mediante un "diálogo" subjetivo y personal, tanto con el Ciprés de Silos como con el claustro del monasterio, he pretentido que esos aspectos artísticos, musicales y literarios que quería trasmitir no fueran una "lección de clase" sino algo más cercano a la literatura. Si en tu lectura lo he conseguido, encantada.
Gracias por tu tiempo y tu amabilidad.
Un beso, Felicidad.
Un texto excelente para un lugar único. Además veo que te has lanzado ya decididamente hacia la autosuficiencia fotográfica. No es fácil conseguirla. Demasiados lugares en los que está prohibido hacer fotos lo ponen difícil.
ResponderEliminarUn saludo.
DESDELATERRAZA-VIAJARALAHISTORIA:
EliminarCada vez que encuentro por la red una fotografía que me gusta pero que no consigo saber quién es el autor, y la utilizo, no creas que no me quedo preocupada. No por las consecuencias hacia mi persona que no me preocupan demasiado porque el hecho de utilizarlas no es malintencionado, sino porque no puedo publicitar el arte conseguido por el autor y el reconocimiento que se merece. siempre que puedo citarles, lo hago, pero cuando no sé quién es, pues no lo puedo hacer, obviamente.
No sé si me habré lanzado a la autosuficiencia fotográfica pero creo que no hay nada mejor que las propias fotografías para expresar lo que uno mismo quiere decir.
Y hablando de fotografías y de sinceridad, te diré que alguna que pongo en el texto, en concreto la del artesonado, me supuso una bronca benedictina. En el claustro puedes hacer fotografías pero no con flash. En mi cámara estaba activado el flash automático y... el resto te lo puedes imaginar... Las fotografías de la botica no son mías sino extraídas de la red porque no estaba permitido hacer fotos en esta dependencia del monasterio, ni con flash ni sin él (palabras benedictinas textuales y con ojos fijamente mirándome a mí...:-) ).
Así que, comparto esa afirmación tuya de que en demasiados lugares nos lo ponen difícil a quienes nos gusta la fotografía.
Encantada de que te haya gustado el texto, Dlt.
Saludos.
Que suerte hemos tenido tod@s de tu visita, una crónica estupenda. A mi me encantan los claustros, es tan dificil resistirse a la ensoñación de quien paseó por ellos ¿verdad?
ResponderEliminarUn beso
PILAR:
EliminarSí, Pilar, los claustros y el románico en general y en su totalidad tiene un encanto y una belleza especial, de recogimiento frente al misterio del gótico. La verdad es que disfruté mucho con la visita y estoy encantada de haberos hecho disfrutar de ella también a vosotros.
Un beso.
Nunca he estado, pero siempre lo he tenido en mi mente como un lugar extraordinario donde se han escrito paǵinas importantes de la vida medieval, siendo un monasterio de referencia en esa época. Me has hecho pasear por el monasterio y sus estancias, admirar el claustro, el famoso ciprés que engrandeció Gerardo Diego, su biblioteca que almacena saberes del pasado y del presente, la botica convertida en un lugar principal en los monasterios hasta llegar a la traca final del Canto Gregoriano. Un paseo por un monasterio emblemático.
ResponderEliminarUna entrada sobresaliente y con gran abundancia de fotos que favorecen la lectura y ayudan a comprender y entender como vivían y viven los monjes.
Me alegra que hayas decidido acompañar las entradas con tus fotografías, mejoran las presentaciones y expresan lo que se quiere reflejar. Me han gustado especialmente las relacionadas con el ciprés y los capiteles.
Un abrazo.
VALVERDE DE LUCERNA:
EliminarLo has sintetizado muy bien, Valverde. Así fue mi mirada sobre el monasterio y así veo que también ha sido la tuya. No dudes en visitarlo si tienes ocasión, no te defraudará su belleza y su misticismo.
Un gran abrazo.
Hola Marisa, vengo de estar indignado y me encuentro con este reposo tan bién expresado y acompañado. Lo tenía como algo que visitar pero estoy seguro que no alcanzaré tu exposición con mi visión.
ResponderEliminarVengo de defender otros tiempos y me encuentro con el regalo del tuyo, al primero lo hice dos veces, al segundo (el tuyo) espero me lo sigas regalando.
