Cuando me encontré con este
texto, no leí la oración de un niño sino que sentí una tremenda bofetada a los
adultos en general y a los padres en particular. Educar no solo consiste en
recibir conocimientos en un centro educativo sino en una transmisión de valores
que nunca debe relegarse a los medios de comunicación, ni responsabilizar de
ello a personas o educadores externos. Craso error. La educación comienza en el
mismo sofá del salón de casa y, por lo general, es la educación más importante
y determinante que recibe el niño y el adolescente. La de las personas que le
dieron la vida. Enseñamos lo que somos.
Seamos, pues, mejores docentes en casa.
LA ORACIÓN DE UN NIÑO
Señor,
esta noche quiero pedirte algo especial: conviérteme en televisor.
Quisiera ocupar su lugar para vivir como él en
mi casa: tendría un cuarto especial para mí, y toda la familia se reuniría a mi
alrededor horas y horas. Siempre me estarían todos escuchando sin ser interrumpido
ni cuestionado, y me tomarían en serio. Mi papá se sentaría a mi lado cuando
vuelve cansado del trabajo, mi mamá buscaría mi compañía cuando se queda en la
casa sola y aburrida, mis hermanos se pelearían por estar conmigo. ¡Cómo me
gustaría poder disfrutar de la sensación de que lo dejan todo por pasar algunos
momentos a mi lado!
Por
todo esto, Señor, conviérteme en un televisor, yo te lo ruego.
Antonio Pérez Esclarín, Educar en tiempos de crisis.
Si desean leer al completo este
interesante y breve ensayo de Pérez Esclarín, lo pueden hacer copiando el
siguiente enlace:
www.elistas.net/cgi-bin/eGruposDMime.cgi?...qlhhyCTWTQdgb7
Triste oración y con todos los visos de ser real.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con todo lo que dices.
El descubrimiento de las neuronas espejo responsables del aprendizaje , del contagio y de la empatía , actúan cuando ven actuar; pero no cuando oyen ,
Debieran poner tu oración, todos los padres, pegada en el frigorífico.
¡Gracias por existir!
Besos.
André
ANDRÉ DE ÁRTABRO:
EliminarAntonio Pérez Esclarín no especifica en su interesantísimo ensayo (te encantará si lo lees, Andrés, teniendo en cuenta sobre lo que escribes en tu blog) si es un caso real o no, pero si presto atención a mi experiencia en las aulas, podría afirmar que es un caso más que real.
Hay que tener en cuenta que no siempre los únicos y últimos culpables son los padres sino que la vorágine laboral de nuestro sistema, muchas veces les obliga a ello. Aunque también hay muchos casos de "neglicencia" que intentan disculpar o responsabilizar a la tarea docente. Un error gravísimo porque lo más importante de nuestra vida, nuestros hijos y su educación, no puede delegarse en terceros.
Los padres son lo más importante para ellos aunque a veces no lo parezca, y esas neuronas espejo de las que hablas, actúan constantemente, imitando comportamientos de los progenitores. Bien sabes tú de ello, querido Andrés.
Muchas gracias por tan amables palabras y encantada de que te haya gustado la cita.
Besos, Andrés.
Muchas veces la inocencia de un niño es el medio para que todos veamos la verdad de las cosas. Es el niño que veía al rey desnudo del cuento mientras sus paisanos, todos, lo veían vestido. Saludos.
ResponderEliminarMARTÍN FIOL:
EliminarUn ejemplo muy bien traído, Martín. Efectivamente, los adultos estamos tan preocupados en ganar dinero, en ascender de status social, de ganar puestos laborales, o, simplemente, estamos tan a gusto mirándonos el ombligo, que no concedemos suficiente importancia a esa mirada que el niño y el adolescente hacen del mundo, que suele ser muy acertada y, en muchas ocasiones -como en el texto que dejo- nos vapulea y nos sitúa en el lugar que merecemos.
Saludos, Martín, y gracias por participar.
Conmovedora oración, pero real en muchos casos.
ResponderEliminarNo solo están demandando la atención de los adultos, sino que están cada vez más apegados a los televisores, los excesos de internet (videojuegos), celulares en edades tempranas etc...
