MANZANAS LITERARIAS:
QUINTO (y último) MORDISCO
SIGLO XX Y XXI
Desde la poesía a la novela, pasando por conocidos cuentos impertérritos al paso del tiempo, la manzana ha seguido
floreciendo con su exquisito aroma en la tierra fértil de plumas, versos y alfabetos.
Fruta del pecado, estandarte del erotismo y el sexo.
Significados que no va a perder en nuestros dos últimos siglos pero
significados que también se van a
enriquecer con múltiples matices. Quedan invitados, si gustan, al ágape final de manzanas literarias.
1) Las manzanas de La
Metamorfosis de Kafka.
Comencemos por esta novela tan extraordinaria como
peculiar. Las manzanas también tienen cabida en ella y son convertidas en arma arrojadiza que lanza el Sr. Samsa sobre su hijo Gregorio al verlo convertido en un gran insecto. Gregorio sustentaba a la familia con su trabajo pero esta metamorfosis
inexplicable no le permitirá seguir haciéndolo, lo que hace que el padre, no precisamente
muy trabajador, tenga que volver a trabajar y, rabioso, le bombardea con manzanas:
Era una manzana;
inmediatamente siguió otra: Gregorio se quedó inmóvil del susto; seguir
corriendo era inútil, porque el padre había decidido bombardearle.
Esta escena, aunque no lo
parezca, tiene similitudes con la manzana
del Paraíso. Para la familia de Gregorio, que este los mantuviera y ellos
no pegaran golpe, era como un Paraíso. Ahora bien, cuando esta situación se
rompe y va a ser el padre quien tenga que trabajar, para el Sr. Samsa esto es
como un exilio o destierro del Paraíso,
comienza su sufrimiento y su necesario trabajo para poder sobrevivir como Adán
y Eva. Y estas manzanas que le arroja a
su hijo así lo simbolizan. Incluso una de ellas se le incrusta en el caparazón.
Por tanto, manzanas en manos de hombre en esta ocasión vienen a significar el “pecado” cometido no por una mujer,
esta vez, sino por un hombre: el
haberse convertido en insecto. Castigo: expulsión de la vida que llevaban.
2) La manzana de Blancanieves
de los Hermanos Grimm.
Pasemos al archiconocido cuento de la bella Blancanieves. La manzana es el eje motor de toda la
narración. Recuerden que la madrastra de la joven, movida por la envidia y
tras varios intentos fallidos de cargársela, se disfraza de granjera y le
ofrece una manzana a la chica, cuya mitad
colorada está envenenada. Cuando la joven la ingiere, cae en un profundo
sopor del que no saldrá hasta que llegue el beso del hermoso principito.
Ilustración de Carl
Offterdinger
-¿Temes que esté envenenada? -dijo la vieja-; mira, corto la manzana en dos partes; tú comerás la
parte roja y yo la blanca.
La manzana estaba tan
ingeniosamente hecha que solamente la parte roja contenía veneno. La bella
manzana tentaba a Blancanieves y cuando
vio a la campesina comer no pudo resistir más, estiró la mano y tomó la mitad
envenenada. Apenas tuvo un trozo en la boca, cayó muerta.
La manzana en manos de una mujer significa veneno y por extensión simbólica, envidia y maldad.
3) Las manzanas de
Andrés Trapiello.
Entremos en el edénico vergel de la poesía. El leonés, Andrés Trapiello, en su
poema titulado Las manzanas, hace un
tratamiento de esta fruta hasta ahora totalmente original si tenemos en cuenta el recorrido que llevamos hecho en
anteriores entradas; el significado
generalizado de ellas, desde la antigüedad clásica hasta el siglo XIX (veremos
que en el XX también), era de erotismo, sexualidad o cuerpo femenino. Observen
el enfoque de Trapiello:
René Magritte, El Hijo
del Hombre
LAS MANZANAS
(…)
Manzanas de Septiembre,
aromadas manzanas.
recuerdo aquellas tardes otoñales y mías
como una salve antigua, tristes, gregorianas.
Aquel sentir lejano que llegarían días
en que yo recordase, desvanecido el mundo.
(…)
Cómo seré yo entonces, recuerdo que pensaba
en las doradas tardes, sin suponer siquiera
que en aquellas manzanas tan
ásperas estaba
escondido el entonces, el será, el es y el era.
Utiliza la manzana con un simbolismo existencial: el paso del tiempo.
El fue, el es y el será estuvieron y están escritos en el néctar de esas manzanas
de su infancia.
4) Las manzanas de Pablo Neruda.
Hablar de poesía es hablar de
Pablo Neruda. Lo esperable es que les dejara su conocida Oda a la manzana pero todos ustedes ya la conocen. He preferido
elegir algunos versos de dos de sus
composiciones de Cien sonetos de amor(1959).
MAÑANA
Plena mujer, manzana
carnal, luna caliente,
espeso aroma de algas, lodo y luz machacados (…)
William Glackens, Desnuda con una
manzana
DESNUDA
Desnuda eres tan simple como una de tus manos,
lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente,
tienes líneas de luna, caminos de manzana,
desnuda eres delgada como el trigo desnudo. (…)
Sobran las interpretaciones ante
la intensidad y lujo de estos versos.