Besos
JUNO:
EliminarCreo que indignados estamos la mayoría, querido Juno. Fueron otros tiempos los que refleja el monasterio pero no creas que estaban exentos también de indignación ante el abuso de poder y de privilegios. Que no, que no hemos cambiado tanto por mucho que nos parezca...
Gracias por tu tiempo y por tus siempre amables visitas.
Besos y que siga la lucha.
Todo un post lleno de sabor a benedictine. Yo estuve hace siete años y quedé impresionado: lugar, monasterio, ambiente, canto gregoriano, claustro y el aura literaria me llenaron desde el primer instante. Después vino Covarrubias.
ResponderEliminarUn andaluz acostumbrado a los azules del cierlo del sura quedó fascinado con al "castellana tierra". Tal vez el idioma borre fronteras y ámbitos y una más de lo que parece.
AG
ALBERTO GRANADOS:
EliminarNo me extraña que siendo andaluz te quedaras fascinado con esa gran meseta castellana que tanto emocionó e inspiró, especialmente, a aquellos poetas de la Generación del 98.
Independientemente de las reminiscencias religiosas, es indiscutible la gran belleza artística del monasterio , y musical de ese maravilloso canto gregoriano.
También visité Covarrubias, como tú, y Ura y Castroceniza y algún bello lugar más. De hecho, esta entrada que he hecho, en su origen no estaba pensada así: pretendía hacer un recorrido por la zona pero hubiera sido demasiado extensa y no quiero abusar ni de vuestro tiempo ni de vuestra paciencia. El resto de la visita, ya haré alquimia literaria para ofrecérosla en otra entrada.
Un abrazo.
¡Como me ha gustado ese pilar retorcido! Parece estar sacándole la lengua a los demás y al ciprés, tan derecho, miradme que bonito soy, dice, o al menos yo he oído eso :)
ResponderEliminarGerardo Diego me cae gordo, no sé porque, seguro porque le dio clase mi profesora de literatura del Instituto; un pedazo de señora que entonces andaría por los cincuenta y tantos y todavía hacía volver los ojos a su paso. Era guapísima y algo más que elegante. También era ácida, mordaz y divertidísima. Tuve mucha suerte; le encantaba su trabajo pero a Gerardo Diego le tenía una manía horrorosa, supongo que me la contagió como tantas otras fobias y tantos amores...Si se entera que cada vez que alguien habla de Gerardo Diego yo me acuerdo de ella, me mata :D
Un beso, Marisa
ALMA:
EliminarJejjeje, buena vista, Alma, me ha encantado esa imagen que has hecho de ese pilar retorcido sacándole la lengua a los visitantes, a los benedictinos y hasta al propio ciprés. Yo también lo he pensado así: creo que el maestro arquitecto quiso ponerle un toque personal al asunto no exento de humor. Aunque quizás, tenga otra explicación artística que desconozco y que invito a quien la conozca a que la cuente.
¡Ay, ese influjo de los profes! Créeme que yo siempre lo digo: influimos a los alumnos más de lo que nosotros pensamos, y tu testimonio, es una muestra más de ello.
Por cierto, no sé como le caerá a Fernando, el sobrino de Gerardo Diego que ha hecho un comentario más arriba, lo que has dicho...aunque la culpa, es de la profe de curvas...jajjaja.
Besotes, Alma.
Hola Marisa bella y cultural entrada de post nos muestras con tus textos e imágenes.
ResponderEliminarYo visite hace más de 15 años con mi familia de vacaciones este lugar ... viviendo en Huesca viajamos a este hermoso lugar de paz y cultura del Monasterio de Silos en Burgos y otros lugares hermosos de la preciosa ciudad.
Besos de luz y feliz día.
El blog de MA.
MA:
EliminarEncantada de que te haya gustado. Creo que lo entiendes a la perfección porque lo has visitado y habrás sentido lo que se siente en ese lugar, algo difícil de explicar con palabras, pero te trasporta a un lugar diferente que no es el nuestro.
Gracias por tu tiempo y muchos besos, Mª Ángeles.