Excelente post Marisa, besos..
ADRIANA ALBA:
EliminarLa visión de Antonio Pérez Esclarín es sobre la sociedad y educación de Venezuela pero perfectamente aplicable a la española. En épocas de crisis, se produce una globalización de problemas, y este es un ejemplo más.
Realmente es un grave problema el que tienen los niños y adolescentes con el tiempo que dedican a los medios de comunicación, no solo la TV sino las redes sociales de Internet, videojuegos... Desencadenan problemas gravísimos: falta de sueño que acaba repercutiendo en sus resultados académicos y, lo que es más grave, la incomunicación familiar que acaba por instalarse en casa.
Un beso, Adriana.
Reconozco mi culpa. En casa se ve poca tele, y normalmente los programas que elige el pequeñajo; intentamos que no sea el oráculo que hay que reverenciar cada día. Pero sí, también, cuando el trabajo aprieta u otras obligaciones te dejan sin tiempo, he abusado de los "electrodomésticos-niñera": ya no sólo la tele, también el ordenador, la tablet, la consola...
ResponderEliminarLa educación es desde luego un trabajo diario y exigente, pero los resultados merecen el esfuerzo.
Un fuerte abrazo, Marisa. Y una vez más te agradezco tu participación, siempre fundamentada y mesurada, en un debate que, lo sé, te resulta incómodo.
Pd. A mi no me funciona el enlace de e.listas. Buscaré más cosas de Pérez Esclarín
XIBELIUSS:
EliminarCuando me vienen a ver muchos padres, se quejan de que son incapaces de controlar a sus hijos -hablamos a veces de niños de 12 y 13 años-, que no les hacen caso, que hacen justamente lo contrario de lo que se les indica, que contestan mal o que son incapaces de hacerles coger un libro. En ocasiones me piden a mí que hable con ellos para "sacarles" el problema personal que tienen y que sus hijos no quieren contarles. Se preguntan con desesperación qué han hecho mal -esto, muy pocas veces-, o culpabilizan a las "malas compañías" de sus hijos, o incluso recurren a la "violencia" para que les hagan caso, cuando no proyectan toda esa frustración en el profesor que tiene "manía" a su hijo.
Esto que te cuento, es lo cotidiano.
Cuando descubro el tiempo que le dedican a sus hijos, el tiempo que les permiten para su ocio y el que le organizan para el estudio, me entristezco. Y mucho más cuando hablo con los chicos y me cuentan con orgullo como disponen de un televisor o un ordenador en su propia habitación de los que hacen uso cuando les place, o presumen de tener un teléfono móvil mejor que el mío...
Nada más lejos que querer generalizar porque no todos los padres entran en esta dinámica y, estoy segura, de que todos ellos quieren lo mejor para sus pollitos. Pero, desgraciadamente, esta realidad cada vez es más frecuente. La raíz de una buena educación está en casa, igual que la raíz de unos buenos conocimientos -también valores- está en la escuela.
El papel de los padres es fundamental. En mi opinión, son el pilar más importante del sistema educativo y, casi no se les tiene en cuenta.
En cuanto al enlace, el Windows 8, que estoy empezando a utilizar, me tiene más que loca... (les pediré ayuda a mis adolescentes...) aún estoy perdida en enlazar directamente las páginas, pero si copias esa dirección y la buscas en Google, no creo que tengas problemas. La ponencia de Pérez Esclarín no tiene desperdicio, de verdad. Nos da un repaso a todos: a padres, profesores, sociedad...
Un fuerte abrazo, Xibeliuss.
PD: no tienes que agradecerme nada, al contrario, debates en torno a temas tan interesantes que planteas en tu blog, son un aliciente para seguir por este mundillo bloguero. Siento que en mi 2ª intervención me apartara del objetivo de tu post, ese homenaje a D.Leandro, pero las alusiones y ciertos aspectos erróneos requerían una respuesta, ajena a dar lecciones; a pesar de mi profesión, prefiero aprender a enseñar.
Muy triste esta oración, Marisa. De verdad que sí. Mira, yo llevo meses sin televisión y mi vida creoq ue ha mejorado bastante jeje. Saludos.
