Fotografía: Marisa Vegas
DE
ROSAS
(Fotografías:
Voces silenciosas XI)
Incluso allí nació la rosa.
Junto a la alambrada gris que la separaba del cielo añil, junto
al muro de metal que dibujaba límites precisos.
Ella también marcaba distancias afiladas con su talle de espinas.
Era el precio de su belleza. Frontera de
terciopelo e incisivas agujas difuminada por el perfume de sus palabras.
Quizás no fuese tan diferente a esa valla de alambre. Quizás
nunca hubo mayor parecido entre una inocente rosa y un cercado hostil. Aunque nunca
se supo quién fue el espejo de quién.