Sólo he visitado el monasterio de Silos una vez, atropeyadamente porque iban a cerrar, pero lo que sentí lo recuerdo perfectamente. Al penetrar en el claustro y contemplar el ciprés que se alza sereno en su centro se me pusieron los pelos de punta y los ojos se me llenaron de lágrimas. En pocos lugares me ha pasado esto (la mezquita de Córdoba, las ruinas de Medinat Azahara, la Plaza de San Pedro y la basílica de la Sagrada Familia), pero estoy segura que se debe al espíritu indefinible de la Historia que reposa en él, atrapado entre sus muros y los susurros de los que moraron y pasearon tantas veces por él y los que lo harán después de nosotros.
ResponderEliminarBesitos
CARMEN BÉJAR:
EliminarEstoy contigo, Carmen. Hay lugares especiales que nos suscitan esos sentimientos y esas emociones. No solo este monasterio de Silos, a mí también me pasó (como a ti) en la mezquita de Córdoba y en la Sagrada Familia, como también en el Mont-Saint Michel, en el museo judío de Berlín, en el Sacre-Coeur de París, en la Basílica de San Marcos en Venecia o delante del busto de la propia Nefertiti. Es curioso como el arte es capaz de despertar los sentimientos más ocultos que duermen en nosotros: me parece verdadera magia.
Encantada de que te haya gustado.
Muchos besos, Carme
Impecable entrada Marisa!
ResponderEliminarFotos estupendas e historia que me encantó descubrir.
Y estos versos.....
.....Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
Me voy con las arcas llenas, bellísimo todo.
Besos.
ADRIANA ALBA:
EliminarGracias, Adriana. Y yo feliz de haber podido compartir esta belleza y esta emoción con vosotros y de que la hayáis disfrutado.
Muchos besos.
Tengo por costumbre descender hasta el final de una entrada antes de leerla, comprobar si viene acompañada de música y, de ser así, leer acompañándome de ella. En esta ocasión la música ha obrado el prodigio de trasladarme a ese mágico lugar. Independientemente de su carácter religioso, música y edificio son un remanso de serenidad. El claustro, un tintero de recogimiento para la punta de ese ciprés “ejemplo de delirios verticales” (“Enhiesto surtidor de sombra y sueño”, célebre verso, y tan bello). Como buen palentino, estoy sentimentalmente conectado al románico, y tus fotografías son un maravilloso recorrido por un lugar que conozco y admiro.
ResponderEliminarUn beso ya a las “vísperas”.
JUAN HERREZUELO:
EliminarCreo que los castellanos viejos sentimos correr por nuestras propias venas el románico, independientemente de su significado religioso, pero la historia de sus piedras late por nuestros genes. Creo que es inevitable.
Defines con precisión tanto el monasterio como el canto gregoriano: remanso de paz. No puedo estar más de acuerdo contigo, Juan. Al igual que ese claustro como un tintero para la punta del ciprés más literario, el de Silos. Muy bellas imágenes.
Encantada de que te haya gustado, Juan. En Palencia tenéis también verdaderas joyas románicas. Recuerdo una pequeña iglesia en un pueblo palentino de cuyo nombre no me acuerdo pero que estaba en la dirección a Santander, que me impresionó por los dibujos figurativos del alero exterior en su fachada, muy, muy curiosos, representando el pecado, por tanto, escenas eróticas en piedra que me llamaron la atención en una iglesia románica. Si sabes a la que me refiero ¿podrías recordarme el nombre de ese pueblo?
Besos después de Completas.
Es posible que te refieras a la Colegiata de San Pedro de Cervatos, en la comarca de Campoo, pasado Aguilar y ya en Cantabria. En la provincia de Palencia se citan lugares como San Cebrián de Mudá o Revilla de Santullán.
EliminarAquí: http://personales.mundivia.es/flipi/cuadernos/Cuaderno_4/Erotico_campurriano.htm
(Llego con retraso tarde pero con enlaces y todo, ya ves)
JUAN HERREZUELO:
EliminarEfectivamente, Juan, a esa me quise referir. Muchas gracias por contestar a mi pregunta y al enlace que me dejas cuyo artículo me ha parecido más que interesante.
Un beso.
PD: no llegas con retraso, querido Juan. Mejor no hablar de ello, yo últimamente llego con retraso (si llego) a todos vuestros blogs e incluso al mío propio. ¡Ay, el gran tirano...!