Nuestra manzana en boca de un hombre
vuelve a identificarse deliciosamente con el cuerpo de una mujer, con esas curvas que son caminos, con esos
caminos que son desnudez. El erotismo
vuelve a ser el traje de gala de nuestra manzana.
5) Las manzanas de Rubén Darío.
Y seguimos por ese camino
hermano, el de la poesía
hispanoamericana. Le llega el turno al nicaragüense
Rubén Darío, padre del Modernismo
que también sucumbió al encanto del dulce fruto:
PALABRAS DE LA
SATIRESA
Un día oí una risa bajo la fronda espesa,
vi brotar de lo verde dos manzanas lozanas;
erectos senos eran las
lozanas manzanas
del busto que bruñía de sol
la Satiresa.
Del preciosismo que supuso el
Modernismo brotan dos manzanas que en la retina del poeta se asemejan a dos erectos senos. Rubén Darío sigue la
fiel tradición grecolatina de esta identificación: busto femenino con las
manzanas.
6) La manzana de Gioconda Belli.
Y seguimos un ratito más en Nicaragua, esta vez acompañando los
maravillosos versos de una mujer tan singular como sus versos: Gioconda Belli. En esta increíble composición (que
recomiendo, si me lo permiten, que la busquen y lean completa porque es una joya),
la Eva que conocemos del Paraíso
se revela contra Adán y advierte sobre el sabor amargo de la manzana una
vez comida. La recreación actual que Gioconda Belli hace del mito es francamente
magistral:
EVA ADVIERTE SOBRE
LAS MANZANAS
Con poderes de Dios
-centauro omnipotente-
me sacaste de la costilla
curva de mi mundo
lanzándome a buscar tu
prometida tierra,
la primera estación del
paraíso.
Todo dejé atrás.
No oí lamentos, ni
recomendaciones
porque en todo el Universo
de mi ceguera
solo vos brillabas
recortado sol en la
oscuridad.
Y así,
Eva de nuevo,
comí la manzana;
quise construir casa y que
la habitáramos,
tener hijos para multiplicar
nuestro estrenado territorio.
Pero, después,
sólo estuvieron en vos
las cacerías, los leones,
el elogio a la soledad
y el hosco despertar.
(…)
Para nunca jamás
esta Eva verá espejismos de
paraíso
o morderá manzanas dulces y peligrosas,
orgullosas,
soberbias,
inadecuadas
para el amor.
El significado que se otorga a la
manzana, al igual que ocurría en el caso de Andrés Trapiello, también es original: simboliza, esta vez en boca
de mujer, el desengaño, la traición, la
amargura de un desamor.
7) Las manzanas de Octavio Paz.
Y nos vamos a Méjico, entre los surcos de los versos
de Octavio Paz entre los que se encuentran también las semillas de las manzanas, no amargas como en el caso anterior, sino
dulces:
Aurora Jareño Bonilla,
Como manzano entre árboles silvestres
www.aurorajarenobonilla.blogspot.com
ELOGIO
(…)
Y a veces, bajo su sombra, he comido sin miedo los frutos de una
amistad
parecida a las manzanas
Y he conversado con ella y con su marido y su cuñado como hablan
entre
sí el agua y las hojas y las raíces.
La manzana se identifica con la amistad femenina, más
concretamente con la dulzura de una
amistad. Lejos estamos del enfoque carnal de tiempos atrás. Visión también
original desde el punto de vista literario.
8) Las manzanas de Federico García Lorca.
El ágape del pomar termina en Granada, ciudad de vida y muerte para
nuestro querido Lorca. En las dos
composiciones que he elegido brillan manzanas, pero con un significado radicalmente distinto. En
la primera, el significado de erotismo y sexualidad aplicado a la manzana, es más que evidente:
MADRIGAL DE VERANO
Junta tu roja boca con la mía,
¡Oh Estrella la gitana!
Bajo el oro solar del mediodía
Morderá la manzana. (..)
Junta tu roja boca con la mía,
¡Oh Estrella la gitana!
Déjame bajo el claro mediodía
consumir la Manzana.
En la segunda composición, la amargura
de la muerte que acecha, que se intuye, que se huele, que se palpa entre
los cipreses granadinos, se mezcla con la dulzura
del sueño de las manzanas, con el deseo de morir en tranquilidad. Muerte tan dulce como el néctar de la
manzana.
GACELA DE LA MUERTE
OSCURA
Quiero dormir el sueño de las manzanas,
alejarme del tumulto de los cementerios.(…)
Quiero dormir un rato,
un rato, un minuto, un siglo;
pero que todos sepan que no he muerto;(…)
Porque quiero dormir el sueño de las manzanas
para aprender un llanto que me limpie de tierra;(…)
APROVECHO PARA DESEARLES A TODOS
UN MUY FELIZ, JUSTO Y CUERDO AÑO 2015 DESPUÉS DE ESTA LARGA AUSENCIA. QUE EL
AÑO LES SEA PRÓSPERO EN CREATIVIDAD Y SUEÑOS.