ResponderEliminarMARCOS CALLAU:
EliminarYo me obligo a verla en ocasiones para estar conectada con la actualidad... aunque tampoco me pierdo mucho.
La oración es triste, sí, pero lo más triste es que exista la oración.
Un abrazo, Marcos.
Claro que sí, es en el hogar donde el niño desde pequeño debe ser educado. Y son los padres los responsables de ello. Los profesores en la escuela tienen un papel importante, en la instrucción y también, aunque complementario, en lo demás. Pero salvo casos particulares, la pérdida de control sobre el comportamiento de sus hijos creo que radica en la poca dedicación y exigencia a sus propios hijos, sobre la marcha de sus estudios, la forma de comportarse, en casa y fuera de ella, la falta de conversación, sin imposiciones ni agobios que produzcan rechazo, con ellos sobre las cosas de la vida, etc... En fin, y que vean en sus padres, con su comportamiento, un ejemplo a seguir.
ResponderEliminarUn abrazo.
DLT:
EliminarEfectivamente, Dlt, lo has explicado muy bien. Los padres no solo son sino que deben ser los principales educadores de sus hijos. No deben colgar en la TV y en las redes sociales que utilizan sus hijos el cartel de "entrada libre" porque la educación que reciben de ellos es indiscriminada y casi siempre incorrecta. Los medios engendran un grave peligro para los menores, además de ser una de las principales causas de la incomunicación entre padres e hijos. Actualmente el Cuerpo de Policía está llevando a cabo -como el año pasado- una magnífica campaña en escuelas e institutos, para advertirles de esos peligros. Pero quien mejor les pueden advertir y evitar esta situación son... los padres. Sin ellos, nuestros esfuerzos son vanos.
Un abrazo, Dlt.
La tele me roba a mis niñas, llegan y se quedan colgadas de ella. Hay temporadas que la desenchufo, al principio se quejan mucho, pero luego nos divertimos mucho más, me ayudan a cocinar, jugamos, leemos, cantamos ... no sé por qué la vuelvo a conectar, es realmente grande su poder.
ResponderEliminarGracias por la reflexión.
Un abrazo.
ISHTAR:
EliminarComo reza el refrán, "robarle a un ladrón, mil años de perdón".
Creo que más que prohibirles la TV, la clave es organizarles su tiempo de ocio y de estudio, y crearles unos hábitos correctos en los que el tiempo para estudiar, ver la TV o jugar con sus padres sea una rutina incorporada pacíficamente a su ritmo vital.
Gracias a ti por tu tiempo.
Un abrazo.
Pues si Marisa, la educación se tiene o no se tiene y en los dos casos se da en casa. Yo que ya soy madurito, pasé por ahí hace unos años y siempre me sorprendió una respuesta a la que se agarraban cualquier de los tres chica o chico, “pues en el cole (o en la calle) mis amigos si lo hacen o si lo tienen”. Este es un punto donde ellos observan que te clavas y lo explotan una y otra vez, ellos pueden tener contigo una guerra abierta durante las 24 horas del día y tú no, ellos solo pretenden ganarte la batalla y tú además de ganar la guerra quieres resultados.
ResponderEliminarLo que quiero decir es que las costumbres van arraigando en las distintas generaciones y son difíciles de combatir cuando alcanzan nivel general, yo presumo de hablarlo todo y con todos pero llega un momento donde si no convences y estas con la razón tienes que decir lo que algún día les dije, oye este castillo lo levantamos tu madre y yo, en el caso de que hubiera dudas se hará lo decidido por ambos, ellos todavía eran muy jóvenes desde luego pero a ciertas edades necesitan algo de autoridad y lo aprendí de sus maestros.
Mis hijos hoy en día me agradecen ciertos combates pero la verdad es que hay que esperar mucho para ver resultados.
Un beso zamorano
JUNO:
EliminarEfectivamente, Juno, describes a la perfección y en primera persona, situaciones que están a la orden del día.
No es fácil ni educar ni vivir con un adolescente. Todos lo hemos sido y todos sabemos que es la época donde la rebeldía y enfrentamientos con los adultos son constantes, ya que para ellos cortar ese cordón umbilical con los padres significa que ya no son niños y ya son mayores. Es una especie de autoafirmación de los acelerados cambios que sufre su mente y su cuerpo.