Qué belleza de descripción!! He viajado por ese monasterio con la mejor guía, sin dudas. De mi visita a España, rescato ese arte mudéjar que en Toledo me fascinó. Un verdadero gusto haber recorrido tu texto e imágenes y disfrutar de esta belleza tanto en lo que representa como en lo que demuestra su piedra. Besos.
ResponderEliminarJAVIER F.NOYA:
EliminarQuerido Javier, Toledo es una ciudad igualmente mágica como habrás podido comprobar. Repleta de arte, literatura e historia de tres pueblos, lenguas y religiones conviviendo pacíficamente durante la Edad Media en la Escuela de Traductores fundada por Alfonso X "El Sabio". Musulmanes, judíos y cristianos convivían haciendo una preciosa argamasa de lenguas, literaturas y culturas. Qué diferente es hoy en día...
Si vuelves por España, no lo dudes, el monasterio de Silos puede ser una muy interesante parada.
Besos, Javier.
"La paz siempre se ha escrito con la pluma del arte"... aunque no siempre el arte ha estado al servicio de la paz, por desgracia.
ResponderEliminarMe ha encantado el reportaje, Marisa. Me pasa como a Valverde, es una de las visitas siempre pendientes que algún día hay que resolver. Hoy me siento como si ya hubiese paseado por ese claustro, admirado la botica, bajado por las escaleras oscuras de los fosos y, sobre todo, hubiese escuchado de verdad a los monjes cantando en la iglesia (digo, además de en el vídeo). No, el latín nunca tuvo una expresión musical más sublime - y hasta diría la música religiosa, pero eso ya sería exagerar, jejeje.
Ahora que lo primero que buscaré será esa columna retorcida y burlona, la que nos recuerda que sólo somos humanos después de todo.
Un fuerte abrazo, Marisa
XIBELIUSS JAR:
EliminarMuy cierto lo que dices de que el arte no siempre ha estado al servicio de la paz. El humanito de a pie también es capaz de convertir el arte es un arma eficaz de contienda ideológica.
No te pierdas el monasterio de Silos, Xibeliuss, su claustro es único en el mundo. No dudes de informarme sobre la "columna burlona y retorcida" si encuentras información sobre ello. Yo no la he encontrado, aunque creo que se trataba de una moda artística en determinadas corrientes y determinadas localizaciones geográficas.
Encantada de que te haya gustado el reportaje, Xibeliuss.
Un abrazo enorme.
Te puedes creer que no he ido, es imperdonable haber estado por esos lares tantas veces y no haber ido. Después de leerte y contemplar tus estupenda fotografías me he quedado con unas ganas...
ResponderEliminarBesotes corazón
40AÑERA:
EliminarSi vuelves por allí, querida Miriam, no dejes de mirar y admirar ese maravilloso e increíble claustro medieval.
Me alegro de haberte despertado ese interés por él y de que te hayan gustado las fotografías.
Muchos besos, cielo.
Marisina: qué hermosura de relato en presente histórico, con una fluidez verbal que estimula aún mas la lectura y el conocimiento del lugar, narrada en segunda persona por el ciprés.
ResponderEliminarNo conozco el monasterio pero ya me hago una idea de él, gracias a tu comentario.
Independientemente de ser creyente o no ser, un cenobio es algo que nos impacta, que sobrecoge por la magia que transmite durante siglos, y nos estimula hasta en el sexto sentido; y el canto gregoriano es algo tan indescritible como gozoso, que nos pone en hora el reloj biológico.
MARISINA: una entrada excelente:
JANO:
EliminarPues me alegro mucho de que te haya gustado, Jano, texto, fotografías y canto gregoriano, y de que lo hayas disfrutado.
Saludos.
PD: un favorcito te pido, mi nombre me gusta mucho más sin diminutivo... Graciasss
No pocas han sido las veces que he tomado un atajo para obligarme a visitar el monasterio de Santo Domingo de Silos.
ResponderEliminarUn excelente anfitrión, Gerardo Diego, me lo enseñó hace muchos años, no todas sus dependencias pero sí un interés inenarrable por apreciar su belleza.
Su claustro, perfectamente representado por tus comentarios y fotografías, Marisa, es único. Sus altorrelieves en paredes y sus bajorrelieves en los capiteles poseen la grafía de la escritura del momento, la que sabía leer el pueblo: las imágenes.
Pero, Marisa, sus matraces, balanzas o retortas para la destilación, son inimitables. Su laboratorio en la botica, los tomos de la gran biblioteca, consultados en su mesa de inmenso tablero de una sola pieza de madera, son uno de los más fantásticos adelantos de la Ciencia alquímica.
De ella debieron salir las indelebles tintas que decoraron los manuscritos y, que en el momento actual son imposibles de volver a extraerlas. Este es, para mí, el verdadero tesoro de Silos: el saber científico.
Porque, ¿sabes, Marisa, que lo visito todos los años y de uno al siguiente aprecio un deterioro y una dejadez cada vez mayor en el claustro?
Es normal que en una visita turística no se logre apreciar cambio alguno al no haber referencia anterior. Sin embargo, para quienes la tenemos, los desperfectos y el lento desmoronamiento erosivo de las figuras tan primorosamente talladas es evidente e irreversible.
La gran pregunta es ¿por qué? ¿Por qué no hacen nada quienes supongo que deben atender el patrimonio, la Iglesia y Cultura de Castilla León? ¿También para un Patrimonio tan bello y único existe la crisis del shock? ¡Muchas gracias por ocuparse de la Cultura a legos y religiosos que nos gobiernan y redimen del mal!
ANTONIO CAMPILLO:
EliminarCierto es, querido Antonio, que claustro y botica de Silos son únicas, además de todos los elementos que los conforman. De la biblioteca, no puedo hablar porque no tuve acceso a ella, pero pienso en esas Glosas Silenses que son el origen del castellano e, inevitablemente, también pasa esta dependencia a ser única.
En cuanto al tema que tocas del deterioro del claustro de Silos, no conozco con precisión cuál es el protocolo legal y a quién atañe la conservación del monasterio y su patrimonio. No obstante, si le correspondiese a la Junta de CYL hacerse cargo e hiciera caso omiso, la IGLESIA no es precisamente pobre (el Vaticano es uno de los Estados más ricos del mundo)y bien pudiera hacerse cargo, en este caso, del monasterio. Hablamos de un patrimonio artístico en el que SE ALOJAN Y VIVEN de manera privada personas eclesiásticas, dominicos, y me consta que el monasterio posee más que recursos para conservar ese patrimonio. No obstante, el Estado ya dona de manera vergonzosa DEMASIADO DINERO a la Iglesia Católica anualmente del bolsillo de todos los contribuyentes, católicos o no (10.000 millones.- "Público" 2011), por tanto, creo yo que tienen más que suficiente para arreglar ese patrimonio sin tener que pedir más dinero público o sin que la Junta tenga que hacerse cargo de ello.
Voy a dejar este tema bochornante, injusto y dictador, del uso del dinero público, y te mando la misma calma que me impongo a mí misma con respecto a este tema.
Un abrazo enorme, querido Antonio.,
Precioso reportaje, Marisa, al que no hay nada que añadir. Si acaso la pena por su deterioro. pero en esta epoca de recortes...Un abrazo.
ResponderEliminarMARIANO SANZ NAVARRO:
EliminarCreo que la atribución a la Iglesia Católica que anualmente hace el Estado con el dinero de los contribuyentes, no ha sufrido demasiados recortes; con la Iglesia hemos topado, amigo Mariano...
Encantada de que te haya gustado.
Un fuerte abrazo.
Qué lugar mágico, Marisa, me encantó haber estado allí a través de tus palabras.
ResponderEliminarUn beso enorme.
HD
HUMBERTO DIB:
EliminarRealmente mágico, Humberto. Si puedes, no te lo pierdas en algún viaje a España.
Besos.
Yo que paso mucho tiempo por esas tierras, pues el pueblo de mis abuelos está relativamente cerca puedo decirte que el reportaje me ha parecido precioso, espero que pasases por la yecla y que el canto Gregoriano llenase tus oídos y espíritu de Paz. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarMARICRUZPE:
EliminarBajé a la preciosa Yecla, a Covarrubias, a Ura, a Castroceniza y a valles y montes preciosos donde hallé una hermosísima y bien conservada ermita mozárabe.