No, no es fácil tratarlos ni comprenderlos ni agradarlos, ni en casa ni en los centros educativos.. El principio de autoridad que mencionas, para mí es fundamental porque se creen muy mayores pero no saben autodisciplinarse aún, son incapaces de hacerlo aunque quieran. Y ahí, los padres son fundamentales y, los profesores, complementarios.
Agradecen mucho que se les escuche y que se les valore, y una vez ganados, ceden y asumen compromisos y acuerdos negociados.
No te suelto más rollos porque con tres que tienes, sabes perfectamente de lo que hablo, y, además, lo explicas con gran acierto. Gracias por tu participación y aportación, Juno.
Un beso inevitablemente zamorano.
ResponderEliminarUna oración muy triste que nos hace reflexionar. Me gusta tu blog. Un saludo.
MARUJA:
EliminarBienvenida al blog, Maruja. Encantada de que te guste lo que has ido viendo por aquí.
Sí, es una oración triste pero evitable si hay un compromiso de los padres con sus hijos.
Saludos.
¡Qué horror! No me cabe en la cabeza pensar que un niño sea adoctrinado sólo y esclusivamente por el televisor, esa caja tonta repleta de mentiras, estupideces, violencia y sexo. De hecho pienso que los padres son los principales educadores en valores, complementádoles en esa labor los profesores que deben transmitirles los conocimientos. Sin ese tándem no se llega a ninguna parte.
ResponderEliminarUn beso
CARMEN CASCÓN:
EliminarLa TV (por no citar el ordenador,, la videoconsola, los teléfonos móviles...) se han convertido en la "niñera" de muchos padres. Algunos, por sus circunstancias laborales, no les queda otra, (aunque también haya solución para ello), y otros ven una vía rápida, fácil y cómoda de tener a los hijos controlados y tranquilitos en casa pegados a la pantalla. Muchas veces olvidan que todos esos medios transmiten unos valores y una educación nociva para sus hijos, por no hablar de la incomunicación familiar que originan y que ya es un hecho probado y demostrado por psicólogos.
Educar no es fácil, se haga desde casa o desde un aula, pero educar del modo que he descrito es completamente no recomendable y sus consecuencias no deseables.
A mí también me parece un horror, Carmen, pero lamentablemente, es el día a día de una gran parte de los hogares. Ojalá que a través de la concienciación que hacemos desde los centros educativos y otros organismos (actualmente, la Campaña de la Policía sobre las redes sociales), podamos mejorar este aspecto.
Besos, Carmen.
¿Qué está pasando con esta nueva sociedad, qué está pasando con nuestros hijos y la responsabilidad que tenemos nosotros como padres?. No es tan solo el telvevisor, es el celular, es whatsapp, los videojuegos, es Internet, es esta modernidad que nos aparta de la conversación, del almuerzo con largas sobremesas hablando de lo que a cada uno sucede. No debemos olvidar nunca que la primera enseñanza se recibe en casa, que los valores son inculcados en el hogar. Con esta nueva forma de vida vamos directo a una sociedad autista, donde no nos importa lo que hace el del lado, incluyendo a nuestros hijos. Debemos buscar la forma de recuperar el sentido de la vida y sobretodo rescatar la comunicación, que nunca debe faltar. Un abrazo querida Marisa, tiempo que no te visitaba,
ResponderEliminarTATY CASCADA:
EliminarEfectivamente, Taty, la comunicación interpersonal vis a vis y, especialmente entre los jóvenes, está siendo sustituida por los medios de comunicación que enumeras. Esto tiene sus efectos sociales pero familiares también, porque el tiempo que dedican a esos medios lo descuidan para comunicarse con sus padres y la distancia entre ellos no cesa de aumentar.
Una buena educación de los padres, en este sentido, es fundamental.
Encantada de volver a saludarte, Katy.
Un beso.
Me ha encantado simplemente leerte
ResponderEliminarRECOMENZAR:
EliminarBienvenida al blog.
Encantada de que esa lectura haya sido placentera.
Un saludo.
A veces, necesitamos leer estas cosas para despertar.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo.
JORGE DEL NOZAL:
EliminarEl Hombre es un animal de costumbres. Cierto es que necesita a veces un zarandeo, como el que nos da Antonio Pérez Esclarín, para despertar a lo que le rodea.
Un abrazo, Jorge.
Tengo clavado al corcho de mi despacho otra especie de oración que me escribió mi hija en el colegio, y cuyos dos primeros versos dicen así: "Recuerda papá que si no juegas ahora conmigo, cuando tú quieras hacerlo ya habré crecido"... Me estremezco cada vez que la leo, por toda la desoladora verdad que encierra. Uno trata de hacerlo lo mejor que puede, pero quién sabe. Cada vez que les mandamos callar para escuchar qué sé yo, una noticia que es siempre la misma noticia, se alejan unos centímetros de nosotros y se acercan unos centímetros a esa otra persona en quien no deseamos que se conviertan... Un abrazo.
ResponderEliminarJUAN HERREZUELO:
EliminarTremenda reflexión la oración de tu hija, pero llena de certeza.
Un dato curioso con el que más me encuentro en los últimos años es la demanda de escucha de los adolescentes. Algo está pasando sin duda, Juan. Ojalá que lo podamos atajar desde el propio hogar y desde los centros educativos.
Gracias por tu tiempo y un beso.
Un tema muy peliagudo la educación actual de los hijos, como también lo era anteriormente. Indudablemente la educación deben impartirla los padres en casa, pero hay mucho enemigos que lo dificultan. Los padres vuelven de la jornada laboral cansados, con muy pocas ganas de atender las necesidades de sus hijos. Lo hacen con las mas elementales como alimentación, higiene etc. pero descuidan el resto. Lo más sencillo es que vean la tele o jueguen con esos artilugios de moda. Porque de conciliación familiar mejor no hablar. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarFELIPE TAJAFUERTE:
EliminarEso es, Felipe. Entre esas "necesidades básicas" ´debería estar en primerísimo lugar la más importante: la educación en valores. Los niños son permeables, con mayor o menor dificultad, a todo lo que se les acostumbre, y, en realidad y aunque no lo parezca, necesitan de esa atención de los padres. No les dejemos a merced de los medios de comunicación. Demasiado peligroso.
Un saludo, Felipe.
He venido por primera vez a su blog. Me gusta, tanto en su diseño como en lo que escribes. Me apunté como seguidor suyo y la invito a que venga a mi blog, se apunte de seguidora para quedar enlazados y seguirnos comunicando.
ResponderEliminarWILLIAM VENEGAS SEGURA:
EliminarBienvenido al blog, William.
Encantada de que le haya gustado lo que ha ido viendo por aquí.
Un saludo.
leerte es disfrutar de las letras
ResponderEliminarun abrazo
MUCHA:
EliminarGracias y bienvenida al blog.
Saludos.
La educación, cierto, mi bella Marisa, empieza por casa. Los hijos -y eso ya está requetedemostrado por por la psicología evolutiva, el mismo abordaje desde el estudio de la personalidad por Freud, que los padres son paradigmas para el niño: los reproducen en su comportamiento, y el hecho de que sociedades como las nuestras, con la carga de corrupción, sicariato y violencia generalizada, demuestra que últimamente, no hay buenos padres, y que su tabla axiológica, se mueve en sentido contrario a la moralidad de los actos humanos. Quejarse, y echarle la culpa a la educación y a los medios, es querer camuflar la realidad, no ver la viga en el propio ojo. UN abrazo desde estos soles colombianos que calcina. Carlos
ResponderEliminarCARLOS AUGUSTO PEREYRA MARTÍNEZ:
EliminarEstoy completamente de acuerdo, querido Carlos: todos somos especialistas en no ver la viga en el ojo propio. Quizás sean necesarios estos textos para que reflexionemos sobre el asunto y empecemos a asumir nuestros "mea culpa".
Un abrazo de lluvia frente a esos soles colombianos.
Querida amiga: Ha sido una gran alegría volver a verte por mi espacio ¡cuánto tiempo sin saber de ti! es más, tampoco te veía haciendo comentarios a amigos comunes.