Esta entrada estaba enfocada en un principio como un recorrido literario y fotográfico de todos estos lugares, pero era tanta la información, fotos e inspiración que la 2ª parte del viaje quizás vaya en otra próxima entrada.
Qué te voy a contar de la belleza de estos lares si tienes familia allí y has pasado tanto tiempo disfrutándolos.
Encantada de que te haya gustado.
Un fuerte abrazo.
Por lo que me respecta, no me restan palabras de felicitación. He tenido la suerte de cantar (en coro, naturalmentemente), recitar y salmodiar gregoriano en el mismo Silos.
ResponderEliminarEspléndido el recorrido documental que nos brindas en esta entrada. Las fotografías, igualmente muy buenas.
Un abrazo, Marisa
Mª PILAR:
EliminarSaber cantar gregoriano y, además, poderlo hacer en Silos, me parece el sueño cumplido de muchos de los que amáis la música de esas características. Entenderás entonces, sin mucha explicación, lo que se siente al oír ese canto de los monjes...
Encantada de que te hayan gustado texto y fotografías.
Un abrazo.
El poema está de lujo. Te lo aplaudo.
ResponderEliminarLa entrada es realmente maravillosa, incluyendo las imágenes.
Gracias por compartir.
SALVADOR PLIEGO:
EliminarBienvenido al blog, Salvador, y encantada de que te haya gustado este paseo lírico por Silos.
Saludos cordiales.
Querida Marisa:
ResponderEliminarEl diminutivo en Asturias es sinónimo de confianza y aprecio sin faltar al respeto. Recuerda cuando Gerardo Iglesias era el secretario general de CCOO y se le llamaba "Gerardín", y también, cuando Vicente Álvarez Areces (ex presidente del Principado de Asturias) era "Tinín Areces".
No fue mi intención tomarme libertades más allá de la amistad que, creo, nos une, y sí una muestra de aprecio que no se da a cualquier persona.
Pero aclarado el asunto ¡qué coño, que me ha gustado mucho tu post y que no te llamaré Marisina!
Un saludo.
JANO:
EliminarQuerido Jano, conozco el valor afectivo del diminutivo -ino/a, y estoy convencida de que no ha habido ninguna mala fe en utilizarlo aplicado a mi nombre, pero es que no me gusta nada que me llamen así -porque en su día así me llamaban para diferenciarme del "clan de las Marisas" de la familia-.
Agradezco sinceramente esa muestra de afecto y amistad que me has querido transmitir utilizándolo, pero me suena a rayos :-)
Aclarado el asunto, te mando besines sinceros.
Precioso el Monasterio de Silos. Saludos desde Conil ( Cadiz) ve mi blog
ResponderEliminarJESÚS:
EliminarBienvenido al blog, Jesús.
Me alegro de que te haya gustado la entrada sobre el monasterio de Silos.
He visitado tu blog. Conil es un destino veraniego al que voy asiduamente, por tanto, me ha resultado muy interesante lo referente al alojamiento. Lo tendré en cuenta.
Saludos.
Como siempre espectacular descripción del lugar que da para escenario de alguna novela de época jejeje, no puedo con mi genio.
ResponderEliminarUn ciberabrazo de luz para vos.
ALEJANDRO HERNÁNDEZ Y VON ECKSTEIN:
EliminarCompletamente de acuerdo, Alejandro, un lugar que inspiraría una novela... o dos. Yo, últimamente, me llevo mi libreta de notas y apreciaciones a donde voy: todo lugar inspira algo literario hasta allá donde los sentidos y sentimientos pueden captar.
Un fuerte abrazo.
Muy interesante el texto.Buena descripción. Me ha gustado. Un placer seguirte. Te envío un cordial saludo deseandote un buen fin de semana.
ResponderEliminarHola, buen blog y que tengas buen inicio de semana, te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas un poema mio titulado ”Diluvio Eterno”, es un poema triste pero al mismo tiempo profundo, saludos.
ResponderEliminarPues un placer leer toda una erudita, me permito apostillarte que los amanuerenses además de calígrafos sacros resultaban de experiencias místicas meta geométricas, donde el sentido de la ilustración era minuciosamente cuidado hasta el paroxismo, y no lamentablemente como ocurre en la actualidad que las editoriales seleccionan con un criterio de pena ilustración y texto. Saludos
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