ResponderEliminarYo también he permanecido alejada bastante tiempo de mi blog, hace dos semanas he vuelto y otra vez me vuelvo a sentir arropada con vuestras cariñosas palabras, Muchas gracias.
En cuanto a tu entrada, no te falta razón en todo lo que dices.
Yo recuerdo, cuando mis hijos eran pequeños que comíamos todos juntos, no había tele en el comedor y dialogábamos.
Hoy, ese aparatito, ha cortado por completo el diálogo, si alguien quiere decir algo, siempre saltará una voz que diga: ¡espera! lo que están diciendo es muy importante.
Hoy, la mayoría de los padres la utilizan como medio de entretener a sus hijos y que no les den guerra.
La vida cambia, los padres suelen trabajar y no tienen tiempo ni para escuchar ni para ponerse a jugar con sus hijos.
Abrazos en el corazón.
Kasioles
KASIOLES:
EliminarYo también me alegro mucho de volver a saludarte, Kasioles. Me he pasado prácticamente todo el verano alejada del blog por motivos personales. Pero ya volvemos a estar aquí, y es un placer volver.
Efectivamente, el diálogo es el instrumento más eficaz para la educación y para la comunicación, y se está perdiendo. Describes muy bien esas comidas y sobremesas de hace tiempo, donde padres e hijos hablaban. Ahora no es así. Recuerdo un viaje en tren de no hace mucho tiempo, donde cuatro miembros familiares, los padres y dos hijos, se pasaron todo el viaje pegados a aparatos sin dirigirse la palabra (teléfono móvil, Tablet, MP3 y una maquinita de juegos con ruido insoportable que no sé ni cómo se llama...). La imagen fue desoladora. Pero es la realidad. Tendríamos que hacer algo al respecto.
Un fuerte abrazo, Kasioles.
Marisa, es un texto que nos lleva a reflexionar en varias direcciones. La primera y fundamental es sobre el entorno familiar. Más bien sobre las nuevas relaciones interpersonales que se han ido modificando a lo largo de las últimas décadas. Una parte importante de los padres ha delegado en el centro educativo esa labor de educación que empieza como bien dices en casa. La mala praxis del tiempo familiar donde cada cual se convierte en una células autónomas y donde el trato, a veces, se mide por la compensación material en compras y regalos. La segunda, es más amplia y abarca a toda la sociedad, a esta sociedad posmoderna, y es que cada vez resulta más urgente la humanización. La vuelta a los valores, al trato humano, al acercamiento, a la charla, a la conversación en torno a una mesa, a un café...Una especie de rearme humanista.
ResponderEliminarVivo frente a un parque, hace unos días una pareja entrada en edad se sentó delante de mi balcón. Ambos sacaron sus respectivos móviles y se olvidaron que estaban juntos en un banco del parque. Una muda y triste conversación individualizada.
Las tecnologías en la lejanía reduce distancias pero codo a codo nos incomunican.
Un abrazo
FELICIDAD BATISTA:
EliminarEstoy de acuerdo, tendemos cada vez más a un mundo despersonalizado donde incluso ya dentro de la propia familia es difícil comunicarse debido a estos medios de comunicación (o incomunicación, más bien) que, a pesar de las ventajas, tienen muchos inconvenientes. Y en el ámbito de una buena educación para los hijos, crean más problemas que ventajas. Y esto, acaba reflejándose en las aulas... ¡Menuda lucha tenemos todos los centros educativos con el uso de los teléfonos móviles...!
Gracias por participar y un abrazo, Felicidad.
Me he quedado sin palabras, puede que no lo haya escrito un niño pero sí estoy seguro que lo piensan muchos porque decoramos el salón en función de la televisión y hay televiones en habitaciones, en la cocina y llega un momento que desaparece la comunicación en la familia, solo habla el rey: el televisor.
ResponderEliminarEsto me recuerda cuando siendo pequeños mis hijos teníamos una pelea continua a la hora de comer por ver la televisión hasta que decidimos apagarla, al menos podíamos hablar y mirarnos, porque ni nos mirábamos.
Es inquietante, pero es la sociedad que hemos construido creando nuevos iconos, nuevos dioses que nos esclavizan, mientras los padres no sean conscientes de esto, los niños y jóvenes serán sumisos al nuevo rey: el móvil y las redes sociales. No digo que el televisor sea algo malo, ni tampoco las nuevas tecnologías, pero sí que hay que aprender a manejarlas y no que ellas nos manejen.
Un abrazo.
VALVERDE DE LUCERNA:
EliminarEsa es la clave, querido compañero, saber organizar y utilizar los medios de comunicación y las nuevas tecnologías; siempre a favor de quien las utiliza y no al contrario, el ser manipulados y alienados por ellas.
Un fuerte abrazo.
¡¡¡ Me encanta !!! Es increíble cuantas sensaciones nacen cada día, impregnadas a propósito de tinta y corazón. Gracias por regalar vida.
ResponderEliminarBAENA:
EliminarTambién nacen impregnadas de colores y pinceles, como los tuyos.
Me alegra que te haya gustado y gracias a ti por tu tiempo, Baena.
Un abrazo.
¡Cuanta razón tienes, Marisa! El aparcaniños se debe acabar por propio convencimiento de los padres y familiares. ¡Basta de echar la culpa de no estar educado a no saber desarrollar el binomio de Newton! Conocer la solución del mismo es imprescindible para estudiar no para educar. EDUCAR, con mayúscula, empieza por el entorno y se prolonga con la colaboración experta de educadores que continúan la labor familiar. Sin ella, no se preocupe, sus hijos nunca estarán educados. Las subjetivas noticias que se difunden con una desfachatez que es un horror, la autoeducación de la calle a altas horas de la madrugada con el calimocho en una mano y no sabemos qué en la otra, la desidia y violencia sin análisis, desde el sillón de la habitación en donde la diosa caja tonta dirige todos nuestros designios y una permisividad mal entendida con la sagrada palabra libertad, está provocando una sociedad inculta y perniciosamente dirigida. Excelente texto propio y de Pérez Esclarín.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Marisa.
ANTONIO CAMPILLO:
EliminarY el tuyo, el texto que has dejado en el comentario, tiene también es excelente, Antonio.
Me quedo con todo lo que dices pero sobre todo con una idea: que la caja tonta está provocando una sociedad inculta y PERNICIOSAMENTE DIRIGIDA. Los docentes intentamos sembrar en el adolescente un espíritu crítico ante esa manipulación de los medios de comunicación, pero es en el sofá de su casa donde tiene que ponerlo en práctica con la ayuda imprescindible de sus verdaderos educadores: sus propios padres.
Siempre es un placer leerte, Antonio. Encantada de volver a tenerte por aquí.
Un fuerte abrazo.
Precioso. Como se narra el desarraigo familiar, que ocasionan los avances. Me llama muchísima la atención, ya no solo los jovencitos, aquellos que ya no lo son y en una cena de pareja, frente a frente, cada uno está inmerso, en las redes sociales. Me gustaría compartirlo. ¿A quien solicito autorización?.
ResponderEliminarUn abrazo, Marisa.
MANUEL BRITO:
EliminarLo de las redes sociales yo ya lo considero una enfermedad, Manuel. No por el uso de ellas sino por el abuso. Como bien dices, es completamente normal que en cualquier cena, comida, reunión, en la calle, en casa, incluso en el coche, en el parque, en el tren... en cualquier sitio, las personas reunidas están literalmente pegadas a las teclas de un teléfono móvil, Tablet... sin que se produzca una comunicación personal entre ellas, sino virtual a través de esos aparatos.
Yo me pregunto qué es lo que está pasando...
Un abrazo, Manuel, y gracias por participar.
En televisor, y teléfono, y ordenador, y Ipad, Iphone, tablet, smartphone, muros....coincido con el último comentario.
ResponderEliminarAbrazo,
PRUNUS:
EliminarEl pleno estallido de nuevas tecnologías, supongo que explicaría en parte este suceso que ocurre en nuestra sociedad. Lo que no deja de sorprenderme es como el avance en las tecnologías de la comunicación provoca cada vez mayor incomunicación...
Un beso, Prunus.